El gobierno de Gustavo Petro ha puesto sobre la mesa una propuesta como parte de su plan de reactivación económica: la figura de “inversión forzada”.
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Esta medida, aún en fase de análisis, busca inyectar capital a sectores que sufren por la falta de financiación, utilizando recursos del sistema financiero a través de una “inversión forzada”.
La iniciativa se presenta en un contexto de crisis económica que ha afectado a varios sectores productivos del país y pretende garantizar que el ahorro público sea utilizado para impulsar el crecimiento económico.
Dos alternativas están bajo consideración. La primera sería presentar la “inversión forzada” como un proyecto de ley en el Congreso de la República, mientras que la segunda opción consistiría en alcanzar un acuerdo con los bancos para implementar la medida, sin necesidad de pasar por el proceso legislativo.
Según el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ya se han llevado a cabo acercamientos con Asobancaria, el gremio que agrupa al sistema financiero privado del país, para explorar esta última opción.
El presidente Petro ha defendido esta propuesta, argumentando que el objetivo es canalizar los ahorros de los colombianos hacia entidades como Bancoldex, Banco Agrario, Finagro y el Fondo Nacional del Ahorro.
La intención es utilizar estos recursos para otorgar créditos al Estado y, de esta forma, impulsar sectores clave de la economía nacional. Cristo ha salido al paso de las críticas, asegurando que “nadie está pretendiendo ‘echarle mano’ a los ahorros de la gente”, en un intento por calmar las preocupaciones de quienes ven en esta medida un riesgo para la estabilidad del sistema financiero.
No obstante, la idea de una “inversión forzada” ha generado un amplio debate. Mientras que algunos sectores del Congreso, como el Pacto Histórico y la Alianza Verde, ven en esta propuesta una oportunidad para reactivar la economía y asegurar una mayor rentabilidad sobre los ahorros, otros, como el Centro Democrático, advierten sobre los riesgos que podría implicar, como un aumento en las tasas de interés para los sectores no beneficiados por la medida.
La senadora del Pacto Histórico, Clara López, ha defendido la propuesta afirmando que, en la actualidad, “los únicos que deciden a dónde va cada peso del ahorro nacional son las juntas de los bancos, y no están haciendo un buen papel."
Por su parte, la representante a la Cámara por Bogotá, Olga Lucía Vásquez, destacó que la propuesta del gobierno busca fomentar la inversión a largo plazo, asegurando que, aunque la recuperación del dinero podría ser lenta, finalmente se traduciría en beneficios para el país.
En definitiva, la “inversión forzada” se presenta como una propuesta audaz y arriesgada que podría redefinir el papel del sistema financiero en la economía nacional. Si bien la medida podría representar una oportunidad para inyectar capital en sectores estratégicos, también plantea interrogantes sobre sus posibles efectos colaterales en la estabilidad financiera del país.
Será el Congreso de la República quien, en última instancia, decida si esta iniciativa tiene cabida en el marco de la política económica del gobierno Petro. Lo que está claro es que el debate apenas comienza y las implicaciones de esta propuesta serán objeto de análisis y discusión en los próximos meses.
13 de Agosto 2024
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