Hallan un antepasado humano que ya caminaba erguido hace 11 millones de años
La especie, descubierta en Alemania, muestra una forma de locomoción nunca vista y trastoca lo que creíamos saber sobre cómo comenzó la bipedestación
Judith de Jorge
El esquema clásico de la evolución humana heredado de Charles Darwin muestra a una serie de antepasados en fila india que poco a poco pasan de desplazarse encorvados a erguirse y caminar como el hombre anatómicamente moderno. La imagen es muy ilustrativa, pero a todas luces demasiado simplista. Si algo nos han enseñado los paleoantropólogos en los últimos años es que nada que tenga que ver con los orígenes de nuestra especie ocurrió de forma sencilla. Y entre las preguntas más intrigantes se encuentran, precisamente, las que hacen referencia a cuándo, cómo y por qué un primitivo miembro de nuestro linaje comenzó a caminar sobre dos piernas. El hallazgo en Alemania de un simio desconocido de hace 11,6 millones de años con una extraña mezcla de rasgos simiescos y humanos puede arrojar luz sobre estas incógnitas y, al tiempo, echar por tierra viejas creencias.
La nueva especie, bautizada como Danuvius guggenmosi, se movía de forma distinta a cualquier criatura viva conocida, con los miembros extendidos, suspendiéndose de las ramas, pero también poniéndose en pie sobre ellas. Descrita en la revista «Nature», ya caminaba erguida en los árboles, adelantando en millones de años la aparición de la bipedestación. Para sus descubridores, esto significa que el último ancestro común que compartimos con chimpancés o gorilas nunca se trasladó sobre los nudillos por el suelo. Quizás se parecía mucho a esta criatura.
Reconstrucción del esqueleto de Danuvius - Christoph Jäckle
Los investigadores de la Universidad de Tubinga encontraron los restos de al menos cuatro individuos (un macho, dos hembras y un juvenil) entre 2015 y 2018 en un pozo de arcilla de Baviera. El esqueleto más completo, el del macho, tiene proporciones corporales similares a las de los bonobos de hoy en día. Medía poco más de un metro y pesaba unos 31 kilos.
Mezcla de rasgos
El lugar donde aparecieron los restos forma parte de la cuenca del los Alpes, en ese momento un paisaje plano drenado por ríos serpenteantes. El clima era cálido y húmedo, con temperaturas medias 14 grados más altas que las actuales en la región, mucho más cálidas que las que se registran en España. Los investigadores creen que el paisaje estaba formado por una vegetación abierta con bosques en galería a lo largo de los arroyos, donde Danuvius pudo haberse alimentado, entre otras cosas, de frutos duros, como demuestra su esmalte dental grueso y algunas patologías dentales.
Pero lo que realmente llamó la atención de los científicos fue la sorprendente mezcla de rasgos del primate. «Danuvius es como un simio y un homínido en uno», afirma a ABC Madelaine Böhme, responsable del estudio. Como los bonobos, tiene los brazos ligeramente alargados y el pulgar prensible. Combinado con un codo flexible, las extremidades anteriores tiene los signos reveladores de la suspensión arbórea que se encuentran en todos los grandes simios vivos. Sin embargo, la extremidad inferior de D. guggenmosi cuenta una historia diferente. «Las caderas, las rodillas y la tibia recuerdan a las nuestras. Era algo totalmente inesperado», reconoce la investigadora.
La forma de las articulaciones del fémur y la tibia sugiere el uso de posturas extendidas (verticales) que difieren de las de los simios africanos, que doblan la cadera y las rodillas cuando ocasionalmente caminan en el suelo o en los árboles. Además, la parte superior de la tibia está reforzada y la articulación del tobillo es estable.
El último ancestro común. Huesos de la mano de Danuvius - Christoph Jäckle
Estas observaciones anatómicas llevaron al equipo a concluir que Danuvius tenía una forma de locomoción nunca antes vista. Al desplazarse, los primates favorecen sus brazos o sus extremidades posteriores, pero esta especie se desplazaba de una manera que los investigadores han denominado «trepar con los miembros extendidos». Utilizaba los brazos para desplazarse de rama en rama, pero también podía andar por ellas sobre la planta de sus pies. Que caminara regularmente en el suelo está menos claro.
