Pueblos indígenas de ocho departamentos se suman a la Minga Social
Resumen Latinoamericano / 29 de marzo de 2019
A propósito de los 18 días que completa la Minga Nacional del Cauca y atendiendo al llamado realizado por la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), diversas comunidades de los departamentos de Chocó, Nariño, Valle, Huila, Tolima, La Guajira, Amazonía y Putumayo han expresado su voluntad de unirse a esta movilización que ha unificado a los pueblos alrededor de una misma causa: exigir que se cumplan los acuerdos que por más de 30 años han sido incumplidos por el Gobierno.
LA GUAJIRA
Uno de los departamentos que ha demostrado su solidaridad con la Minga es La Guajira donde las comunidades Wayúu han decidido vincularse activamente a las manifestaciones pacíficas que han adelantado en el Cauca y a la que se han sumado otros sectores y organizaciones sociales e internacionales.
“Esta lucha que están sosteniendo nuestros hermanos indígenas del Cauca no es ajena a nosotros como pueblo Wayúu” afirma José Silva presidente del movimiento quien indica que se trata de una defensa por el derecho al territorio, a la vida y a un “reconocimiento ancestral y milenario” de los pueblos indígenas de Colombia.
BOYÁCA
Por su parte, el pueblo U’wa compuesto por más de 7.500 indígenas ha declarado que se tomarán de forma pacífica el sector de Cedeño ubicado entre Boyacá y Norte de Santander y la región del Sarare que delimita los departamentos de Boyacá y Arauca.
De igual forma no descartan unirse al gran paro nacional programado para el próximo 25 de abril, además de rechazar la práctica del fracking, la defensa por la salud y la educación, para lo cual han pedido al Gobierno que tenga voluntad política.
PUTUMAYO
Asimismo, desde el fin de semana pasado, las comunidades indígenas Ingas y Kamentsa en el Putumayo también se manifestaron a favor de la Minga del suroccidente del país y se movilizaron hasta la vía que comunica este departamento con el Nariño en el Valle de Sibundoy.
TOLIMA
En el departamento del Tolima, alrededor de mil indígenas Pijaos y Nasa de organizaciones como CRIT (Consejo Regional Indígena del Tolima), ARIT (Asociación De Resguardos Indígenas Del Tolima ARIT,) y FICAT (Federación Regional Indígena del Tolima) provenientes de las comunidades de Natagaima, Prado, Saldaña, Guamo, Ibagué, Coyaima y San Antonio, se han hecho parte de la Minga.
Aunque los bloqueos no son permanentes, los representantes de dichas comunidades se ubicaron en en las cercanías de la vía que de Natagaima conduce a Neiva en el Huila donde adelantan bloqueos por cerca de cuatro horas tanto en la mañana como en la noche.
Indígenas en Natagaima se unen a la minga
Indígenas bloquearon desde la tarde de ayer la vía que comunica a Natatagaima, Tolima con Aipe en el departamento del Huila.
Amauri Machado -
Organizaciones indígenas de la región se desplazaron a Natagaima al sector denominado Molana Puente Guaguarquito al sur del Tolima, para unirse a la Minga Nacional.
Un grupo de indígenas del Tolima, salieron a bloquear la vía Neiva – Castilla, en el kilómetro 69+200, sector puente Guaguarquito, con cierres parciales de 4 horas, según reportó el Comandante Heiber Espinel Cruz, Jefe Seccional de Tránsito y Transporte Tolima.
Según la fuente oficial, en el bloqueo que se da desde la tarde de ayer participan alrededor de 150 personas. Se trata de cabildos y resguardos de la comunidad Pijao, que decidieron hacer parte de la minga nacional indígena en Cauca.
Anoche Policía de Tránsito reportó: “los indígenas se retiran a cumplir misión y dejan aproximadamente 100 guardias indígenas para la seguridad del campamento a un costado de la vía. Finalmente, se tienen previsto dos horarios de bloqueo de 4 horas”.
Las comunidades indígenas habían anunciado que a partir de este fin de semana reforzarán la minga del Cauca y dicen se ubicarán en puntos estratégicos como la Delfina, Valle del Cauca, sur del Tolima, sobre la troncal del Caribe, entre los departamentos del Cesar y La Guajira, Nariño y también estarán en la Orinoquía.
Así pues, desde ayer miles de personas se están ubicando y movilizando hacia los puntos definidos para sumarse a la minga. Mediante la protesta que será indefinida se preparan para el gran paro nacional del próximo 25 de abril.
