El legado de Sagan es tan grande que no morirá con el planeta si es que alguna vez perece, sino que trascenderá vagando en el universo infinito y quién sabe, quizá algún día sea encontrado por seres inteligentes en los confines del cosmos
Por: Ecoo sfera
Cuando se habla de Carl Sagan, suele recordarse por ser el presentador del programa Cosmos, con el que introdujo a miles de jóvenes y adultos en el mundo de la ciencia. Sin embargo, el astrofísico no sólo se dedicó a la divulgación científica, sino que hizo grandes aportes al campo de la física espacial.
El divulgador científico más importante de la historia
Carl Edward Sagan nació el 9 de noviembre de 1934 en Brooklyn, Nueva York. Estudió física en la Universidad de Chicago y obtuvo su doctorado en astronomía y astrofísica en 1960. Justamente fue en esa década cuando lanzó una de sus primeras investigaciones que ayudó a comprender mejor la dinámica atmosférica de los planetas del Sistema Solar.
Por aquel entonces los investigadores no comprendían cómo Marte podía ser un planeta tan gélido y en contraparte, Venus ardía como el infierno mismo. Fue gracias a Sagan que confirmó con éxito que Venus podía comportarse como un horno debido al efecto invernadero. Para llegar a su conclusión, Sagan utilizó datos del estudio ingenieril de las calderas de vapor.
Pero la mente sagaz de Carl lo llevó hacia caminos que en aquel entonces no estaban reconocidos por la ciencia; la creencia en la inteligencia extraterrestre. A lo largo de la historia de la ciencia, ha existido un tabú muy grande cuando se trata de vida fuera del planeta y peor aún es la creencia en que podrían existir civilizaciones tecnológicamente avanzadas.
Hoy en día siguen siendo un tabú, pero ya existe una mayor apertura hacia lo desconocido y hay un atisbo para abandonar la idea del antropocentrismo en este vasto universo. La NASA y otras instituciones gubernamentales como el Pentágono ya han admitido abiertamente el estudio del fenómeno OVNI. No obstante, en el tiempo en que Sagan vivió, el tabú era tan grande que se cree que por esta razón en 1971 la Universidad de Harvard negó la titularidad al divulgador científico.
Desde entonces y durante toda su carrera futura, Carl Sagan pasó a formar parte del profesorado de la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. Fue en en estos años en que el astrofísico desarrolló su mayor legado, participando en el programa espacial estadounidense.
Mensaje de Sagan a las estrellas
Contribuyó a las misiones espaciales Mariner, Viking, Galileo y Voyager. En las misión Viking en donde fueron enviadas sondas al planeta Marte, Sagan ayudó a decidir el mejor lugar de aterrizaje sobre el sedimento marciano.
Pero además de sus grandes enseñanzas a través de Cosmos y las reflexiones no sólo científicas, sino incluso filosóficas que plasmó de manera magistral en sus libros, el astrofísico dejó un legado que supera todo lo anterior, y ese es su mensaje que todavía sigue viajando a través del espacio interestelar.
Fue el encargado de crear una placa con un mensaje contundente que resume la esencia del ser humano, misma que fue colocada en la misión Pioneer, que ahora se encuentra mucho más allá en el espacio interestelar. Pero más tarde superó su hazaña y lanzó otro mensaje a las estrellas a bordo de las Voyager, las naves humanas que han viajado la distancia más lejana de todas.
Las Voyager llevan un disco de oro diseñado por Sagan que contiene 116 imágenes que representan obras científicas históricas, así como la representación misma del ser humano realizando actividades cotidianas. El arte no quedó fuera y Sagan incluyó obras de Mozart, Beethoven y Chuck Berry, además de saludos en 55 idiomas diferentes.
El legado de Sagan es tan grande que no morirá con el planeta si es que alguna vez perece, sino que trascenderá vagando en el universo infinito y quién sabe, quizá algún día sea encontrado por seres inteligentes en los confines del cosmos.
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