Según los científicos, para limitar el calentamiento tienen que registrarse cero emisiones netas en 2050. “Esto puede ser posible con una transformación sistémica de todos los sectores, el abandono de los combustibles fósiles y el fomento de las renovables, entre otros”
Rocío Cruz
El presidente de las negociaciones, el sultán Ahmed Al Jaber, ha dejado fuera de su discurso la necesidad de poner fecha al fin del carbón, el petróleo y el gas.
La COP28 de Dubái se organiza de espaldas a las verdaderas emergencias climáticas. En este contexto, cobra especial importancia el país anfitrión de la Cumbre del Clima, Emiratos Árabes Unidos (EAU), uno de los 10 mayores productores de petróleo del mundo, que se opone al urgente abandono gradual de los combustibles fósiles. El sultán Ahmed Al Jaber, director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC), será quien dirija las negociaciones.
Previo a las reuniones, Al Jaber ha dejado fuera de su discurso la necesidad de poner fecha al fin del carbón, el petróleo y el gas. Según el presidente de la COP28, “hay que triplicar las renovables, duplicar la eficiencia, acotar las emisiones de metano y acelerar los procesos de descarbonización en los sectores con mayores emisiones para 2030″.
Estas declaraciones preocupan a las organizaciones ambientalistas. Ecologistas en Acción ha asegurado a Público que la intención de Emiratos es “seguir contaminando petróleo, porque habrá alguien que lo capturara por nosotros”. La organización añade que triplicar las energías renovables “es una forma de diversificar las economías de sus empresas para conseguir más cuota de mercado“.
Una amenaza para los derechos humanos
“El funesto historial de Emiratos Árabes Unidos en materia de derechos humanos supone una amenaza para el éxito de la cumbre“, aseguran desde Amnistía Internacional. La ONG reconoce su preocupación ante el cierre del espacio cívico, y la posibilidad del espionaje digital y la vigilancia durante la Cumbre de Dubái.
La legislación de EAU impone severas restricciones y castigos por el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica, además de múltiples disposiciones legales que castigan las críticas al sistema político, al gobierno y a los gobernantes, según destaca Amnistía Internacional.
La directora de Programa de Justicia Climática, Económica y Social y Responsabilidad de las Empresas de Amnistía Internacional, Marta Schaaf, añade que la Cumbre del Clima “debe ser un foro en el que se respete el derecho a la libertad de expresión y de manifestación pacífica y la sociedad civil, los pueblos indígenas y las comunidades y grupos en primera línea afectados por el cambio climático puedan participar abiertamente y sin temor, algo que EAU no cumple“.
Amnistía Internacional ha instado al presidente Al Jaber a dimitir de su cargo en ADNOC, pues considera que existe un evidente conflicto de intereses que amenaza el éxito de la COP28, y que es sintomático de la creciente influencia que el lobby de los combustibles fósiles ha podido ejercer en los Estados y en la COP.
Emiratos ha prometido que habrá un espacio disponible para que los activistas climáticos “se reúnan pacíficamente y hagan oír su voz”, habilitado en la llamada Zona Verde, fuera de la Zona Azul, donde tienen lugar las negociaciones de las delegaciones nacionales.
Desalentador primer balance del Acuerdo de París
En el Acuerdo de París firmado en 2015, los países establecieron la necesidad de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2°C y de esforzarse por limitarlo a 1,5°C a finales de siglo, con respecto a la era preindustrial. En la Cumbre de Dubái se espera lograr compromisos ambiciosos para cumplir esta meta.
Sin embargo, en septiembre de este año, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) advirtió de que el planeta no está en camino de cumplir los objetivos del Acuerdo de París. En la COP28 los países participantes deberán completar la primera ronda de evaluación del acuerdo, denominada Global Stocktake (GST) o balance global, y decidir qué hacer para encauzar la situación.
Según los científicos, para limitar el calentamiento tienen que registrarse cero emisiones netas en 2050. “Esto puede ser posible con una transformación sistémica de todos los sectores, el abandono de los combustibles fósiles y el fomento de las renovables, entre otros”.
El informe sobre la brecha de emisiones de 2023 del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma) expone que las políticas actuales de los países para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero son insuficientes y conducen a la Tierra a una subida de la temperatura de 3°C. Según el documento, para cumplir el acuerdo de París, se necesitarían acuerdos mundiales para rebajar entre el 28% y el 42% las emisiones de aquí a 2030.
Una incógnita sin resolver en la COP28
En la Cumbre de Dubái hay una incógnita sin resolver: poner fin a los combustibles fósiles o limitarse —como se ha hecho en las dos últimas cumbres—, a citar la necesidad de impulsar las renovables, acabar con las plantas de carbón y eliminar los subsidios a petróleo o gas.
Dentro de Naciones Unidas hay países que viven de los combustibles fósiles, otros ven en las renovables la solución a la crisis climática y un tercer grupos de los que, sin recursos para afrontar la transición ecológica, son los más castigados por los efectos del calentamiento global.
La Unión Europea propone una “eliminación progresiva de la producción y el consumo de energía a partir de combustibles fósiles”, cuyo pico de emisiones debe llegar máximo en 2025. El anfitrión de la Cumbre, Emiratos, se posiciona a favor de la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, con la excepción de aquellos que puedan ser secuestrados mediante tecnologías de captura y almacenamiento de CO2.
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