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DOSSIER:
1. Biden promete no desplegar armas ofensivas en Ucrania y Putin exige que las negociaciones no se conviertan en una charla intrascendente
Durante la conversación telefónica Vladímir Putin dijo a Joe Biden que Rusia actuará para garantizar su seguridad del mismo modo que actuaría EE.UU. Además, señaló que espera resultados concretos de acuerdo con las preocupaciones de seguridad expuestas anteriormente.
Foto: Adam Schultz / Reuters
La conversación telefónica que mantuvieron este jueves los presidentes de Rusia y EE.UU., Vladímir Putin y Joe Biden, estuvo "dedicada completamente a las cuestiones de garantías de seguridad" y fue productiva, señaló durante una rueda de prensa el asesor del mandatario ruso, Yuri Ushakov.
En particular, el funcionario resaltó que "el punto principal que transmitió la parte estadounidense durante esta conversación fue que el presidente Biden declaró claramente que Estados Unidos no tiene intención de desplegar armas ofensivas en Ucrania".
"Es muy importante que el presidente Biden haya subrayado varias veces durante la conversación que no se puede iniciar una guerra nuclear, ni tampoco ganarla", dijo Ushakov. El asesor agregó: "Biden también subrayó que Rusia y Estados Unidos pueden y deben desempeñar un papel clave en los esfuerzos por garantizar la paz y la seguridad tanto en Europa como en el resto del mundo.
Asimismo, Ushakov indicó que Putin dijo a Biden que Rusia actuará para garantizar su seguridad del mismo modo que actuaría EE.UU.
"El presidente Putin dijo que da mucha importancia a estas conversaciones, pero no deben degenerar en una charla intrascendente. Por lo tanto, en primer lugar, esperamos no el propio proceso de negociaciones, sino resultados concretos de acuerdo con nuestras preocupaciones, expuestas, en particular, en papel", subrayó Ushakov.
Sanciones resultarían en una "ruptura completa de relaciones"
De acuerdo al asesor, durante la llamada el mandatario estadounidense mencionó que los países occidentales reaccionarán a una mayor escalada en la frontera ucraniana con "sanciones masivas" contra Rusia. Su homólogo ruso respondió que, en tal caso, las relaciones bilaterales entre Moscú y Occidente se verán "muy seriamente dañadas".
"Si Occidente, no obstante, decide introducir estas sanciones sin precedentes bajo ciertas condiciones, entonces todo esto podría conducir a una ruptura completa de las relaciones entre nuestros países", citó Ushakov a Putin.
Un día antes, el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, Alexéi Danílov, informó que el organismo no considera probable que Rusia invada el país.
Segundo contacto de los presidentes en un mes
La conversación de este jueves es la segunda reunión virtual de Putin y Biden en lo que va de mes. La anterior, que tuvo lugar el 7 de diciembre, duró dos horas y estuvo dedicada mayormente a cuestiones de seguridad, como la situación en Ucrania, las preocupaciones de Rusia ante la expansión de la OTAN y el programa nuclear de Irán.
Los contactos entre la Casa Blanca y el Kremlin continuarán después de Nuevo Año. Ya en enero, los dos países mantendrán negociaciones en Ginebra (Suiza). Los dos presidentes acordaron que controlarán personalmente el proceso.
En un comentario a RT, el profesor de política y relaciones internacionales de la Universidad Holy Names, en EE.UU., Arturo López-Levy señala que los dos países pueden tratar de manera diferente qué armas son ofensivas y qué defensivas. "En última instancia, eso está en los ojos de quien lo mire", considera el experto.
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Fuente:
2. Joe Biden y Vladímir Putin muestran sus líneas rojas ante la negociación de enero
El presidente de EE UU amenaza con sanciones a Rusia si interviene en Ucrania y Moscú recuerda que considerará una agresión cualquier avance militar en el este de Europa
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El presidente de EE UU, Joe Biden, habla con su homólogo ruso, Vladímir Putin, desde su casa en Wilmington, Delaware, este 30 de diciembre.WHITE HOUSE (REUTERS)
MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO JAVIER G. CUESTA
Por segunda vez en tres semanas, los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y Rusia, Vladímir Putin, han hablado este jueves por teléfono de la tensión en torno a la frontera de Ucrania, ante la que el Kremlin ha concentrado miles de tropas en los últimos dos meses. El contacto, a petición de Putin, anticipa la reunión bilateral que EE UU y Rusia celebrarán el 10 de enero en Ginebra, a la que no asistirá ninguno de los presidentes. En su nombre negociarán el viceministro de Exteriores ruso, Serguéi Ryabkov, y la subsecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman.