De otro lado, congresistas de distintos partidos y regiones del país llegaron a la Casa de Nariño en la ciudad de Bogotá para exigir soluciones al paro indígena. Aseguran que no se moverán de allí hasta que el presidente Iván Duque los atienda. Según el senador Feliciano Valencia, la minga indígena levantará bloqueos si el presidente anuncia viaje al Cauca.
Diálogos suspendidos
Mientras tanto todavía no se ha definido el momento de reanudación de los diálogos entre el gobierno y los promotores de la protesta en el Cauca, suspendidos por la ministra del interior Nancy Patricia Gutiérrez luego de la retención del mayor del Ejército, Jhon Mondel Duque por parte de la comunidad indígena, en la región de La Agustina, Cauca, hecho que fue calificado por el Gobierno como secuestro.
El militar adscrito a la Brigada 23, con sede en Pasto, fue liberado tras estar en poder de la comunidad indígena por más de doce horas, según confirmó el ministro de Defensa, Guillermo Botero en la tarde de ayer miércoles.
Guillermo Botero confirmó que el militar se encuentra “en perfecto estado de salud y físico, y que volverá a su unidad prontamente”. Reiteró que las vías de hecho “no son ni serán aceptadas”. Por su parte, el Defensor del Pueblo Carlos Alfonso Negret, aseguró que fue recibido por una comisión humanitaria que se desplazó hasta el lugar. “Sabemos que el soldado venía desde Pasto a cuidar a su hija de 4 años que tiene meningitis”.
Según las autoridades, el comandante de la Brigada le había autorizado un permiso por calamidad familiar, pero solo si viajaba en avión. El mayor incumplió la orden y fue retenido por la guardia indígena en el sector de La Agustina.
Momento en el que el mayor Jhon Mondol fue entregado a una comisión de la Defensoría del Pueblo.
El líder indígena Jhoe Sauca explicó que los hechos ocurrieron en la noche del martes, cuando la guardia indígena le informó que a una persona vestida de civil le fue encontrado en el vehículo en cual se movilizaba armas de fuego y prendas de uso privativo de las Fuerzas Militares, lo cual fue informado inmediatamente a las autoridades.
“Se llamó a los organismos garantes -a la OEA, a la ONU, a la Defensoría- y dijeron que por restricción no pueden movilizarse por las situaciones que acontecieron el martes en el norte del Cauca”, explicó Sauca, consejero de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca, Cric.
Según la dirigencia indígena, el uniformado pasó la noche con las comunidades, siempre respetando sus derechos y dándole la alimentación como es debido. “Hoy estábamos esperando en la mañana a que llegara un organismo y entregarlo. Está sano y salvo”, explicó Sauca.
El consejero dijo que esto “no es un secuestro como lo ha indicado el Gobierno” y que esos son términos que no ayudan en nada al diálogo y la negociación.
El hecho atrasó el proceso que, desde hace dos semanas, busca destrabar tanto la vía Panamericana como las peticiones del movimiento indígena y campesino en esta zona.
Alzamiento indígena que reclama negociación directa con el jefe de Estado, la que al ser negada ha llevado la negociación a un callejón sin salida que no permite prever un desenlace próximo.
De la Minga del Cauca a la Minga Nacional
Felipe Martínez
El 27 de marzo, luego de 18 días de desarrollo de la “Minga por la defensa de la vida, el territorio, la democracia, la justicia y la paz” con epicentro en el departamento del Cauca y el suroccidente del país, la Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic), acompañada por múltiples organizaciones del país realizó un llamamiento a la “Minga Nacional por la defensa de la vida, los territorios y la paz”, ¿Cuáles son las implicaciones de este nuevo ejercicio a nivel nacional? ¿Logrará dar un aire a la Minga del suroccidente? ¿Qué pasará con el paro nacional previsto para el 25 de abril?
Tras más de 18 días de Minga ininterrumpida y más de 15 días del cierre de la vía Panamericana por parte de no menos de quince mil personas, el levantamiento social liderado por el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) tiene un balance confuso y un desenlace difícil de prever.
En territorio es evidente la potencia de las comunidades a la hora de movilizarse; sorprende, asimismo, que sin una agenda preparada con encuentros previos que llamarán a múltiples sectores a discutir y así lograr una preparación de la movilización con visión integral y de largo plazo, la Minga avance con un escalonamiento de lo regional a lo nacional, que con el llamamiento de la Onic es inocultable. Sin embargo, aún no se alcanza a ver un cuerpo social y político que jaquee al gobierno de Duque, pues muchos sectores –incluidos los indígenas– tenían previsto un paro nacional para el 25 de abril (ver recuadro), lo que genera que la potencia de la Minga tenga límites y no aglutine a toda los movimientos sociales, menos al llamado país nacional, pues las razones de la movilización, sus objetivos y métodos aún no permean al conjunto del país.
