La investigación también refuerza la idea en torno a que toda la vida compleja surgió en nuestro planeta a partir de una antigua relación simbiótica entre las bacterias y las arqueas
Una comparación de proteínas inmunes llamadas viperinas en Asgard archaea (izquierda) y en eucariotas, un grupo de organismos que representan a la vida compleja e incluye a los humanos (derecha). Las formas tridimensionales son sorprendentemente similares, lo que sugiere que también funcionan de manera semejante. / Crédito: Pedro Leão.
Pablo Javier Piacente
09 SEPT 2024
Los microbios que surgieron hace miles de millones de años pueden haber hecho que nuestro sistema inmunológico evolucionara hasta su capacidad actual: una investigación ha comprobado que dos de nuestras defensas más importantes contra los virus han persistido desde antes del surgimiento de la vida compleja en la Tierra. Se trata de dos proteínas que desempeñan un papel vital en el sistema inmunológico de todos los organismos, desde insectos hasta plantas y humanos.
Científicos de la Universidad de Texas en Austin, en Estados Unidos, revelaron notables similitudes en la forma y la actividad de dos proteínas vitales para el sistema inmunológico en los microbios más antiguos, presentes en la Tierra desde hace miles de millones de años, y los organismos eucariotas, entre ellos los seres humanos, que representan a la vida compleja que se desarrolló posteriormente en nuestro planeta.
Según concluyen los especialistas en un nuevo estudio publicado en la revista Nature Communications, los hallazgos indican que las arqueas de Asgard, dimunutos microbios que han sobrevido desde los comienzos de la Tierra, han desempeñado un papel fundamental en la conformación y evolución del sistema inmunológico del ser humano y de toda la vida compleja, permitiendo el combate de múltiples virus y otras amenazas.
Dos proteínas claves
En concreto, los investigadores confirmaron que las viperinas y los argonautas, dos proteínas que cumplen un papel muy importante en el sistema inmunológico de toda la vida compleja, provienen de las arqueas de Asgard. Las versiones de estas proteínas de defensa también están presentes en las bacterias, pero las modalidades identificadas en formas de vida compleja, como los humanos u otros animales, están más estrechamente relacionadas con las que pueden encontrarse en las arqueas de Asgard.
Al mismo tiempo, estos datos refuerzan la hipótesis que sostiene que toda la vida compleja, representada en los llamados organismos eucariotas, que abarcan a insectos, plantas y animales, surgió de una relación simbiótica entre las bacterias y las arqueas de Asgard, en algún momento de la evolución de la Tierra primitiva.
“Las infecciones virales son una de las presiones evolutivas que hemos tenido desde que comenzó la vida, y es fundamental contar siempre con algún tipo de defensa. Cuando las bacterias y las arqueas descubrieron herramientas que funcionaban, se transmitieron y siguen siendo parte de nuestra primera línea de defensa”, explicó en una nota de prensa el científico Pedro Leão, autor principal del nuevo estudio.
Un ancestro en común
De acuerdo a un artículo publicado en Science Alert, los hallazgos de los investigadores estadounidenses muestran que las viperinas en los organismos eucariotas y las viperinas en las arqueas de Asgard son proteínas hermanas y comparten un ancestro común. Además de haber obtenido muchas otras proteínas estructurales gracias a las arqueas, los eucariotas también habrían heredado de los antiguos microbios los sistemas de defensa que aportan las viperinas.
Por último, el estudio también reveló que casi el 8 por ciento de los genes de defensa de las arqueas de Asgard analizados se asociaron con argonautas, que también habrían llegado a los organismos complejos. Se trata de proteínas inmunes, que cortan el ADN para detener la propagación de un virus. En todos los dominios de la vida en nuestro planeta, desde arqueas y bacterias hasta eucariotas, los argonautas actúan como sistemas inmunes programables.
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Referencia
Asgard archaea defense systems and their roles in the origin of eukaryotic immunity. Pedro Leão et al. Nature Communications (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-024-50195-2
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