Es casi de consenso la afirmación de que las actuales instituciones mundiales reflejan el pasado
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Autor/a: Héctor-León Moncayo6 JUNIO, 2024
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Como parte de la celebración del 22 aniversario de producción y circulación en Colombia del mensuario Le Monde diplomatique, el pasado 20 de mayo, con la participación de los Embajadores de la Federación de Rusia, Nikolay Tavdunadze, Zhu Jingyang de la República Popular China y de la República Federativa de Brasil, Paulo Estivallet de Mesquita, se llevó a cabo el conversatorio origen del presente artículo; una realidad global que amerita, en un país como Colombia aún dependiente en grado zumo de la “Estrella polar”, de mayor debate e iniciativa por parte de los actores sociales.
Durante la ceremonia de inauguración de la Feria Internacional del Libro en Bogotá, el pasado 17 de abril, el presidente Petro solicitó públicamente el apoyo de su homólogo de Brasil para que Colombia fuese admitida en el grupo de países conocido como Brics. El acrónimo, como se sabe, está formado por las iniciales de Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica y fue lanzado originalmente en 2001 por Jim O’Neill, un economista al servicio del Banco de Inversiones Goldman Sachs, para designar a las principales economías “emergentes” o nuevas Potencias del siglo XXI, prediciendo que antes del 2050 ya habrían superado en tamaño económico a las que conformaban el G-7. Era obviamente un llamado a los más poderosos capitalistas para que orientaran sus inversiones hacia dichos promisorios mercados emergentes. Lula aceptó complacido y así quedó consignado en la Declaración que suscribieron los dos mandatarios. Solicitud hasta ahora no radicada ante la presidencia que hoy tiene el grupo de países, según aclaró el Embajador de la República Federativa de Rusia ante una pregunta del público.
El anuncio fue recibido en un comienzo por la opinión mediática del país con una mezcla de sorpresa y escepticismo no exenta de humor: ¡ser “potencia de la vida” no alcanza para clasificar! Sin embargo, como suele suceder, el Presidente sí estaba sintonizado con los movimientos que se registran actualmente en la dinámica mundial. La reciente –decimoquinta– cumbre del grupo, el 24 de agosto de 2023, en Johannesburgo, en la cual se aceptó la incorporación de seis nuevos miembros, fue la culminación de un interesante proceso de institucionalización que había comenzado en 2009. En efecto, ese año, de ser una denominación un tanto periodística pasó a ser, en medio de una gran crisis económica mundial, un acuerdo real entre gobiernos. Una voluntad, por lo menos, de cooperación que, dos años después, cuando se incorporó Suráfrica, comenzó a dar lugar a algunos proyectos concretos, conservando en todo caso una deliberada flexibilidad organizativa.
No cabía duda que la atrevida predicción se había hecho realidad y que al tamaño del territorio (30% del planeta) y de la población (42% del total mundial) de las potencias involucradas se sumaba ya su extraordinaria participación conjunta en el PIB mundial. En paridad de poder adquisitivo, se calcula que ya superó el 35.6 por ciento. Es cierto que la década de 2010 no fue del todo buena para estos países pero tal vez por eso mismo se materializaron unos cuantos notables proyectos, siendo el principal de todos el Nuevo Banco de Desarrollo en 2015, el cual se complementó luego con el Fondo de Reservas de Emergencia. Recuérdese que, al mismo tiempo, se desplomaba el discurso del “libre comercio”, incluso por parte de su principal propagandista, los Estados Unidos, y se volvía al nacionalismo económico. Pero fue ya en la década actual –seguramente acicateados por dos factores: el impacto de la pandemia y las implicaciones sancionatorias de la guerra en Ucrania– cuando, además del fortalecimiento de mecanismos de cooperación, se adoptó una proyección mundial, punto de partida de su ampliación (1). Lejos había quedado ya la imagen de club de las “potencias emergentes”, cuya realidad, por cierto, especialmente en referencia a China, ya no admitía ninguna duda.
Pues bien, atendiendo a la actualidad del tema, la dirección de Le Monde diplomatique, Colombia, como parte de la celebración del aniversario 22 de su circulación en el país, decidió convocar al conversatorio “De un mundo unipolar a uno multipolar”, para el cual encontró la respuesta positiva y amable de algunos de los Embajadores en Colombia de los países Brics.
El evento se llevó a cabo el 20 de mayo en el auditorio principal de la Cooperativa del magisterio –Codema– con la participación de los Embajadores de la Federación de Rusia, N. Tavdunadze, Zhu Jingyang de la República Popular China y de la República Federativa de Brasil, P. Estivallet de Mesquita, con la moderación del economista e investigador Libardo Sarmiento, ingrante del Consejo de Redacción. Por parte de éste intervino el profesor Álvaro Sanabria. La iniciativa fue no sólo agradecida por los invitados, sino también resaltada por su contribución a la difusión que, ante una pregunta del público, insistieron debía ser amplia y diversa. “Sabemos que desde los Estados Unidos siempre se intentará tergiversar y minimizar los éxitos del grupo Brics”, anotó el embajador de Rusia.
