Investigaciones revelan que un recuerdo es almacenado por al menos tres grupos diferentes de neuronas en el hipocampo. Esto permite al cerebro reescribir con flexibilidad copias de recuerdos y adaptarse a los cambios del entorno.
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Los seres humanos aprenden del pasado convirtiendo las experiencias en recuerdos. En otras palabras, nuestras memorias no son simples archivos del pasado, sino que cambian con el tiempo para predecir el futuro y elegir el mejor curso de acción para una situación concreta. Durante mucho tiempo, los mecanismos por los que el cerebro controla esta naturaleza dinámica permanecieron inexplorados, sin embargo, este último estudio han dado respuesta al misterio.
"El cerebro recuerda acontecimientos pasados para que podamos comprender el presente. Por otra parte, nuestro entorno cambia constantemente, de modo que para tomar las decisiones correctas sobre experiencias futuros, necesitamos cambiar nuestra propia memoria", explica el profesor Flavio Donato, autor principal de la investigación y especialista de la Universidad de Basilea, en Suiza.
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El cerebro reescribe los recuerdos
Donato y su equipo experimentaron con ratones de laboratorio y descubrieron que al menos tres grupos distintos de neuronas generan copias paralelas de un mismo recuerdo en la región cerebral conocida como hipocampo, responsable de la memoria.
Según los investigadores, el grupo de neuronas nacidas en las primeras fases del desarrollo embrionario son las responsables del almacenamiento de la memoria a largo plazo. Las réplicas formadas por estas neuronas son tan débiles y frágiles que el cerebro no puede reconocerlas, pero se van aclarando gradualmente con el tiempo. Este mecanismo de recuerdos que son inaccesibles enseguida de su formación, también se da en los seres humanos.
Fotografía: AntonioSolano; Getty Images
Por su parte, la copia formada por un grupo de neuronas nacidas en una etapa posterior se graba vívidamente como un recuerdo intenso, pero se vuelve tan tenue que el cerebro no puede acceder a ella. Cabe señalar que las copias de recuerdos formadas por grupos de neuronas en las etapas medias del desarrollo permanecen más estables que las de las etapas tempranas y tardías. Las réplicas que se reconocen como memorias vienen determinadas por la facilidad con la que pueden modificarse.
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No todos los recuerdos tienen réplicas
Es probable que las copias de los recuerdos realizadas por un grupo de neuronas formadas en las etapas posteriores se reescriban en un breve período de tiempo. Esto se debe a que recordar la situación después de que se haya producido el suceso activa las neuronas formadas posteriormente, que intentan integrar la información actual en el recuerdo original.
En cambio, si se recuerda el mismo suceso después de que haya transcurrido un largo período de tiempo, se recupera una copia del recuerdo reactivando un grupo de neuronas formadas en las primeras etapas. No obstante, estas vivencias no se modifican fácil porque ya están fuertemente arraigadas.
Esta investigación ha revelado algunos de los mecanismos por los que el cerebro almacena y modifica repetidamente nuestras memorias. Ilustración: GraphicaArtis/Getty Images
"Este mecanismo de modificación del recuerdo es una prueba de la plasticidad cerebral, en este caso significa que las neuronas son cambiantes, que desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la enorme capacidad de memoria", concluye Vilde Kwim, miembro del equipo de investigación.
En un futuro próximo, los investigadores esperan que estos hallazgos puedan ayudar a aliviar los pensamientos intrusivos en la vida cotidiana; uno de los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo, la depresión, y a tratar la pérdida de memoria.
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Artículo originalmente publicado en WIRED Japón. Adaptado por Alondra Flores.
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