Unos científicos crean en laboratorio tejido clave para la formación de la columna humana, abriendo puertas a nuevas investigaciones
Aunque este modelo de célula madre de una notocorda es una estructura simple, podría ayudar a los investigadores a estudiar los defectos congénitos relacionados con esta parte tan importante de nuestro cuerpo.
Por Darren Orf
06/01/2025
SEBASTIAN KAULITZKI/SCIENCE PHOTO LIBRARY//Getty Images
Cuando la gente dice “hazte una columna vertebral nueva”, no lo suele decir literalmente. Pero los científicos del Instituto Francis Crick de Londres se tomaron el reto muy en serio y desarrollaron con éxito modelos de células madre humanas con tejido de la notocorda. Durante el desarrollo de un embrión, este tejido en forma de bastón actúa como una especie de andamiaje crucial y ayuda a determinar dónde deben construir las células la columna vertebral y el sistema nervioso.
Se trata del primer modelo de célula madre que contiene un notocordio, lo cual es muy importante si se tiene en cuenta su papel central en el desarrollo embrionario temprano. Los resultados del estudio se publicaron esta semana en la revista Nature.
“La notocorda actúa como un GPS para el embrión en desarrollo, ayudando a establecer el eje principal del cuerpo y guiando la formación de la columna vertebral y el sistema nervioso”, dijo James Briscoe, autor principal del estudio, en un comunicado de prensa. “Hasta ahora, ha sido difícil generar este tejido vital en el laboratorio, lo que limita nuestra capacidad para estudiar el desarrollo y los trastornos humanos”.
Para crear esta notocorda humana, los científicos tuvieron que recurrir a la ayuda de nuestros amigos vertebrados. En primer lugar, analizaron embriones de pollo y los compararon con los de ratones y monos, animales más cercanos a nuestra rama particular en el árbol de la vida. Con esta información, los investigadores pudieron determinar el momento y la secuencia de las señales moleculares necesarias para crear un modelo de célula madre con tejido de la notocorda.
Al tratarse de un modelo de célula madre y no de un embrión completo, las células (según los investigadores) crean una “estructura parecida a un tronco” de entre 1 y 2 milímetros de longitud. Aunque no es la más sustancial de las espinas dorsales, esta minúscula estructura contenía todos los tejidos neurales y las células madre óseas correctamente dispuestas en un patrón igual al de los embriones humanos.
“Lo más emocionante es que la notocorda de nuestras estructuras cultivadas en laboratorio parece funcionar de forma similar a como lo haría en un embrión en desarrollo”, afirma Tiago Rito, primer autor del estudio. “Envía señales químicas que ayudan a organizar el tejido circundante, igual que lo haría durante el desarrollo típico”.
Esto es especialmente importante, ya que una notocorda funcional en células madre humanas podría ayudar a seguir investigando cómo afectan los defectos congénitos a la columna vertebral o la médula espinal. Los investigadores señalan que también podría ser valioso para estudiar los discos intervertebrales -los cojines amortiguadores situados entre las vértebras- que en realidad se forman a partir de la propia notocorda.
“Ahora que hemos creado un modelo que funciona”, afirma Briscoe, “esto abre puertas para estudiar condiciones de desarrollo sobre las que hemos estado a oscuras”.
Darren Orf
Editor colaborador
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Darren vive en Portland, tiene un gato y escribe y edita sobre ciencia ficción y cómo funciona nuestro mundo. Puedes encontrar su material anterior en Gizmodo and Paste si lo buscas lo suficiente.
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