Moscú insiste en llevar a las reuniones una serie de exigencias, entre ellas garantías legales de que la OTAN no llevará a cabo refuerzos militares en las fronteras europeas de Rusia, especialmente la de Ucrania. El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, aclaró antes de la llamada, que duró 50 minutos, que esta sería “una continuación de la discusión que comenzaron con el encuentro virtual” hace tres semanas, y que en ella abordarían los temas previstos en la agenda de enero. “Las conversaciones tienen un único propósito: alcanzar un compromiso teniendo en cuenta la postura del otro”, dijo Peskov, subrayando que Moscú cree que “solo con las negociaciones es posible resolver los abundantes problemas urgentes”. “Estamos listos para una conversación, queremos esa conversación”, recalcó.
En un sucinto comunicado, la Casa Blanca ha confirmado que Biden dejó claro a su homólogo que EE UU y sus aliados y socios responderán de manera decisiva si Rusia invade Ucrania. El presidente también expresó su apoyo a la diplomacia, mediante las tres reuniones previstas en enero. Biden reiteró que el progreso sustancial en esas mesas de diálogo solo puede darse en un escenario de desescalada, por lo que instó a Putin a reducir la tensión en la frontera.
El presidente ruso se mostró satisfecho tras la conversación con Biden, según el asesor del Kremlin Yuri Ushakov. Ambos mandatarios acordaron que las negociaciones sobre las garantías de seguridad se realizarán por tres vías: una bilateral en Ginebra; otra entre Rusia y la OTAN en Bruselas; y una tercera en Viena con la OSCE, actualmente implicada en la mediación de Ucrania. Según el Kremlin, Biden aseguró a Putin que EE UU no tiene la intención de desplegar armamento ofensivo en Ucrania, aunque enfatizó que es inaceptable el movimiento de tropas rusas junto a la frontera con Ucrania y advirtió a Putin que Occidente “podría imponer sanciones sin precedentes contra Rusia si hay una escalada en la frontera con Ucrania”, un castigo que, según Putin, significaría la ruptura de relaciones con Washington. Además, según la versión rusa, partió de la premisa de que “una guerra nuclear no se puede ganar”.
Ushakov subrayó además que Moscú escuchará a Occidente, pero antepondrá sus intereses de seguridad. “Naturalmente tendremos en cuenta algunas consideraciones de la parte estadounidense, pero para nosotros lo principal no es un compromiso, sino las garantías de seguridad que necesitamos con urgencia”, afirmó el asesor.
Washington considera los movimientos de Rusia en su frontera con Ucrania como un intento de rediseñar el mapa del flanco oriental de Europa. Pese a que la Casa Blanca defiende como primera opción la vía diplomática, también ha advertido que tiene preparada una batería de sanciones a la economía y al sistema financiero ruso si el Kremlin rompe con el statu quo. Estas irían “mucho más allá de las de 2014″, cuando Moscú se anexionó la península ucrania de Crimea y auspició la rebelión del este ucranio contra Kiev. “Estamos preparados para la diplomacia y para avanzar por esta vía, pero también para responder si Rusia va más allá con una eventual invasión de Ucrania”, advirtió este miércoles, en una llamada con periodistas, un alto funcionario de la Administración Biden.
Washington no percibe el menor signo de desescalada sobre el terreno. “Seguimos viendo una presencia significativa de tropas rusas alrededor de la frontera de Ucrania. Y el presidente Biden ha indicado al presidente Putin que para que haya un progreso real, y alcancemos un escenario de seguridad y estabilidad en Europa, se requerirá un contexto de desescalada”, explicó el funcionario.