Tentativas de definición
A esta altura ya no es fácil definir la naturaleza de esta convergencia de Estados. Aunque es inevitable traer a colación el G-7 (2), no parece ser simplemente su equivalente y rival. El embajador de Brasil se cuidó muy bien de advertir: no es una alianza en oposición a otra. Y precisó: los integrantes del Brics+ no son los únicos “emergentes”, pero además sus proyectos –por ejemplo el Nuevo Banco de Desarrollo– están abiertos a muchos otros países. Una Plataforma (camino de apertura e inclusión) la denominó el embajador de la China. Por su parte, el embajador de Rusia puso el énfasis en el sentido político de centro de gravitación que objetivamente estaba adquiriendo: ¡en contra de la herencia de la Guerra Fría y el hegemonismo! Si ha atraído la atención de muchos gobiernos –concluyó– es porque representa los intereses de las “mayorías”. Y utilizó la expresión: El Sur Global más el Este Global.
El problema que salta a la vista es la extrema heterogeneidad de los Estados y Regímenes políticos involucrados, incluso entre los fundadores. Fue el embajador de la República Popular China quien lo trató abiertamente. En su opinión, sí existen valores comunes nacidos de la experiencia. El hecho de provenir de territorios e historias diferentes obra como catalizador; en consecuencia, la cooperación es no sólo factible sino que se constituye en un nuevo modelo. Se trata de una convergencia de la multiculturalidad (incluyendo modelos políticos propios) que facilita el mutuo aprendizaje, siempre y cuando se base en el respeto y la comprensión. La interdependencia crece y pese a las dificultades marchamos hacia una Comunidad de futuro compartido, concluyó. Esta noción de respeto por la diferencia entre los regímenes políticos –especialmente– como base para el desarrollo de acciones conjuntas fue repetida y confirmada con otras palabras por sus colegas.
Sin duda, el punto que deberá esclarecerse, tal vez en otros conversatorios, es la coherencia entre los valores tal como se enuncian en la retórica, y los objetivos materiales tal como se presentan en las acciones concretas. El Señor Zhu Jingyang destacó entre los lineamientos del Brics+ el Desarrollo Sostenible Global. No se profundizó en este aspecto, por ejemplo en relación con los acuerdos de Paris sobre cambio climático, pero el embajador brasilero anotó, en algún momento, que había una ostensible inequidad; generalmente los compromisos sólo eran respetados por los países del Sur.
En fin, los tres parecen coincidir en que la clave de la alianza (y su proyección hacia otros países) es la cooperación. Desde luego, en materia comercial, siguiendo las señales de ventajas que ofrece la actual división internacional del trabajo (3). El señor Tavdunadze anotó de modo significativo: “una cooperación ininterrumpida frente a sanciones unilaterales”. Pero sobre todo, cooperación en materia de ciencia e innovación tecnológica, y para el emprendimiento de proyectos económicos estratégicos, en particular infraestructura internacional (cadenas) de transporte (4). Esto no quiere decir, por supuesto, que cada uno de los integrantes no pueda celebrar alianzas y convenios, en todas las materias, con otros Estados y agrupamientos (5).
¿Se busca reformar el orden mundial institucional?
Es casi de consenso la afirmación de que las actuales instituciones mundiales reflejan el pasado, es decir, los arreglos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, y no se adecúan por lo tanto a las realidades contemporáneas (6). Es ahí donde cabe la noción de multipolaridad enfrentada a la antigua unipolaridad. Desde luego, su permanencia es algo más que inercia; responde, en su arquitectura y su jerarquía, al ejercicio de una dominación, cuyo beneficiario (y sus aliados), es decir los Estados Unidos, defiende a toda costa. Aunque no abundaron en explicaciones, los embajadores invitados estuvieron de acuerdo en que se trataba de un orden injusto. Especialmente, como se verá enseguida, en el campo económico, si bien son conscientes que, por ejemplo, el control del sistema monetario y financiero mundial por parte de los Estados Unidos a través del dólar, permite a esta potencia desarrollar una capacidad de coerción y subordinación política sin control alguno.
