La enfermedad Ocular Tiroidea es una patología inmunitaria que afecta predominantemente a mujeres jóvenes
Esto es todo lo que debes saber sobre la Enfermedad Ocular Tiroidea
La enfermedad ocular tiroidea (EOT), también conocida como orbitopatía de Graves, sigue siendo un desafío diagnóstico y terapéutico, especialmente cuando se presenta en formas moderadas a graves que amenazan la visión del paciente.
Laura Guio
Diciembre 29, 2024
La enfermedad Ocular Tiroidea no solo afecta la funcionalidad física de los pacientes, sino que también tiene un gran impacto psicosocial. Foto: Su Medico.
Aunque tradicionalmente se utilizan varios métodos de evaluación clínica, los médicos deben estar cada vez más preparados para adaptarse a la variabilidad de la enfermedad y la evolución rápida de los síntomas.
Una de las herramientas fundamentales para medir la actividad de la EOT es la puntuación de actividad clínica, que se utiliza para evaluar la inflamación y otras complicaciones oculares.
En algunos centros de Estados Unidos, se emplea la clasificación VISA (Visión, Inflamación, Estrabismo y Aspecto) para evaluar la gravedad de la enfermedad. Según esta clasificación, una puntuación igual o superior a 4 generalmente indica la necesidad de un tratamiento inmunodepresor. Sin embargo, esto es solo una parte de la evaluación clínica.
Epidemiología y diagnóstico de la Enfermedad Ocular Tiroidea
La enfermedad Ocular Tiroidea es una patología inmunitaria que afecta predominantemente a mujeres jóvenes, con una prevalencia estimada de entre el 2% y el 25-50% de los pacientes con hipertiroidismo.
Aunque la enfermedad es rara, la inflamación orbitaria que produce es la más frecuente dentro de las afecciones tiroideas, lo que la convierte en una preocupación clínica para oftalmólogos y endocrinólogos por igual.
Dado su impacto potencial en la visión, especialmente en los casos graves, es crucial realizar un diagnóstico diferencial adecuado, ya que la inflamación orbitaria también puede ser secundaria a otras enfermedades.
Fisiopatología de la Enfermedad
La fisiopatología de la enfermedad de Graves involucra una compleja disfunción inmunitaria, donde los fibroblastos orbitarios presentan una sobreexpresión de los receptores de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) y del IGF-1.
Esta alteración desencadena una serie de reacciones que incluyen la diferenciación de preadipocitos en adipocitos y la proliferación de fibroblastos, lo que da lugar a la inflamación y expansión de los tejidos orbitarios.
Además, la activación de los linfocitos T y fibroblastos orbitales contribuye a la liberación de citocinas y perpetúa el ciclo inflamatorio. Este proceso inflamatorio puede afectar la función del nervio óptico, aumentando el riesgo de pérdida de visión.
Nuevas terapias dirigidas y avances en el tratamiento
Tradicionalmente, el tratamiento de la enfermedad de Graves se centraba en la reducción de la inflamación con esteroides. Sin embargo, los avances en la investigación han llevado al desarrollo de tratamientos dirigidos que bloquean vías específicas implicadas en la enfermedad, mejorando la eficacia terapéutica.
Fármacos como teprotumumab, que bloquea la vía del receptor IGF-1, y tocilizumab, que inhibe la vía de la IL-6, han mostrado resultados prometedores. Además, se están investigando nuevas opciones como lonigutamab, linsitinib, satralizumab y batoclimab, que podrían representar avances significativos en el manejo de la enfermedad.
Impacto psicosocial y calidad de vida de los pacientes
La enfermedad Ocular Tiroidea no solo afecta la funcionalidad física de los pacientes, sino que también tiene un gran impacto psicosocial. El cambio en el aspecto físico debido a la inflamación orbital es uno de los síntomas más frecuentes, lo que afecta profundamente la calidad de vida, especialmente en las mujeres jóvenes.
Además, los síntomas pueden provocar molestias constantes, incluso en casos leves, lo que genera una disminución significativa del bienestar emocional. En casos graves, la compresión del nervio óptico puede comprometer la visión, lo que aumenta la carga emocional y física de los pacientes.
El papel del tabaquismo y el estrés en la progresión de la enfermedad
El tabaquismo es un factor de riesgo clave para el agravamiento de la enfermedad de Graves y su inflamación orbital. Dejar de fumar es crucial, pero a menudo genera un estrés adicional en los pacientes, lo que puede dificultar el tratamiento.
El estrés, en general, también se ha identificado como un factor que empeora la condición, creando un círculo vicioso que complica la gestión de la enfermedad.
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Laura Guio
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