Las partículas de los incendios de Canadá extendieron la contaminación por Europa, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Contaminación del aire. / RR SS
El cambio climático, los incendios forestales y la contaminación atmosférica forman un círculo vicioso cuyas repercusiones para la salud y el medio ambiente no dejan de intensificarse. Esta es la principal conclusión del boletín sobre la calidad del aire y el clima presentado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), que señala la urgente necesidad de abordar conjuntamente ambos problemas.
El informe, basado en datos de 2023, analiza la relación entre la concentración de partículas contaminantes, como las PM2,5 (partículas con un diámetro de 2,5 micrómetros o menos), y sus efectos sobre la salud y la agricultura.
Según el documento, en Europa y China se han registrado niveles de estas partículas por debajo de la media de los últimos 20 años, debido en parte a los esfuerzos sostenidos por reducir las emisiones de gases contaminantes. Lorenzo Labrador, experto en observación atmosférica de la OMM, ha valorado esta tendencia positiva, destacando la importancia de los esfuerzos planificados y constantes para reducir la contaminación.
No obstante, la situación es muy distinta en otras partes del mundo, como América del Norte, donde los incendios forestales de gran magnitud han disparado las emisiones de PM2,5 a niveles "excepcionalmente elevados". Asimismo, en la India se ha registrado un aumento en las concentraciones de estas partículas debido al incremento de la actividad industrial y humana.
Una fuente de contaminación atmosférica
La agricultura, paradójicamente, también es una fuente relevante de contaminación atmosférica, especialmente en regiones de África, Asia y América. La quema de rastrojos, el uso de fertilizantes y pesticidas, y la gestión del estiércol son prácticas que contribuyen a la emisión de partículas contaminantes que, según los estudios, pueden reducir el rendimiento de los cultivos hasta un 15% en las áreas más afectadas.
El boletín destaca además cómo las emisiones de incendios forestales, como los que afectaron gravemente a Canadá en 2023, llegaron a cruzar el Atlántico, afectando la calidad del aire en Europa Occidental. La situación es igualmente alarmante en el hemisferio sur, donde incendios en Chile durante los primeros meses de 2023 provocaron una "degradación extrema" del aire.
La OMM advierte que estas tendencias continúan en 2024, con olas de calor y sequías persistentes que aumentan el riesgo de incendios forestales. Ko Barrett, Secretaria General Adjunta de la OMM, subraya que para combatir este problema es necesario abordar conjuntamente el cambio climático y la calidad del aire. "Reconocer esta interrelación y actuar en consecuencia traería beneficios para la salud del planeta y de sus habitantes", concluyó. @mundiario
María P. Martínez
Colaboradora.
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La autora, MARÍA PAULA MARTÍNEZ, colaboradora de MUNDIARIO, es Comunicadora social, especializada en Periodismo Impreso. @mundiario
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