Hoy, cuando son repudiadas por los trabajadores y el pueblo en general las nuevas reformas del gobierno de Iván Duque, como la pensional, laboral, tributaria, del gasto público, a la justicia… por cuanto rebajarán una más el salario de los trabajadores y agravarán la situación del pueblo. Hoy cuando el gobierno intensifica el terrorismo de Estado con la persecución a las organizaciones obreras, campesinas y populares, cuando son asesinados dirigentes y activistas… Los trabajadores esperarían que los dirigentes de las centrales sindicales salieran en su defensa, organizaran y encabezaran la lucha para frenar estos abusos.
Sin embargo, contrariando esa lógica elemental, nuevamente la burocracia de la Confederación General del Trabajo – CGT invitó a Iván Duque, máximo representante de los enemigos de la clase obrera al X Congreso, como otrora lo hiciera con Santos. No es una casualidad o por ingenuidad de los dirigentes, sino una demostración abierta de su complicidad con el gobierno, y su propósito consciente de separar a los afiliados de esa central del clamor general de detener ahora todas las reformas antiobreras y antipopulares, con la unidad y la lucha organizada de los trabajadores, con un Paro Nacional Indefinido.
Esa actitud de las camarillas dirigentes de las centrales sindicales y su política de conciliación y concertación de clases, de pacto social con los capitalistas, es la que ha maniatado la lucha de los trabajadores, dividiéndolos y postrándolos a sus enemigos explotadores y permitiendo que éstos impongan las reformas antiobreras como ha ocurrido desde 1990 con la nefasta Ley 50. Así mismo, esa política ha demostrado que solo sirve a la minoritaria burocracia de las centrales sindicales que no está sometida a vivir con el miserable salario mínimo y, por el contrario, recibe las prebendas que les otorgan los enemigos por su complicidad y servicio a su favor, como demuestra la carrera de reconocidos jefes vende obreros que salen de la dirección de las centrales a ocupar puestos en la dirección de empresas, ministerios, el parlamento burgués, los consulados y embajadas. Esos son los premios que les dan las clases dominantes a esos supuestos dirigentes por dividir al movimiento sindical, y por frenar y desviar la lucha general del pueblo colombiano.
Por eso es indispensable poner en la picota la política de la conciliación y concertación de clases que mantiene maniatado al movimiento obrero y postrado a merced de los intereses de la burguesía, los terratenientes y sus socios imperialistas. Por eso se hace necesario reestructurar el movimiento sindical para rescatar su independencia de clase frente a la burguesía, a los politiqueros y al Estado.
Los obreros y las bases de la CGT no pueden seguir confiando en esos dirigentes que invitan a sus irreconciliables enemigos a sus eventos. En una sociedad dividida en clases sociales, donde la verdad inocultable es que unos cuantos holgazanes se hacen cada vez más ricos gracias al sudor y la miseria de la mayoría trabajadora, no puede haber conciliación ni paz social. Capitalistas y proletarios son clases enemigas, irreconciliables y antagónicas. De ahí que los obreros, si quieren evitar que sus condiciones de vida material sigan desmejorando, si no están dispuestos a permitir su degradación física y moral, necesitan abrir los ojos y luchar por su independencia de clase y construir sus propias organizaciones que de verdad los representen.
Los dirigentes honrados y la base de las centrales sindicales están obligados a criticar el sindicalismo burgués y conquistar la unidad para la lucha en federaciones independientes como parte de una central sindical que defienda intransigentemente sus intereses y practique unos métodos de dirección y de trabajo opuestos a los métodos patronales de las camarillas que, como la dirección de la CGT en el X Congreso, negó la palabra a los delegados obreros y a cambio les obligó a escuchar a Iván Duque, representante de los explotadores y asesinos de cientos de dirigentes luchadores.
Saludamos la actitud de todos aquellos que se negaron a asistir cuando se enteraron que allí asistiría el señor Iván Duque y llamamos a la base de la CGT a seguir ese ejemplo de independencia de clase, de dignidad y temple; esa es la rebeldía que se debe impulsar, porque tienen que ser los obreros mismos quienes luchen por su independencia; no pueden seguir permitiendo que los jefes vende obreros, como Julio Roberto Gómez, sigan jugando con el futuro de la clase obrera y a nombre de ella entregándoselo en bandeja de plata a los enemigos de clase.
Fuente: https://www.revolucionobrera.com/reestructuracion/un-enemigo-declarado-de-la-clase-obrera-en-el-x-congreso-de-la-cgt/