Si Böhme y sus colegas están en lo cierto, el viejo paradigma de la evolución de la bipedalidad humana está en entredicho. Hasta ahora, la teoría más común situaba ese hito en África oriental hace entre 5 y 6 millones de años por algún motivo relacionado con un cambio climático o ambiental que transformó el paisaje boscoso en sabanas abiertas , lo que obligó a abandonar los árboles. Hay quien culpa a la explosión de una supernova tuvo la culpa.
Sin embargo, la peculiar forma de moverse de la nueva especie parece indicar que el bipedismo comenzó en los árboles hace entre 16 y 11,6 millones de años, mucho antes de que aparecieran Orrorin (6 millones de años) o Ardipithecus (4,4 millones de años), conocidos por estar entre los primeros homínidos que andaron erguidos. «Nuestro último ancestro común con los simios no pasó por una etapa de andar encorvado en el suelo. No se parecía a un chimpancé, probablemente se parecía a Danuvius», dice Böhme. Después, el linaje de los simios y el de los humanos se especializaron cada uno en una forma de locomoción. «Estábamos equivocados -reconoce-, hace falta una nueva teoría sobre la evolución del bipedismo que se adapte a nuestros nuevos hallazgos. Estamos trabajando en ello».
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2. Descubren un primate con 'piernas humanas' capaz de caminar sobre dos patas que vivió hace 11,6 millones de años
El 'Danuvius guggenmosi' mediría un metro, pesaría hasta 31 kilogramos y sería el ancestro común de humanos y simios.
Representación de un 'Danuvius guggenmosi'.Velizar Simeonovski
Un primate que habitó en la actual Europa durante el Mioceno podría caminar erguido y sería el ancestro común de humanos y simios, según sostiene un equipo internacional de paleontólogos en la revista Nature.
Se trata del 'Danuvius guggenmosi' que vivió hace 11,6 millones de años y se encontraron extremidades y partes de la mandíbula y la columna vertebral de cuatro especímenes en Algovia Oriental (Baviera, Alemania) entre 2015 y 2018.
Christoph Jäckle
Ese ser de un metro de altura y hasta 31 kilogramos poseería la espina dorsal curvada, pulgares adaptados para aferrarse a las ramas y unas piernas parecidas a las del ser humano actual.
Christoph Jäckle
Estos investigadores estiman que caminaba sobre dos patas cuando estaba subido a los árboles y empleaba sus largos brazos para mantener el equilibrio y no para levantar su cuerpo, como hacen los simios hoy en día.
Christoph Jäckle
"La imagen emergente de su locomoción es diferente de cualquier criatura viviente conocida", señaló la autora principal del artículo, Madelaine Bohme, al sitio web Gizmodo.
Christoph Jäckle
Hasta el momento, el homínido bípedo más antiguo que se conocía era el 'Ardipithecus ramidus' que pobló África hace 4,4 millones de años, pero si se certifica este descubrimiento cambiaría de manera considerable la compresión sobre el origen de esa adaptación esencial para nuestra especie.
Christoph Jäckle
"¿Qué define a los homínidos si no es el bipedalismo habitual? Nuestro artículo puede crear un dilema para la definición de los homínidos", señaló esta integrante de la Universidad de Tubinga (Baden-Wurtemberg, Alemania).
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https://actualidad.rt.com/actualidad/332822-fotos-hallan-alemania-posible-primer-primate-bipedo
3. El simio que vivía en los árboles pero era capaz de caminar como los humanos
AMADO HERRERO
Los fósiles de un primate ancestral hallados en Alemania revelan un 'eslabón perdido' en la evolución, el cual ayudará a explicar cómo algunas especies llegaron a ser bípedas
Recreación de un 'Danuvius guggenmosi'. Velizar Simeonovski Nature
El bipedismo es uno de los rasgos que define a la especie humana. Caminar erguido fue una ventaja evolutiva clave que separó a los antecesores de los 'sapiens' del resto de simios. Sin embargo, cómo y cuándo comenzaron a desplazarse nuestros antepasados sobre dos piernas sigue siendo, en gran medida, un misterio.
No hay acuerdo entre los científicos sobre si los primeros miembros del género 'Homo' evolucionaron a partir de un antecesor común terrestre, que se movía al mismo tiempo sobre pies y nudillos (como los gorilas) o de un animal que pasaba su vida en los árboles.
