Impactante: Científicos descubren una nueva trampa en cómo pensamos los humanos
La recién bautizada “aversión a retroceder” revela otra razón por la cual las personas se resisten obstinadamente a cambiar de rumbo, según los investigadores
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Ed Cara traducido por Lucas Handley
Publicado el 17 de agosto de 2025
"Claro, me encantaría llegar más rápido a casa, ¡pero no si significa volver por el mismo camino que acabo de hacer!" – El cerebro de todos. © Thx4Stock team vía ShutterstockCientíficos de la Universidad de California en Berkeley han acuñado un nuevo término para describir una falla peculiar de nuestro cerebro. En un estudio reciente, presentaron evidencia de un sesgo cognitivo común pero hasta ahora poco reconocido: la tendencia a evitar tomar un camino más fácil en la vida si implica retroceder sobre nuestros pasos.
Los investigadores llamaron a este sesgo “aversión a retroceder”. En varios experimentos descubrieron que la gente suele rechazar soluciones o rutas más eficientes cuando estas requieren regresar a un punto previo del recorrido. Según explican, el miedo subjetivo de sumar más carga de trabajo y la incomodidad de “borrar lo hecho” alimentan esta resistencia.
“Los participantes evitaban sentir que sus esfuerzos anteriores habían sido en vano, lo cual los llevaba a elegir alternativas menos eficientes”, escribieron en su artículo publicado en mayo en Psychological Science.
Una prima del sesgo del costo hundido
Los psicólogos han documentado múltiples sesgos relacionados con la terquedad frente a nueva información. Por ejemplo, solemos pedir siempre el mismo plato en un restaurante, incluso si alguien nos recomienda otra opción mejor. También existe la llamada “falacia del costo hundido”: la dificultad para abandonar un camino desastroso simplemente porque ya se invirtió demasiado tiempo o dinero en él.
Los autores sostienen que la aversión a retroceder es prima cercana de este sesgo y de otros similares, pero que en realidad describe un error cognitivo distinto.
Para ilustrarlo, plantean el caso de un viajero cuyo vuelo de San Francisco a Nueva York se retrasa severamente y queda varado en Los Ángeles. La aerolínea le ofrece dos alternativas: un vuelo vía Denver que lo haría llegar tres horas antes, o uno vía San Francisco con el mismo ahorro de tiempo. Aunque ambos itinerarios reducen idénticamente la demora, la mayoría prefiere rechazar el que implica regresar a San Francisco.
Poniéndolo a prueba
Para comprobarlo, el equipo realizó cuatro tipos de experimentos con más de 2.500 adultos, entre estudiantes de Berkeley y voluntarios de Amazon Mechanical Turk. En una de las pruebas, los participantes caminaban por diferentes senderos en realidad virtual; en otra, debían decir tantas palabras como pudieran que empezaran con la misma letra.
Los resultados fueron consistentes: la aversión a retroceder apareció una y otra vez. En un ensayo, por ejemplo, los participantes recitaban palabras con “G” y luego se les preguntaba si querían continuar con esa letra o pasar a la “T”, claramente más sencilla. En un grupo de control, la opción se presentó como un simple cambio de letra; en otro, como descartar lo hecho y comenzar de cero. Aunque en ambos casos el esfuerzo total era el mismo, tres de cada cuatro aceptaron cambiar en el grupo de control, pero solo uno de cada cuatro lo hizo cuando la opción se presentó como “volver atrás”.
Retroceder se siente mal
“Cuando analicé los resultados pensé: ‘¿Hay un error? ¿Cómo puede haber tanta diferencia?’”, comentó la autora principal, Kristine Cho, estudiante de doctorado en marketing conductual en la Escuela de Negocios Haas de UC Berkeley, en un comunicado a la Asociación de Ciencias Psicológicas.
Otros investigadores deberán confirmar estos hallazgos y aún quedan preguntas abiertas: ¿con qué frecuencia caemos en esta trampa?, ¿ocurre más en ciertos contextos que en otros? Mientras tanto, al menos hay un nuevo culpable al que podemos señalar cuando nos negamos tercamente a tomar ese tren más rápido de regreso a casa.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.
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