El Gobierno de Kiev ha rebajado la tensión al afirmar que no ve una amenaza de agresión abierta por parte rusa. “Sí, hay un aumento de las fuerzas del Ejército. Pero no vemos una concentración importante en nuestras fronteras, como publican algunos medios en el extranjero”, matizó ayer el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danílov, según la agencia Interfax.
Paraguas multilateral
Washington mantiene su compromiso con los acuerdos sobre la crisis del este de Ucrania, subrayó el alto cargo de la Casa Blanca. Pero siempre bajo un paraguas diplomático multilateral que Rusia parece reticente a asumir. “Rusia ha presentado una propuesta de acuerdo completa entre Rusia y la OTAN. Evidentemente, eso debe debatirse en el contexto de la OTAN. Y las cuestiones relacionadas con Ucrania encajan en el contexto de la OSCE”, recalcó la fuente de la Casa Blanca.
Tres semanas de frenéticas negociaciones a varias bandas han dejado de manifiesto que EE UU no desea mover ficha en solitario en este espinoso asunto. El secretario de Estado, Antony Blinken, contactó el miércoles con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y con sus homólogos británico, francés y alemán. El Kremlin, al contrario, se muestra más proclive a tratar directamente con la Casa Blanca, aunque a la vez insta a EE UU a regresar a los acuerdos internacionales que el presidente Donald Trump abandonó.
Rusia ya ha presentado sus exigencias para lograr lo que considera que son “garantías de seguridad”. Estas propuestas fueron publicadas por el Ministerio de Exteriores el 17 de diciembre y el silencio de Washington en los días siguientes impacientó al Kremlin. Cuatro días después, Putin celebró un encuentro con la cúpula del ejército en la que amenazó con tomar “medidas de represalia técnico-militares” si la OTAN protegía a Ucrania, entre otros países que Moscú considera bajo su órbita. “Necesitamos garantías vinculantes a largo plazo (...). Sabemos que, incluso con garantías legales, no se puede creer en EE UU porque se retira con facilidad de los acuerdos internacionales”, advirtió a sus altos mandos Putin, comandante en jefe de la Federación Rusa.
El Ministerio de Exteriores ruso difundió un borrador con sus propuestas “para prevenir actividades militares peligrosas y reducir la probabilidad de incidentes entre sus fuerzas armadas”. Según la propuesta rusa, la Alianza Atlántica “asume la obligación de impedir una ampliación de la OTAN a otros Estados, incluida la adhesión de Ucrania”, y renuncia a hacer ejercicios militares en esa región, el Cáucaso y Asia Central. Además, Moscú exige a la Alianza a que “se comprometa a no desplegar sus fuerzas armadas y armamento en territorio de todos los demás países europeos” y, en caso de amenaza a la seguridad, que los despliegues solo se hagan “con el consentimiento de todos los participantes”. Es decir, en una guerra como la del Donbás, Rusia tendría que dar el visto bueno al envío de armas de EE UU a Kiev.
Moscú exige a Washington que vuelva al acuerdo iraní
Horas antes de la llamada telefónica, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso reiteró dos de las ideas clave para Moscú: que la OTAN no admita a más países del este y que EE UU regrese a los acuerdos internacionales. El Kremlin exige a Washington que demuestre “de manera tangible” su intención de volver al pacto nuclear iraní de 2015, que abandonó en 2018 durante la presidencia de Trump.
“No se trata de concluir un nuevo acuerdo. Esto requerirá un esfuerzo metódico, literalmente pieza a pieza, para reparar el equilibrio perdido por las acciones de EE UU”, apuntó la portavoz, quien lanzó otro dardo al afirmar que “obviamente, la condición de violador de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU hace sentir incómodos a los americanos”. La Casa Blanca apuntó que el pacto nuclear con Irán estaría sobre la mesa en la llamada de ayer, aunque subrayó las “conversaciones realmente constructivas” que se celebran en Viena.
Entre Moscú y Washington y, por extensión, la OTAN, hay más contenciosos pendientes que el del este de Ucrania. La instalación de misiles Iskander en el enclave ruso de Kaliningrado en 2018 y la retirada de Washington del tratado de misiles de medio y corto alcance en 2019 son vistos como una amenaza por sus contrapartes.