El descubrimiento de una nueva especie de primate ancestral, que vivió en Baviera hace 11,6 millones de años, podría ayudar a despejar muchas de estas incógnitas. Bautizado como 'Danuvius guggenmosi', este pequeño animal de unos 30 kilogramos se movía de una manera diferente a todas las variedades actuales, pero presenta rasgos comunes a muchas de ellas.
Los autores creen que su anatomía podría servir para explicar el tipo de locomoción a partir del cual evolucionó el bipedismo de los homínidos. "Estos fósiles revelan una locomoción diferente a cualquier criatura viva" explica Madelaine Böhme, investigadora de la Universidad de Tubinga y autora principal del hallazgo, cuyos detalles se publican este miércoles en Nature. "Vivía en los árboles, pero también se desplazaba en el suelo, muy probablemente de manera bípeda".
Los investigadores creen que 'Danuvius' se movía "escalando con las extremidades extendidas". Esta posición combina adaptaciones útiles tanto para la vida en el suelo como en los árboles, ya que se habría podido colgar de las ramas con sus brazos pero, a diferencia de otros monos arborícolas, también podía mantener las extremidades posteriores rectas.
Mientras que las especies actuales, como gibones u orangutanes, privilegian los brazos para desplazarse, 'Danuvius' podría utilizar además las piernas para caminar. Una hipótesis que apoya también la forma de la planta del pie, en la que sólo el pulgar es prensil. "Le habría permitido caminar por el suelo, aunque fueran cortas distancias", afirma Böhme.
ÚLTIMO ANTEPASADO COMÚN
Los científicos creen que el bipedismo pudo surgir hace entre 7 y 5 millones de años, en la recta final del Mioceno. El estudio anatómico de los fósiles de algunos de nuestros parientes más antiguos -directos o indirectos- apunta a que ya eran al menos parcialmente bípedos. Entre ellos se hallan el Sahelanthropus (que vivió hace 7 millones de años), el Orrorin (hace 6), el Ardipithecus (5) o el Australopithecus (4 millones).
Pero, para entender cómo se llegó a ese punto crucial de la evolución, es fundamental conocer el tipo de locomoción se usaba en la etapa anterior. "Nuestro último antecesor común con los grandes simios no se parecía a un chimpancé, ni a ningún gran simio viviente", dice Böhme, "pero es posible que se pareciera a 'Danuvius".
Fósiles de 'Danuvius guggenmosi'.Christoph Jäckle
La suma de sus rasgos convierte a esta nueva especie en candidata a ser el último pariente compartido por homínidos y otros primates antes de que el bipedismo apareciera en los primeros. "Las formas de locomoción existentes en los primates de hoy, tanto humanos como grandes simios, se pueden relacionar con la escalada con extremidades extendidas", señala Böhme. "Lo que me parece, en cierto sentido, elegante".
NUEVO PARADIGMA
Los dientes del 'Danuvius guggenmosi' lo identifican como perteneciente a un grupo de simios extinto, los 'Dryopithecus', que vivieron desde en la segunda mitad del Mioceno en Europa y que se consideran como posibles antecesores de los actuales simios africanos. Muchas de sus características se encuentran hoy en chimpancés y gorilas. Además, durante ciertos períodos del Mioceno, se sabe que muchos simios antropomorfos se desplazaban entre Europa, Asia y África cuando el clima cambiaba.
Sin embargo, las extremidades inferiores relacionan a 'Danubius' con los miembros del género 'Homo', antecesores de los 'sapiens'. La forma de las articulaciones del fémur y la tibia sugieren el uso de posturas verticales para la cadera y rodilla, que difieren de las de los grandes primates africanos cuando, ocasionalmente, se yerguen sobre sus patas. Los autores concluyen que el nuevo primate explica la transición que permitió a los simios caminar sobre sus piernas antes de poder vivir en el suelo.
"El paradigma actual sobre cómo, cuándo y dónde evolucionó el bipedismo está revelándose erróneo", opina la investigadora. "Falta una nueva teoría sobre la evolución del bipedismo, que se adapte a los nuevos hallazgo. Pero estamos trabajando en ella".
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