Breve balance de la Minga hasta el momento
El ambiente en el departamento del Cauca cada día se caldea más, producto de la parálisis de la vía Panamericana, lo que genera conflictos con los sectores económicos de la región que días atrás –25 de marzo– se reunieron con el Centro Democrático y abrieron discusiones en torno a la “concentración de tierras por parte de los indígenas” así como sobre “la protección de la propiedad privada”, discusión que seria llevada al Congreso de la República para ser sustentada por la bancada uribista, que no ahorró palabras para asegurar que la Minga “está infiltrada por actores al margen de la ley”, estigmatizando, deslegitimando y criminalizando a los indígenas y campesinos que están movilizados.
Alzamiento indígena que reclama negociación directa con el jefe de Estado, la que al ser negada ha llevado la negociación a un callejón sin salida que no permite prever un desenlace próximo. Puja entre fuerzas sociales y el poder tradicional que domina en el país, que se ve atravesado por la confrontación directa entre quienes bloquean el paso normal de vehículos y las fuerzas armadas del establecimiento, con un saldo hasta ahora de decenas de heridos y no menos de 8 muertos. Como siempre, los reclamantes son los que sufren la mayoría de víctimas. Alrededor de esta confrontación, una ofensiva insurgente encabezada por fracciones de las Farc rearmada turbia el panorama de la región, en especial en los municipios de Caloto, Toribio, Santander de Quilichao, Miranda y Morales.
Tras siete días de negociación y tras la suspensión de la mesa por la retención de un militar infiltrado en las protestas, e identificado como tal por la guardia indígena –que posteriormente sería entregado en perfecto estado de salud–, no se ha logrado llegar a un acuerdo, pues ante la exigencia del cumplimiento de los más de 1.500 acuerdos incumplidos por parte del Estado con los pueblos indígenas y los campesinos del Cauca –que implican erogaciones por cerca de 4,5 billones de pesos–, el establecimiento se mantiene en la posición de no negociar más allá de lo establecido en el Plan Nacional de Desarrollo, donde estipulan 10 billones de pesos para los indígenas del país: así mismo, en cuestión de tierras, la Minga exige alrededor de 40 mil hectáreas mientras que el gobierno apenas ofrece 1.500.
Una confrontación de fuerzas reafirmada por parte del establecimiento el 28 de marzo, a través de una alocución presidencial, en la cual Duque reafirmó lo exigido hasta ahora para integrarse a la mesa de negociación: hasta que no desbloquen la vía no se trasladará al Cauca. La respuesta de los indígenas no tardó en llegar, y anunció la decisión de diversidad de pueblos indígenas de empezar de inmediato una Minga nacional: pueblos indígenas Pastos, Quillacingas, Ingas Kamentsa, Pijaos y otros empezaron de inmediato a movilizarse.
Llamamiento a la Minga Nacional propuesta por la Onic
En Bogotá, un día antes de la alocución presidencial, y como parte de la presión indígena para el buen desenlace de este conflicto, el 27 de marzo, la Organización Nacional Indígena de Colombia en rueda de prensa hizo el llamamiento a la “Minga Nacional por la defensa de la vida, los territorios y la paz”*, llamamiento que invita a impulsar lazos de unidad entre todos los pueblos indígenas, así como a diversos sectores como afrodescendientes, campesinos, sectores populares, ambientalistas, estudiantes, para defender la vida.
Para sustentar su llamado, dirigentes de la Onic realizaron un ligero diagnóstico de contexto político indicando que estamos atravesando por una crisis consecuencia de la agudización del “modelo económico, social y político que continúa y acrecienta la acumulación de riqueza en pocas manos y aumenta la brecha de la desigualdad social”, producto del ascenso de la derecha en la región y en el país, que implican la gestación de guerras para despojar los territorios, violando derechos humanos y atacando las autonomías de los pueblos.
Frente al análisis de nuestro país y el gobierno de Duque, evidenciam que hay un alto índice de líderes y lideresas asesinados/as en Colombia con un total de 584 casos entre el 1 de enero de 2016 y el 9 de febrero de 2019, de los cuales más del 50 por ciento pertenecen a pueblos indígenas y afrodescendientes. Cuestionan, de igual manera, el modelo del gobierno actual por su ataque directo a la Jurisdicción Especial para la Paz –JEP–, el rompimiento de diálogo con la insurgencia del Eln, el desconocimiento de los escenarios de dialogo pactados por el Estado con el movimiento social, la militarización de la vida, el impulso de un plan de desarrollo que atenta contra los derechos de salud, trabajo, educación, así como la intensificación del modelo extractivista que destruye los páramos, ríos, boques, vida y existencia de los pueblos.
