DOSSIER:
1. Bolivia: ¿Una asonada de guerra híbrida, un autogolpe?
Álvaro Verzi Rangel - CLAE
Jun 27, 2024
Apenas 90 minutos después de que Evo Morales denunciara el intento de golpe de Estado y el presidente Luis Arce hiciera lo mismo al referirse a la movilización de algunas unidades militares liderada por el comandante saliente del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, la asonada ya había sido expresivamente repudiada no solo por dirigentes progresistas sino incluso por la derecha golpista, en defensa de la continuidad democrática, contra cualquier intento de interrupción del mandato consitucional.
Entre los movimientos sociales el repudio al movimiento de tropas fue unánime y la Central Obrera Boliviana, de posición ambigua en 2019, declaró un paro por tiempo indeterminado. Extrañó la asonada, cuando el principal problema ha sido el conflicto entre el presidente Arce y Evo Morales, marcado por recíprocos desconocimientos institucionales y graves acusaciones, que no parece basarse en diferencias políticas de fondo, ni a nivel nacional ni internacional, que justifiquen la disputa de poder.
Desde el martes circulaban rumores sobre una posible destitución de Zúñiga, luego de asegurar en una entrevista que detendría al expresidente Evo Morales si éste insistiera en presentarse como candidato a los comicios de 2025. “Es el escenario de un golpe aparente, yo diría más una gran puesta en escena que un golpe”, opinó Juan Ramón Quintana, exministro de Evo.
El expresidente, que había repudiado la intentona golpista, luego abonó la teoría del autogolpe. El General Sánchez Velásquez, nombrado como nuevo comandante del Ejército, reafirmó el compromiso del nuevo alto mando militar con el cumplimiento de la normativa legal y constitucional que rige a la institución castrense.
“Este nuevo alto mando cumplirá lo que dice la norma, la Constitución Política del Estado y las leyes que rigen a la institución militar. Vamos a estar siempre al pendiente de que el orden legalmente constituido permanezca de acuerdo a lo que dicen las normas del Estado”, subrayó.
Durante su violenta irrupción en la sede del gobierno boliviano, el general Juan José Zúñiga dijo a los medios que buscaba cambiar piezas en el gabinete y «liberar a todos los presos políticos» incluyendo a la expresidenta de facto Jeanine Áñez y el gobernador opositor Luis Fernando Camacho.
En una breve declaración ante los medios, el destituido comandante dijo que el presidente Arce le ordenó «sacar los blindados para levantar su popularidad. «Es y era una de las hipótesis, lo que no cuadra es: ¿sacrificar a un general por un civil siendo el general un especialista en inteligencia?», se preguntó el excónsul boliviano en Argentina, Antonio Abal Oña, derribando los dichos del militar.
Bolivia tiene una historia plagada de golpes de Estado en casi 200 años de vida independiente. Mientras se desarrollaban los hechos, Evo Morales se pronunció contra el golpe desde su cuenta de X y llamó a movilizarse por todo el país: “Convocamos a los movimientos sociales del campo y la ciudad a defender la democracia”, escribió. No hubo fisuras en eso con su principal adversario en el Movimiento Al Socialismo (MAS), el propio Arce, quien enfrentó a Zúñiga cuando intentó ingresar en la sede del gobierno.
Este fugaz ensayo no parece haber contado con la intervención de terceros países, como sucedió en 2019 con el golpe que encabezó Jeanine Áñez a quien apoyaron el gobierno de Estados Unidos, el Brasil de Jair Bolsonaro, la Argentina de Mauricio Macri y hasta la propia OEA. Tampoco se produjo un respaldo visible de la población civil, quizá porque todo transcurrió en pocas horas.
EU y la guerra híbrida
El fallido golpe se encuadra dentro de la guerra híbrida del Comando Sur del Pentágono y la embajada de Estados Unidos en La Paz. Dos día antes, la canciller boliviana, Celinda Sosa Lunda, convocó a la encargada de negocios estadounidense Debra Hevia, reclamándole por una serie de acciones del personal a su cargo, considerados como una intromisión en los asuntos internos del país. Dos días después se produjo la intentona sediciosa del general Zúñiga, exjefe del Estado Mayor del ejército y experto en inteligencia militar.
