


- Una colisión frontal perfecta. Las dos galaxias se encontraron de frente, lo que explica la simetría casi total de los anillos formados.
- Dos agujeros negros en plena actividad. Cada galaxia alberga un núcleo activo, y ambos están absorbiendo materia y emitiendo radiación intensa.
- Formación estelar desatada. La zona de interacción central alberga una tasa de creación de nuevas estrellas que multiplica la media galáctica.
- Gas frío como materia prima. Se han detectado grandes cantidades de gas molecular que alimentan esta formación estelar extrema.
- Un jet que desencadena más caos. Uno de los agujeros negros lanza un chorro de radio que parece aumentar la formación de estrellas, en lugar de frenarla.
- Un laboratorio cósmico único. Todo ocurre a más de 9.000 millones de años luz, en una etapa temprana del universo, cuando las galaxias aún se estaban formando.