Ante esto proponen juntar esfuerzos, unir luchas y actuar conjuntamente para “defender la vida, los territorios, la autonomía, el agua, los derechos humanos y los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, las garantías democráticas”, impulsando una Minga Nacional (movilización) de carácter político para confrontar al gobierno en el mes de marzo, confluyendo en el mes de abril en el Refugio Humanitario.
Estos son los temas propuestos por la Minga Nacional:
• Defensa de la vida, la paz y los derechos humanos.
• Defensa de los territorios para la vida.
• Defensa de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.
• Acuerdos incumplidos con el movimiento social colombiano.
• Posicionamiento político y exigibilidad frente Plan de Desarrollo 2018-2022.
Esta propuesta de Minga Nacional trae algunas preguntas para analizar: si el conjunto del movimiento social colombiano se adhiere a este llamado, como coyuntura óptima para impulsar los reivindicado por los indígenas y hacer cumplir las propias, ¿Hasta dónde están dispuestas a llegar las organizaciones indígenas para hacer cumplir todas las exigencias de los demás sectores? ¿Cuál va a ser el escenario de coordinación de esta Minga Nacional? Si lo que se desea es consolidar la unidad. ¿por qué no se ha propuesto un escenario de encuentro que aglutine al conjunto del movimiento social para escuchar de una manera horizontal todas las propuestas y agendas existentes? Al impulsar la Minga Nacional ¿seguirá siendo el Cauca el epicentro de negociación con el gobierno nacional? De ser así ¿esto implicaría que la mesa del Cauca debe cerrarse y por tanto abrir una nueva con negociadores de todos los sectores?
Retos y proyecciones para el conjunto del movimiento social
Aunque estos impulsos de movilización, gestados desde los pueblos indígenas deben ser valorados y apoyados por el conjunto del movimiento social, es necesario que se profundicen las discusiones y debates al interior de estas propuestas pues con más organización y coordinación seguramente este momento estaría posibilitando el encuentro de todas las inconformidades y movilizaciones en una sola agenda, superando así la persistente dispersión que la caracteriza.
En esta lógica, de dispersión y ausencia de coordinación efectiva, hay que ganar consciencia que las luchas parciales, cada una por su lado, no lograrán el o los propósitos que las animan. Una plataforma social común en lo nacional, con funcionamiento simultáneo por diversas regiones del país, es un reto indispensable de encarar, donde el afán de protagonismo, las urgencias particulares, las prioridades políticas, etcétera, den paso a una reflexión y accionar común, con un plan de gobierno alternativo que le evidencia al conjunto nacional que sí existe otra forma de vivir, de construir economía, realizado desde las mayorías y con beneficio para el conjunto social.
Posdata. La paradoja caucana
Vale la pena decir que lo problematizado en el artículo anterior, donde se cuestionaban diferentes aspectos de la realidad de los movimientos sociales en Colombia, entre ellas su perspectiva y valoración del poder en la política actual, queda reflejada con la actitud de la dirigencia del Cric en cabeza del hoy senador Feliciano Valencia, quien se negó a brindar información a nuestro medio sosteniendo que: “si quieren información vayan al Cauca”. De igual manera, ha sido imposible encontrar alguna entrevista con consejeros que se encuentran en la Minga.
Actitud que refleja, o su prepotencia o su errada valoración de los medios de comunicación alternativos, actitud explicativa de la dificultad reinante en el movimiento indígena para construir con ellos agendas comunicativas comunes, como lo ha propuesto nuestros medio desde años atrás.
Actitud displicente con medios alternativos que cambia de manera sustancial al tratarse de las plataformas oficialistas (Caracol, RCN, El Tiempo, El Espectador, Semana), en las cuales identifican al poder real. Pareciera ser que los medios populares solo son útiles para que cubran espacios y agendas a las cuales no concurren los medios oficiosos. Vaya paradoja y vaya sentido de la comunicación.
Toda una paradoja caucana, pues desde el Cric siempre se escucha el malestar por la desinformación que generan los medios del establecimiento, los cuales tergiversan información y mienten ante la realidad, pese a lo cual siempre son privilegiados para entregarle información.
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Notas
*A la que se sumaron de inmediato los indígenas agrupados en el Consejo Regional Indígena de Caldas (Cridec), Consejo Regional Indígena del Huila (Crihu), Organización Indígena de Antioquia (OIA), así como los campesinos del Proceso de Unidad Popular del Suroccidente Colombiano (Pupsoc), el Coordinador Nacional Agrario (CNA), Comité de Integración del Macizo Colombiano (Cima) y distintas organizaciones sociales, ambientales y populares de esta parte del país.
Fuentes consultadas