Debra Hevia
El 14 de junio, Hevia había rechazado rotundamente los señalamientos del ministro de Economía local, Marcelo Montenegro, quien afirmó que su representación diplomática estaba involucrada en un golpe blando, al fomentar protestas entre transportistas y comerciantes por la falta de dólares y combustibles en el país.
El analista Carlos Fazio señala que una de las principales tareas de Hevia era explotar y exacerbar las contradicciones entre Luis Arce y el ex presidente Evo Morales, así como la lucha intestina en el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), como parte de una estrategia de desestabilización tendiente a una revolución de color, cuyo propósito es borrar todo vestigio del proceso de cambio que comenzó en 2005.
A ello se suman las acciones de la jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson, cuyo objetivo es quedarse con el litio, las tierras raras y el agua dulce de Bolivia. Ambas funcionarias han venido alentando a los sectores golpistas de Santa Cruz y Cochabamba, que protagonizaron el putsch de 2019.
El lunes 24, el general Zúñiga amenazó con detener a Evo Morales para impedir que sea candidato a la presidencia en 2025; el martes 25 hubo rumores sobre la destitución del comandante de las fuerzas armadas, y el 26, tras invadir el Palacio Quemado, Zúñiga dio 20 minutos a Arce para liberar a Jeanine Áñez y Luis Fernando Camacho, protagonistas del golpe de 2019. La intentona fracasó, pero seguramente seguirán insistiendo.
¿Un autogolpe?
La teoría del autogolpe tomó tanta velocidad como las tanquetas militares desplazadas hacia la plaza Murillo para interrumpir el orden constitucional. La única evidencia, hasta ahora, son las declaraciones del general Juan José Zúñiga, comandante del ejército, a menos que haya mentido.
General Zúñiga
Camino a su detención, explicó sin titubear ante un grupo de periodistas: “El presidente me dijo: la situación está muy jodida, muy crítica. Es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. ‘¿Sacamos los blindados?’, le habría preguntado a Arce y éste le respondió ‘Sacá’. Entonces el domingo en la noche, los blindados empiezan a bajar. Seis cascabeles y seis urutús, más 14 Z del Regimiento de Achacachi.
Los manuales dicen que para fortalecer a un Presidente que está afrontando crisis económica, se debe desviar el punto de foco y convertirlo en mártir. Por ejemplo, creando un auto golpe, con un comandante que ya va a salir del servicio activo (con su respectiva remuneración económica) y luego, activando a la población para que salga a defender la democracia y que rodeen a los militares.
El comandante se entrega, con la condición que liberen de culpa a sus subordinados, se procesa por la vía militar al comandante y colorín, colarado, la democracia se ha restaurado y el ejecutivo sale fortalecido.
El exministro de la Presidencia de Evo Morales, Juan Ramón Quintana dijo a Página12 de Argentina: “Esto es una gran puesta en escena”. Evo ya había expresado que se estaba “preparando un autogolpe”. Como fuere, la situación pone en riesgo la gobernabilidad del actual mandatario enfrentado en una larga interna con Evo que tiene final abierto.
Quintana, muy crítico de Lucho Arce, exministro de Economía de Morales hasta 2019, explicó que el presidente “necesita restablecer su credibilidad política para el año y pico que le queda en el gobierno. Pero este es un punto de quiebre. El segundo objetivo lo iba a cumplir Zúñiga si se salía con la suya, que era detener a Evo”.
Para algunos analistas bolivianos la asonada fue parte de una tramoya orquestada desde la embajada de EU en donde Arce Catacora y Zúñiga son los actores principales con el mismo objetivo de inhabilitar a Evo Morales y proscribir a su agrupación de las elecciones de 2025.
“Todo estaba orquestado y se dio la pantomima de tumbar la puerta del antiguo palacio de gobierno también llamado Palacio Quemado. El actual edificio donde se gobierna y están las oficinas del Ejecutivo de Lucho Arce Catacora, está en la calle Potosí y, desde luego tienen otra entrada: por eso le digo una pantomima, un ejercicio de juego al villano golpista”, señaló un oficial de inteligencia.