No obstante, no parece que se hayan propuesto, por lo menos en esta etapa, concentrar esfuerzos en reformas institucionales de gran alcance. El señor embajador de China, después de expresar categóricamente que, a pesar de todo, no hay ninguna organización multilateral que cuente con mayor legitimidad que las Naciones Unidas, señaló que muchas veces, por ejemplo en el Consejo de Seguridad, se discute con voces dispares de una violación de las normas establecidas –sin lograr unanimidad, lo que paraliza o relantiza su funcionamiento (7), aunque probablemente quepan algunas reformas. El problema se encuentra en otro tipo de organismos como la Otan que debería haber desaparecido hace tiempo. Ello tiene diversas implicaciones. Por ejemplo, a su juicio, el uso ilegítimo de la fuerza, al igual que la pobreza, en los países pobres, es la fuente de la migración, problema sobre el cual hubo una pregunta del público. (Lo delicado de este último tema se refleja en que no hubo mayores comentarios al respecto).
La iniciativa reformista parece entonces limitarse a exigir mayor representación en las organizaciones internacionales y en los Foros Multilaterales. Podría decirse que comparten la arquitectura del sistema y solamente buscan transformar la jerarquía del mismo. Desde luego era difícil esperar, en un escenario como éste, consideraciones más de fondo. En cambio, en su intervención, Álvaro Sanabria, libre de ataduras diplomáticas, pudo abordar francamente la dimensión geopolítica. No duda que se va a verificar un cambio en las instituciones del orden mundial y que la transición ya empezó pues son contundentes e irreversibles los avances de los nuevos actores del mercado; la inquietud tiene que ver más bien con las características de las inevitables resistencias por parte del antiguo hegemón, y con la angustiosa incertidumbre de si puede esperarse una transición pacífica.
Comercio y finanzas en el corazón de la iniciativa
La mayor desigualdad, como se dijo, es la que se da en las instituciones económicas mundiales y especialmente en el sistema monetario internacional que además es hoy fuente creciente de inestabilidad. En Johannesburgo se habló de abandonar definitivamente el dólar. Y efectivamente, en términos solamente comerciales, China ya es el principal socio de más de 61 países (lo cual es notorio en Latinoamérica) superando ampliamente a los Estados Unidos, lo cual permitiría replantear las formas de pago. De hecho, hoy en día el 90 por ciento del comercio bilateral entre Rusia y China se hace en las monedas nacionales (8). Pero el principal condicionamiento se encuentra en los flujos financieros, empezando por el Sistema Internacional de Pagos que exige el dólar y facilita la imposición de sanciones por parte de USA, aunque recientemente ha tomado fuerza, como sustituto, el sistema Chino, Cips (China International Payments System). Finalmente está su función como reserva, todo lo cual lleva a la pregunta fundamental: si no es el dólar, ¿qué moneda única utilizar?
En el conversatorio no se avanzó casi nada sobre el tema –de ahí que el moderador, Libardo Sarmiento, se permitiera sugerir la realización de otro conversatorio específico–. Ante una pregunta del público al respecto, el señor Estivallet de Mesquita sólo anotó que no se podía prescindir del dólar de la noche a la mañana pues muchos países seguían valorando sus ventajas.
El embajador de Brasil, parece pues, en general, de la opinión de que, en todas las materias, es mejor avanzar lentamente en los hechos. Se trataría, más bien, de un re-direccionamiento de las relaciones. En el comercio internacional, por ejemplo, China ya no tiene a USA como su proveedor de algodón. Es decir, se trata de un cambio de socios, propiciado por las empresas, tanto para las compras como para las ventas. También en inversiones y créditos. Un proceso de adaptación que naturalmente es lento pero sumamente eficaz. Tiene que ver con negociación y logística. Significa eliminar intermediarios y por tanto sobre-costos. Y sobre todo un acceso directo a la información. A su juicio, uno de los logros de los Brics+ ha sido el acercamiento y el contacto directo entre países y empresas, precisando que existen esfuerzos para garantizar y acelerar el flujo de información entre los países.
En síntesis, es este enfoque pragmático el que parece presidir la estrategia de reformas que promueven –y presionan– los Brics+
¿Qué viene ahora?
De acuerdo con lo acostumbrado, la presidencia corresponde al país en donde se realizará la siguiente Cumbre, en este caso Rusia. En el conversatorio, su embajador sintetizó los propósitos que la animaban. Destacó las áreas de Política y Seguridad, Economía, Conexiones culturales y acciones humanitarias. Obviamente, centradas en los propósitos y metas ya mencionados. Más de 250 eventos están planteados. En la Agenda, se encuentran la reunión de Cancilleres en Junio y, por supuesto, la décima sexta Cumbre del 22 al 24 de Octubre.
