La actual presencia arrolladora de todo tipo de pantallas no parece favorecer una comprensión lectora
Escrito por Albino Prada
En el muy inspirador ensayo “La tercera fase” (Taurus, 2001) Raffaele Simone planteaba un enigmático asunto: podría estarse produciendo una pérdida gradual de la capacidad de comprensión lectora, asociada al uso masivo de medios digitales (imágenes y sonido). En ese sentido muchos docentes comprobamos con preocupación el que cada vez más jóvenes, ante un párrafo largo o una página, son incapaces de esbozar una idea general y precisa de lo que están leyendo.
Cuando se consulta el informe PISA, a nivel agregado para los países que usan el castellano, en lo relativo a la evolución de la habilidad lectora entre los años 2000-2018 se constata la preocupante situación de que, entre diez países, solo en dos (Chile y Perú) dicha habilidad progresó ligeramente. Pero Chile ocupa la posición 43ª a escala mundial (China la encabeza), y Panamá la 71ª (entre 78 países analizados).
Evolución de la competencia lectora
El caso de España (sin dato para 2018) es singular, ya que se produjo una alerta por anomalías no especificadas en la realización justo de esta prueba.
Si analizamos los datos con algo más de detalle podríamos tener una radiografía aún más clarificadora sobre la hipótesis de Simone. Es en ese sentido que en la tercera página del Informe sobre el test realizado en 2018 se detalla para todos los países ricos (OCDE) la tendencia a largo plazo de la comprensión de un texto escrito, anotándose un declive en los siguientes países: Finlandia, Corea, Suecia, Nueva Zelanda, Australia, Países Bajos e Islandia. Anotan progresiones claramente positivas: Estonia, Israel, Chile y Colombia. El perfil de unos y otros (con la excepción de Israel) podría asociarse a una alta -y ya prolongada- penetración de las tecnologías digitales en los primeros y más baja en los segundos.
Tal hipótesis se confirma cuando se evalúa dicha tendencia a corto plazo (entre 2015 y 2018), pues los países con mayores declives en la comprensión lectora son por este orden: Países Bajos, Noruega, Japón, Alemania, Colombia y Luxemburgo. De nuevo anotamos una cualificada presencia de países con alta penetración de la cultura no alfabética (audiovisual digitalizada) en los que se observa declive en comprensión lectora. Con una progresión positiva rotunda sólo tenemos, sintomáticamente, a Turquía (siendo claramente una excepción dentro de los países de la OCDE) un país donde debemos suponer que el acceso y uso de lo digital va a la zaga de Alemania.
Basándonos en el, más específico, Informe PIRLS del año 2016 sobre competencia y comprensión lectora, para los países que cuentan con series completas de datos desde el año 2001 presentamos dicha evolución en un nuevo recuadro.
Evolución de la competencia - comprensión lectora
Fuente: elaboración propia con datos de PIRLS 2016
Volvemos a comprobar que en cinco relevantes países ricos a escala mundial se observa un deterioro de esta competencia lectora de los jóvenes, mientras que en los menos ricos (y con inferior penetración de los medios audiovisuales e internet) se seguiría anotando una mejora.
De los datos de este informe presentamos una tabla de detalle en la que se relaciona el nivel de comprensión lectora medio en cada país para el año 2016 según sea la mayor o menor la dotación de equipamientos informáticos por alumno (a la izquierda más equipos por alumno y a la derecha más alumnos por cada equipo).
Seleccionamos para esta tabla países ricos que presenten una distribución no excesivamente concentrada del porcentaje de estudiantes en las situaciones extremas de dotación informática para observar mejor la relación que nos ocupa.
Dotación de ordenadores en el aula y comprensión lectora
Fuente: elaboración propia con datos PIRLS 2016
Los datos sugieren que la hipótesis de Simone es más que verosímil. Pues, en general, en cada uno de esos países los alumnos que cuentan con más recursos informáticos (1-2 alumnos por computador) obtienen peores resultados en comprensión lectora que aquellos otros que cuentan con menos medios informáticos (6 o más alumnos por computador). En Bulgaria los primeros alcanzan una puntuación media de 529, mientras los segundos llegan a los 551 puntos.
Esa relación negativa entre dispositivos informáticos y comprensión lectora también se comprueba en otro informe de referencia (PISA, 2018), donde leemos: "la relación entre el rendimiento en lectura y el tiempo dedicado a utilizar dispositivos digitales para el trabajo escolar fue negativa en 36 países y economías, incluida España, después de tener en cuenta el estado socioeconómico de los estudiantes y los centros escolares” (ver Figura 6.11.)
EN RESUMEN
La actual fase audiovisual e informatizada de la comunicación social, del conocimiento y de la enseñanza no parece estar afectando favorablemente a nuestra comprensión lectora. Una comprensión lectora de la que depende la cabal capacitación intelectual de las personas. Entendiendo por capacitación intelectual la de analizar, jerarquizar o estructurar nuestras ideas en relación a algún asunto.
Como ya señalara en mi ensayo “Caminos de incertidumbre” (2020, página 61) la creciente importancia de las horas pasadas ante una pantalla -y la decreciente sobre los textos- no solo se ajusta de forma masiva a una elección entre la comodidad y lo fácil versus las dificultades y el esfuerzo. También nos hace depender de un ritmo ajeno y ya no propio.
Se produce una adicción galopante que transforma, por una parte, los textos en titulares y tuits, y que, por otra, sustituye la oralidad directa por simulacros de diálogos. Con el resultado de horas invasivas (nuestros datos a cambio) en las que se construye un personal castillo de naipes visual (selfies, Instagram, Facebook, tik-tok, etc.) que muy pronto metaverso llevará a sus penúltimas consecuencias.
Todo ello está afectando a capacidades intelectuales básicas y a nuestra comprensión lectora y de razonamiento. Siendo así que, sobre ese deterioro, es sin duda más fácil cualquier proceso de manipulación social. Volvería a ser cierto aquello de que “el medio es el mensaje”.
La actual presencia arrolladora de todo tipo de pantallas no parece favorecer una comprensión lectora a la que, por otra parte, esas pantallas restan espacio vital para que tal comprensión se desarrolle.
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Por Albino Prada,. Doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de Santiago de Compostela, profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Vigo, fue miembro del Consejo Gallego de Estadística y del Consejo Económico y Social de Galicia; colabora en medios como Luzes, Tempos Novos, Sin Permiso o infoLibre. Es miembro del Consejo Científico de Attac España. Su último ensayo publicado es “Trabajo y Capital en el siglo XXI” (2022).16/09/2022
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