“Yo creo que se descubrirá la tramoya y exigirán la renuncia de Arce. Él por su parte, convocará a elecciones adelantadas en noviembre para que el nuevo gobierno (muy posiblemente de derecha), asuma en enero del próximo año”, añadió.
El intento sedicioso se extendió durante unas tres horas y no recibió apoyo de la mayoría de las unidades militares del país. “Es el escenario de un golpe aparente, yo diría más una puesta en escena que un golpe”, agregó. La historia se inició cuando tres unidades del ejército salieron hacia el centro del poder político con sus tanquetas. Una de ellas no pudo llegar a Plaza Murillo. Las restantes, con Zúñiga al frente, rodearon el kilómetro cero en La Paz y como arribaron, se retiraron ante la rápida respuesta del gobierno más las movilizaciones y la amenaza de un paro general por tiempo indeterminado de la Central Obrera Boliviana (COB).
Los repudios nacionales a la asonada militar incluyeron a sectores ultraderechistas que en 2019 se alzaron contra Morales como el actual gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, el exmandatario Jorge Tuto Quiroga y hasta la expresidenta de facto, Jeanine Áñez desde su lugar de detención, donde cumple condena por los episodios de noviembre de 2019.
El progresismo
Al rechazar el intento de golpe de Estado que se desarrollaba ayer en Bolivia, el Grupo de Puebla advirtió en un comunicado sobre las declaraciones del comandante general del ejército de Bolivia, general de división Juan José Zúñiga Macías, quien públicamente ha puesto de manifiesto su intención de detener e impedir una posible candidatura de Evo Morales en las próximas elecciones presidenciales de 2025.
Recordó que el país andino recuperó la democracia tras haber sufrido un año antes un golpe cívico militar, por lo que resulta inadmisible que quien conduce el ejército boliviano amenace con alzarse en armas para impedir que un ciudadano se postule para presidir el país. Llamó al presidente Luis Arce, cuyo apego a la institucionalidad democrática nos consta, que haga valer el principio sagrado del carácter no deliberativo en política de la fuerza pública.
En respuesta, la cancillería del Estado Plurinacional del Bolivia dijo que “rechaza firmemente el comunicado emitido por el Grupo de Puebla en el que se sugiere que el presidente Luis Arce Catacora estaría generando un autogolpe de Estado. Toda afirmación en ese sentido sólo pretende encubrir el verdadero golpe de Estado, articulado y financiado por la derecha.
Evo Morales y sus socios internacionales han venido construyendo una narrativa, que hemos denunciado en los últimos dos meses, que tiene el objetivo de acortar el mandato del presidente constitucionalmente elegido, agregó, e instó a la comunidad internacional a respaldar la voluntad soberana del pueblo boliviano ante cualquier situación de intento de ruptura del orden democrático.
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*Sociólogo y analista internacional, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y analista senior del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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2. Las extrañas explicaciones del general que intentó hacer el golpe en Bolivia
Por: Redacción Pares
Se llama Juan José Zuñiga y se autodenomina como “el general del pueblo”. Desde noviembre del 2022 es el comandante general del ejército boliviano. Es cercano a mineros y sindicalistas. En ese país era muy conocido pero, en la tarde del 26 de junio, su nombre apareció en los principales medios del mundo. Con camiones y tanques militares intentó tomarse el Palacio Quemado, la sede que alberga el poder en ese país andino. La escaramuza duró unos minutos. Al ser detenido Arce habló y lo que dijo provocó una especie de escándalo: todo se trataría de un autogolpe. “El presidente me dijo que la situación está muy jodida, muy crítica y que era necesario algo para levantar su popularidad. ¿Sacamos los blindados?, le dije y él respondió: Sacá”.
No es la primera vez que Arce está en el ojo del huracán. En el 2013 enfrentó acusaciones, según la BBC, por haber desviado 400 mil dólares cuando era jefe de un regimiento de infantería. Por esto pagó tres días de arresto. Fue señalado incluso por el propio Evo Morales de encabezar un grupo oficial que buscaba su detención. Se hacían llamar “Los Pachajcos”. Morales ya había advertido que estos militares iba por él y por su cuerda de políticos.