“La frecuencia de los contactos de los actores hablan claramente de su interés en encontrar un resultado digno”, afirma Aleksandr Borisov, profesor del Instituto Internacional de Relaciones Exteriores de Moscú. Para los think-tanks más pro-Kremlin, la responsabilidad de la situación actual recae en mayor medida en Occidente. “Los estadounidenses y sus aliados de la OTAN han ido demasiado lejos al mostrar a Rusia como antagonista, y Rusia, como dijo Putin, no tiene ningún otro lugar a donde retirarse”, agrega Borisov en un intercambio de correos antes de citar una frase del canciller alemán Otto von Bismarck sobre el país eslavo: “Hay 100 formas de sacar a un oso ruso de una madriguera, pero ni una sola de llevarlo allí”.
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3. "No vemos ninguna amenaza de agresión abierta": Ucrania descarta la probabilidad de una invasión rusa
El secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania, Alexéi Danílov, tachó de "ataque informativo" contra el país la campaña mediática acerca de la supuesta guerra.

Un guardia fronterizo ucraniano, Schastie, región de Lugansk, el 6 de noviembre de 2020.Keystone Press Agency / www.globallookpress.com
El Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania no considera probable que Rusia invada el país, dijo este jueves el secretario del organismo, Alexéi Danílov.
"Hoy no vemos un gran peligro en las fronteras. […] Hoy no vemos ninguna amenaza de agresión abierta por parte de la Federación de Rusia", señaló Danílov durante una conferencia de prensa tras una reunión del Consejo. En particular, resaltó que para que la invasión a gran escala fuera exitosa, la concentración de tropas rusas en las zonas fronterizas debería de ser "al menos tres, cuatro, cinco veces mayor de lo que es hoy".
"No es en absoluto necesario imponer la ley marcial y […] asustar a la sociedad", afirmó el funcionario. En cuanto a la campaña mediática acerca de la supuestamente inminente invasión, la describió como "uno de los, digamos, ataques informativos que se realizan hoy en el territorio de nuestro Estado".
Las declaraciones de Danílov contrastan fuertemente con el tono de algunas autoridades ucranianas en los últimos dos meses, como por ejemplo el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, que el 30 de noviembre afirmó que Moscú estaba considerando la posibilidad de una agresión para cambiar radicalmente el equilibrio en la región.
Invasión mediática
Las preocupaciones sobre una posible invasión rusa en Ucrania se han intensificado en Occidente luego de que en noviembre varios medios publicaran supuestos planes del operativo. Así, de acuerdo a una publicación de Bloomberg, Moscú prevé la participación de 100.000 militares rusos, la mitad de los cuales, según fuentes de la agencia, ya han ocupado sus posiciones. El medio también reportó que la "invasión" de Moscú contaría con apoyo aéreo.
En respuesta, el 9 de diciembre el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, el general Valeri Guerásimov, durante una sesión informativa tachó de "falsos" los reportes mediáticos sobre una supuesta invasión rusa en Ucrania. Asimismo, opinó que los países miembros de la Alianza Atlántica prestan "excesiva" atención a los movimientos de tropas rusas en el propio país. "El redespliegue de unidades durante las preparaciones para el combate es una práctica rutinaria de las Fuerzas Armadas de cualquier país. Las actividades militares se realizan en el territorio nacional, por lo que no requieren notificación", señaló Guerasimov.
El pasado sábado, el Ministerio de Defensa ruso anunció la retirada de 10.000 efectivos desplegados en regiones cercanas a la frontera con Ucrania.
Entre tanto, ya en noviembre el vocero de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, denunció que las acusaciones de que Rusia está preparando una agresión podrían ser un "camuflaje" para los potenciales planes agresivos de Kiev de resolver mediante la fuerza la situación en Donbass. El pasado viernes, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, corroboró estas preocupaciones. En particular, declaró que unos 4.000 instructores militares de EE.UU. se encuentran en la línea de contacto entre las tropas leales a Kiev y los rebeldes. Asimismo, indicó que solo en las últimas dos semanas la misión especial de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) registró casi 7.000 casos de violación del alto el fuego en la zona, "cinco veces más que en diciembre de 2020".
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