La introducción de un gen específico en primates logró que produjeran una gran cantidad de dopamina y disminuyeran su consumo de alcohol en un 90 %
Pablo Javier Piacente
Una nueva terapia genética logra reducir drásticamente el consumo de alcohol en monos previamente inducidos a desarrollar esta adicción. Eventualmente, podría ser una paso importante para la aplicación de este tipo de terapias en los trastornos neurológicos humanos y, en concreto, en la eliminación de la tendencia a la adicción al alcohol y otras sustancias.
Un equipo de científicos, liderado por la Universidad Estatal de Ohio, en Estados Unidos, ha logrado probar con éxito una nueva terapia genética contra el trastorno por consumo de alcohol (AUD, según las siglas en inglés) en un grupo de monos macacos. El nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Nature Medicine, incluyó la introducción de un gen específico que cambió la actividad cerebral de los primates, que previamente habían sido inducidos a desarrollar la adicción al alcohol.
RESULTADOS PROMETEDORES
A partir de esta variante genética, los monos comenzaron a producir grandes cantidades de dopamina, un neurotransmisor conocido como la “hormona de la felicidad”, y redujeron drásticamente el consumo de alcohol, concretamente en un 90%. En base a estos resultados, los investigadores creen que podrían desarrollarse nuevos tratamientos contra esta adicción en humanos, como así también nuevas estrategias para abordar otras adicciones y trastornos neurológicos.
Los científicos emplearon la liberación sostenida de un virus modificado genéticamente, aplicándolo en una región del cerebro denominada área tegmental ventral (VTA). Al hacerlo, confirmaron su efectividad para prevenir el regreso al consumo excesivo de alcohol después de un período de abstinencia. Además, lograron eliminar las recaídas sin interrumpir otros comportamientos motivados en los primates.
La nueva técnica se aplicó en 8 monos macacos Rhesus: luego de generarles el hábito permanente relacionado al consumo de alcohol, los científicos introdujeron un vector de virus adenoasociado, que portaba un gen para el factor neurotrófico derivado de la glía humana (AAV2-hGDNF), aplicándolo directamente en el área tegmental ventral, ubicada en el sector inferior del mesencéfalo. Las neuronas en el VTA se conectan con la vía de recompensa del cerebro, por lo tanto pueden actuar directamente sobre las actitudes y las conductas.
UN PROBLEMA INDIVIDUAL Y SOCIAL
“En general, nuestros hallazgos indican que la terapia génica GDNF podría disminuir la ingesta de alcohol asociada a las recaídas. Creemos que este enfoque muestra aspectos positivos para un estudio adicional, como una terapia prometedora para AUD y posiblemente otros trastornos por abuso de sustancias", indicó en una nota de prensa el autor principal del nuevo estudio, Krystof Bankkiewicz.
El consumo excesivo de alcohol altera ciertas vías nerviosas en el cerebro que involucran la liberación del neurotransmisor dopamina. Dichas neuronas forman la vía de recompensa mesolímbica, que juega un papel importante en la adicción al alcohol y las drogas: debido a esto, los investigadores enfocaron la nueva técnica en este circuito cerebral, obteniendo resultados positivos en los primates.
La adicción al alcohol y otras sustancias no es solamente perjudicial para la persona afectada, derivando en graves trastornos neurológicos y otros factores negativos para la salud, sino además para la sociedad en general: distintas investigaciones han demostrado que incrementa considerablemente la agresividad, la tendencias a la violencia y otras actitudes que pueden perjudicar al entorno familiar y social del adicto.
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REFERENCIA
GDNF gene therapy for alcohol use disorder in male non-human primates. Matthew M. Ford, Kathleen A. Grant, Krystof S. Bankiewicz et al. Nature Medicine (2023). DOI:https://doi.org/10.1038/s41591-023-02463-9
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