Las declaraciones de Arce, en donde se sostenía en que había ocurrido un autogolpe, se contrastaban con lo que exigía, a través de la red social X, de juzgar a Zuñiga: "proceder inmediatamente con un proceso penal y con la baja del Gral. Zúñiga y sus cómplices en cumplimiento de la Constitución Política del Estado y la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas".
Es importante saber que, aunque alguna vez fueron aliados, Arce y Morales se han distanciado. Arce ha denunciado desde hace unos meses un supuesto “golpe blando” liderado por seguidores de Morales quien aspiraría a un nuevo mandato presidencial. Hay que recordar que en el 2019 Evo dejó el país después de que los militares lo sacaran. El país que lo recibió fue el México de Andrés Manuel López Obrador. Arce ha acusado a Evo detrás del clima de desestabilización que reina en ese país.
Todo fue extraño durante la tarde de ese 26 de junio. Los carros blindados, con la misma determinación con la que llegaron gritando que “recuperarían el control del país” con la que se fueron. Entre todo el ruido que se ha armado a través de redes sociales y medios de comunicación, el director de la Fundación Paz y Reconciliación, León Valencia, quien a través de la red social X divulgó información de lo que había sucedido en esta “supuesta” intentona de golpe de Estado. Así se lo informaron a Valencia “Ha ocurrido un sainete inexplicable. Un comandante militar, posesionado y además, defensor acérrimo del gobierno, dijo hace dos días que el ejército, pueblo en armas, detendría a Evo si se postula de nuevo, queriendo congraciarse con el presidente. Hubo una reacción contra la torpeza que el gobierno se vio obligado a cesarlo. El cristiano de marras tomó hoy la Plaza de Armas de la ciudad de La Paz, donde está el palacio presidencial y el legislativo. Luego de unas negociaciones inexplicables con el general alzado, el gobierno posesionó a un nuevo mando militar y él desactivó la movilización. No hubo un solo disparo, ni violencia, ni detenidos, ni confrontación”.
Se necesita saber la verdad y las próximas horas serán decisivos para esto.
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3. Fallido golpe de Estado en Bolivia: implicados, causas, reacciones
El presidente Arce consiguió mantener el control y juramentó a una nueva dirección de las Fuerzas Armadas.
27 jun 2024
Militares hacen guardia en la Plaza Murillo en La Paz, Bolivia. 26 de junio de 2024.Gaston Brito Miserocchi / Gettyimages.ru
La destitución del comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, tras amenazar al expresidente Evo Morales (2006-2019), fue supuestamente el detonante de un fallido intento de golpe de Estado en Bolivia que duró poco menos de cuatro horas.
Tanques del Ejército y soldados armados, a las órdenes de Zúñiga, invadieron el Palacio Quemado, la histórica sede presidencial, donde actualmente reside el poder ejecutivo.
En unas imágenes que han dado la vuelta al mundo se vio al presidente del Gobierno, Luis Arce, encarando a Zúñiga, a quien ordenó desmovilizar a las tropas.
El general rebelde aseguró que "liberaría" a "todos los presos políticos", incluida la expresidenta Jeanine Añez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho, ambos en prisión por el golpe de Estado de noviembre de 2019 contra Morales.
Inmediatamente, Arce juramentó a la nueva dirección de las fuerzas armadas y Zúñiga fue detenido. "Nadie podrá quitarnos la democracia que hemos logrado", comentó el presidente.
El presidente de Bolivia, Luis Arce, habla a la población.Gettyimages.ru
Zúñiga admitió a la Policía que no se llevó a cabo el golpe de Estado por motivos logísticos. La ministra de la Presidencia, María Nela Prada, leyó a la prensa un parte de la declaración del militar en la que explicó que "las unidades de Viacha tardaron en llegar" y que "también el personal de la Armada y de la Fuerza Aérea no pudieron llegar".
Por su parte, el ministro boliviano de Gobierno, Eduardo del Castillo, subrayó que la intención de Zúñiga era "tomar el mando" del país. "A lo que apuntaba Zúñiga era tomar el mando de nuestro país, convertirse en capitán general de las Fuerzas Armadas", detalló.