Uno de los aspectos que más subrayó fue la proyección internacional que incluye la propia ampliación de Brics+. Destacó la existencia de un importante entorno de países (gobiernos) que se pueden calificar de aliados o amigos. Con algunos de ellos, ya sea como grupo o individualmente por parte de uno u otro de los integrantes, existen asociaciones estratégicas en diversos campos. Pero no se descuida la ampliación. Es probable que en la próxima Cumbre se consideren nuevas solicitudes. No precisó, sin embargo, ni siquiera en términos generales, cuáles son los criterios de admisión (9). De hecho, en la pasada ocasión, muchas solicitudes dejaron de considerarse sin mayor explicación y se especula que Argelia fue rechazada probablemente por su grave enfrentamiento con Marruecos (10).
A manera de conclusión puede decirse que, si bien es fácilmente explicable, desde el punto de vista geopolítico, el reciente empuje adquirido por el Grupo, ya que sus principales potencias, Rusia y China, estaban corriendo riesgos de aislamiento, la primera por las duras sanciones que había recibido y la segunda por la fuerte reacción proteccionista que enfrenta, en ambos casos de parte de los Estados Unidos, no es clara en cambio su perspectiva futura. Sobre todo en términos políticos. Da la impresión que el horizonte del “Este Global” está mucho más definido que el del “Sur Global”. Brasil tenía que estar, desde luego, desde cuando surgió la idea, en cuanto gran mercado emergente, pero Latinoamérica en su conjunto no parece figurar entre los llamados, por lo menos no como protagonista.
1. Los países que entraron en funciones, como miembros –una categoría recién estrenada– en enero de este año, fueron: Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. La denominación quedó entonces Brics+ (plus). Argentina había sido aceptada en la Cumbre, con la postulación precisamente de Brasil, pero, luego del cambio de gobierno, desistió de participar. Milei había declarado desde la campaña electoral que ¡de ninguna manera iba a tratar con “comunistas”!
2. El Grupo está integrado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Japón y Canadá.
3. Vale la pena destacar que con la reciente ampliación el grupo pasaría a controlar casi el 55 por ciento de la producción petrolera mundial. En los que se llaman “metales raros” tres de los fundadores, Brasil, Rusia y Sudáfrica cuentan con los mayores yacimientos comprobados del planeta. China, por su lado, representa los dos tercios de la producción actual de las “tierras raras”. La lógica de la ampliación puede significar mayor control del mercado mundial de ciertos productos básicos agrícolas como los cereales. Preguntados sobre la posibilidad de aparición de nuevas formas de neocolonialismo, contestaron que su política consistía en transferir tecnología que permitiera a los países exportar productos elaborados (con valor agregado).
4. Este es un ámbito de gran importancia y de la mayor competencia. En el conversatorio se mencionó, al pasar, la famosa “ruta de la seda”; en palabras del embajador de China: “Iniciativa de la Franja y la Ruta” (Belt and Road Inititive). Pero Biden, ha propuesto, a manera de contrapeso, un “corredor” que una a India con Europa a través de Emiratos A.U., Arabia Saudita, Jordania, Israel, con una vía férrea, un cable submarino y un gasoducto. Antes había lanzado la idea que hasta ahora ha caído en el vacío de una “Asociación Global para las Infraestructuras y las Inversiones”. El embajador de Rusia, por su parte, alcanzó a mencionar el “corredor transcontinental Norte Sur” que, en principio, uniría Rusia, Irán e India.
5. Lo cual no sólo profundiza las diferencias sino que puede llevar a enfrentamientos. India, por ejemplo, forma parte del “Diálogo de seguridad Cuadrilateral”, junto con Australia y Japón, con el cual Estados Unidos busca contener el ascenso Chino. No obstante, en desacato a las sanciones impuestas por USA a Rusia, han sido, junto con China, los mayores compradores de petróleo ruso.
6. Así lo repitió A. Guterres en la citada Cumbre: “las actuales estructuras de gobernanza mundial reflejan el mundo de ayer […] Se deben reformar para reflejar las realidades económicas y las lógicas de poder contemporáneas” Bulard M. “Cuando el Sur se afirma”, Le Monde diplomatique, edición Colombia Nº 237, octubre 2023.
7. Los apartes en cursiva corresponden al autor del artículo.
8. Ver Renaud L., y D. Plihon, “¿Es verdaderamente el fin del dólar?”, Le Monde diplomatique, edición Colombia, Nº 238, noviembre, 2023.
9. Se sabe que en la fila se encuentran más de veinte países. Entre ellos: Indonesia, Tailandia, Nigeria, Vietnam, Malasia, Filipinas, Bangladesh, México.
10. Optenhögel, Uwe, “Brics: de la ambición desarrollista al desafío geopolítico”, Revista Nueva Sociedad, Nº 310, marzo-abril de 2024.
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* Economista, investigador, integrante del Consejo de redacción de Le Monde diplomatique, edición Colombia y periódico desdeabajo.
Videos: Conversatorio BRICS: de un mundo unipolar a uno multipolar
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Fuente:
Le Monde diplomatique, edición Colombia Nº244, junio 2024