El café, la fibra y la dieta mediterránea son claves para combatir la enfermedad del hígado graso no alcohólico
la DietMed, que se centra en reducir el estrés oxidativo y la inflamación, podría ayudar a controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD)
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En una revisión reciente publicada en Nutrientes En la revista, los investigadores revisaron los datos existentes sobre patrones dietéticos, alimentos y nutrientes para mejorar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).
Estancia: Patrones dietéticos, alimentos y nutrientes para mejorar la enfermedad del hígado graso no alcohólico: una revisión del alcance. Crédito de la imagen: Dulce malvavisco/Shutterstock.com
A pesar de ser la causa más común de enfermedad hepática crónica a nivel mundial, la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) carece de farmacoterapia y recomendaciones dietéticas para abordar sus graves consecuencias para la salud.
La esteatohepatitis no alcohólica exacerba la cirrosis y el carcinoma hepatocelular, lo que genera mayores costos médicos, pérdidas financieras y disminución de la calidad de vida.
Las modificaciones en la dieta, los cambios en el estilo de vida y las modificaciones en el estilo de vida son ejemplos de opciones de tratamiento. El síndrome metabólico, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, la diabetes y la enfermedad renal crónica se han asociado con la NAFLD.
Sobre la reseña
En esta revisión, los investigadores analizan diferentes estrategias dietéticas para controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). Realizaron búsquedas en bases de datos como MEDLINE, Web of Science, Google Scholar y Scopus de enero a julio de 2023 para encontrar registros relevantes publicados en inglés o español.
La Dieta Mediterránea (MedDiet) es un patrón de alimentación predominantemente vegetariano con alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y bajo consumo de carne roja. Las investigaciones sugieren que las personas que siguen una dieta occidental rica en grasas tienen más probabilidades de desarrollar NAFLD.
MedDiet se distingue de otras dietas por su bajo consumo de carbohidratos, la evitación de carbohidratos refinados, el consumo mínimo de azúcar y el énfasis en el uso de aceite de oliva como fuente principal de grasa añadida. Los estudios han demostrado que la Dieta Med se asocia con un menor riesgo de NAFLD, así como con un menor aumento de peso, resistencia a la insulina y progresión de NAFLD.
Debido a su bajo contenido de carbohidratos y su enfoque en alimentos vegetales, la DietMed representa una alternativa viable a las dietas occidentales.
Las grasas saturadas, que se encuentran comúnmente en las dietas occidentales, pueden alterar el metabolismo de los fosfolípidos, lo que provoca disfunción mitocondrial, aumento de la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y apoptosis. Además, el alto consumo de proteína animal se ha relacionado con la NAFLD en personas obesas.
Además, la dieta desempeña un papel directo en la lipogénesis de novo, el proceso mediante el cual las células del hígado convierten el exceso de carbohidratos, especialmente fructosa, en ácidos grasos. El consumo regular de fructosa se ha asociado con un mayor riesgo de fibrosis, principalmente debido al uso de fructosa artificial.
Finalmente, las dietas ricas en fructosa, incluidas la sacarosa, la fructosa y el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, se han relacionado con un mayor riesgo de esteatosis y esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), especialmente en personas con sobrepeso y obesidad.
Genética, alimentos y mejora de la EHGNA.
La dieta juega un papel importante en el desarrollo de NAFLD porque puede afectar la homeostasis del ADN y la biología de los telómeros. La producción y reparación adecuadas del ADN dependen de la presencia de nutrientes esenciales como ácido fólico, calcio, retinol, vitamina E y ácido nicotínico. Por el contrario, las grasas trans tienen el potencial de causar daño al ADN.
En la EHGNA destaca el fenómeno de acortamiento de los telómeros, que puede paliarse incorporando a la dieta fibra, ácidos grasos omega 3 y verduras. Por el contrario, los carbohidratos con IG alto, las carnes procesadas y las grasas saturadas tienden a acelerar el acortamiento de los telómeros.
PNPLA3 (dominio 3 que contiene fosfolipasa similar a la patatina) desempeña un papel fundamental en la regulación de la acumulación de lípidos hepáticos y el desarrollo de NAFLD. Las dietas ricas en carbohidratos y ácidos grasos pueden desencadenar la producción de determinadas proteínas codificadas por este gen mutante. Por lo tanto, la dieta tiene el potencial de cambiar la forma en que el hígado usa la grasa, influir en la resistencia a la insulina, influir en el estrés oxidativo e influir en la función mitocondrial a través de cambios epigenéticos.
Las deficiencias de nutrientes como betaína, colina, folato y vitamina B12 pueden promover la metilación del ADN, que a su vez puede promover la producción de triglicéridos hepáticos. Por lo tanto, incluir alimentos como nueces, semillas, mariscos y dietas ricas en fibra puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar NAFLD. Se ha demostrado que los frutos secos tienen un efecto positivo sobre los niveles de lípidos, la salud del hígado y la inflamación, y potencialmente sirven como un tratamiento eficaz para la NAFLD.
El pescado puede producir ácidos grasos omega-3, que pueden ayudar a reducir la acumulación de grasa en el hígado y prevenir el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), la esteatohepatitis no alcohólica (NASH) y la fibrosis.
Las dietas ricas en fibra y cereales integrales pueden afectar la composición de la microbiota intestinal, lo que puede influir en la comunicación intestino-hígado en el desarrollo de NAFLD. Una dieta rica en legumbres, como guisantes, lentejas y frijoles, está fuertemente asociada con un menor riesgo de NAFLD.
Si bien no se comprende completamente el mecanismo exacto detrás de los beneficios protectores de las verduras y frutas contra el riesgo de NAFLD, se cree que está relacionado con la disminución de la densidad energética después de su adición a la dieta y las propiedades antioxidantes derivadas de los polifenoles y carotenoides que se encuentran en estos alimentos.
Productos lácteos, especialmente aquellos que contienen yogur. Lactobacillus acidophilus No5 y Bifidobacteria lactis Bb12 se ha relacionado con un menor riesgo de NAFLD debido a su alto contenido de proteína de suero, que ayuda a perder peso y reducir la masa grasa.
Se ha demostrado que los probióticos, como las cepas de Bifidobacterium y Lactobacillus, reducen el daño oxidativo e inflamatorio en el hígado al tiempo que reducen los triglicéridos (TG) hepáticos y la esteatosis.
Los prebióticos, como el café filtrado sin azúcar, pueden afectar la composición de la microbiota intestinal, que se ha implicado en el desarrollo de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD). La colina, una vitamina B esencial que se obtiene de la ingesta de alimentos y se produce internamente, se digiere y almacena principalmente en el hígado.
Los micronutrientes asociados con NAFLD incluyen zinc, cobre, hierro, selenio, magnesio y vitaminas A, C, D y E, así como carotenoides. Estos micronutrientes son conocidos por sus propiedades antioxidantes, antifibróticas, inmunomoduladoras y lipoprotectoras, que se han informado como mecanismos de acción para aliviar la NAFLD.
Conclusión
Según los resultados, la DietMed, que se centra en reducir el estrés oxidativo y la inflamación, podría ayudar a controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD).
Llevar una dieta de alta calidad, hacer ejercicio con frecuencia y limitar el consumo de azúcar son enfoques importantes, y consumir suficiente fibra y café puede ayudar a prevenir las bacterias intestinales no deseadas asociadas con la aparición de NAFLD.
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