Y continuó: "Los heridos demuestran que esto no fue un simulacro".
Según Del Castillo, este acto de sedición se ha estado preparando durante aproximadamente tres semanas, con la implicación de un grupo de militares que conspiraron para derrocar al gobierno elegido democráticamente.
¿Quién es Zúñiga?
Zúñiga, un experto en inteligencia militar y general, fue una figura polémica en el campo castrense, siendo nombrado para el cargo en noviembre del 2022, a pesar de contar con un historial de acusaciones por corrupción y no ser uno de los oficiales más brillantes.
Mientras era arrestado, el militar -que será investigado por presuntos delitos de terrorismo y alzamiento armado- declaró rápidamente a la prensa que Arce orquestó un "autogolpe" para ganar popularidad de cara a las elecciones de 2025.
El excomandante del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga.Juan Karita / AP
"El presidente me dijo que la situación está muy jodida, muy crítica. Es necesario preparar algo para levantar mi popularidad. '¿Sacamos los blindados?' [le había preguntado a Arce y éste le respondió] 'sacá'", apuntó.
El ministro de Justicia, Iván Lima Magne, afirmó que el general miente y "busca justificar una decisión que es suya y de la que deberá rendir cuentas ante la Corte".
Magne detalló que Zúñiga se enfrentará a una pena de entre 15 a 20 años de prisión por los delitos de atentado a la democracia y a la Constitución.
El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, aseguró que todo se originó después de que Zúñiga amenazase a Morales si se presentaba como candidato presidencial a las elecciones de 2025.
Tanquetas del Ejército de Bolivia.Juan Karita / AP
Morales, que incluso afirmó tener videos y audios que prueban que el comandante quiere eliminarlo, denunció ese tipo de amenazas.
Según Novillo, Zúñiga fue cesado la noche del martes, un día antes de efectuar su "golpe fallido" en una acción militar con tanques contra la sede del Gobierno en la Paz. Por su parte, Zúñiga habría intentado conversar con el presidente tras su suspensión, pero el mandatario no le pudo atender porque estaba ocupado.
Reacción internacional y la postura de EE.UU.
Líderes latinoamericanos y mundiales de todo el espectro político se pronunciaron enérgicamente en contra del intento de golpe, condenando a los militares golpistas, lo que contrastó con la reacción de EE.UU.. Una portavoz de la Casa Blanca indicó la noche de miércoles que en Washington estaban "observando atentamente" la situación en Bolivia e instaron a la "calma y moderación".
Aunque la portavoz mencionó la "situación en Bolivia", evitó usar el término "golpe de Estado", empleado por el presidente boliviano, Luis Arce, para describir la acción de un sector del Ejército que se levantó contra su Gobierno y forzó la entrada de un tanque a la sede del Ejecutivo en La Paz. Hasta el momento, este fue el único comentario de la Casa Blanca.
El intento de golpe también se ha producido con el telón de fondo de las declaraciones de Bolivia de unirse al grupo BRICS. Para Arce, en el nuevo modelo de desarrollo boliviano y de apertura a la inversión privada foránea y nacional, los BRICS y el Banco del BRICS, "se convierten en una oportunidad".
"Hemos planteado que Bolivia forme parte de los BRICS. Es una gran oportunidad para nuestros países", afirmó recientemente el mandatario, quien agregó que la nación "tiene mucho que contribuir con sus recursos naturales".
El presidente de Bolivia también comentó a principios de junio en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF-2024), que la nación andina tiene espacio para que "muchas" empresas extranjeras inviertan en el desarrollo de los yacimientos de litio que tiene su país.
"Somos la primera reserva de litio en el mundo, por lo tanto hay espacio para muchas empresas para que pueden venir", resaltó.
Las reservas de litio de Bolivia se estiman actualmente en 23 millones de toneladas, es decir, 24 % de la existencia mundial, lo que consolida a esta nación como el mayor reservorio de este recurso del mundo. El metal también conocido como 'oro blanco', es un elemento crucial para las baterías utilizadas en los vehículos eléctricos, motivo por el que su demanda ha aumentado de manera significativa.
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