¿Sabías que al azúcar le llaman la “muerte blanca”? Su conexión con el cáncer aumenta
El azúcar es la mejor amiga del cáncer y tu peor enemiga. Descubre lo perjudicial que es para tu salud y para la salud de tu familia.

Mariel Reimann
Vivimos en una de las sociedades que más azúcar ha consumido en la historia. En el 1700, una persona consumía de promedio, aproximadamente, 2 kilos de azúcar por año; en 2012 se determinó que cada habitante de EE.UU. consume casi 90 kilogramos de azúcar en la misma cantidad de tiempo. Se la conoce como la muerte blanca y su conexión con el cáncer es una realidad de la que todos debemos saber.
De acuerdo con un estudio, hoy en día los niños son los más "adictos" al azúcar y en su forma más peligrosa: Jarabe de maíz de fructosa. "Esta fórmula contiene glucosa y fructosa, pero no enlazadas entre ellas, como el azúcar de mesa, por ello el cuerpo no necesita procesarla. Por lo tanto, la fructosa es absorbida de inmediato e enviada al hígado en donde es convertida en grasa".
El alto consumo de azúcares procesados engaña al metabolismo resultando en la falta de habilidad para segregar insulina. Esto acarrea a contraer diabetes tipo 2, obesidad, disminución en la producción de glóbulos blancos, y por ende menor respuesta por parte del cuerpo a la hora de combatir infecciones.
Interesante: En 1890 sólo 3 de cada 100.000 personas tenía diabetes; en 2012, 8.000 de cada 100.000 personas han contraído la enfermedad.
Es adictiva
Uno de los problemas más grande con el azúcar es que es altamente adictiva. La sensación de satisfacción que le produce al cuerpo "es más satisfactoria que el efecto de la cocaína", que siente un adicto a esta sustancia.
El problema es que al ingerir azúcar nuestro cerebro segrega dopamina, "la famosa hormona de la felicidad", por ello nos volvemos adictos con tanta facilidad.
¿Cuál es su conexión con el cáncer?
Todas las células cancerígenas son anaeróbicas (trabajan sin oxígeno), por lo tanto el azúcar es su alimentación favorita. Esto quiere decir que si una persona padece de un cáncer que aún no ha sido diagnosticado o detectado, o tiene mayor predisposición al cáncer y sigue una dieta alta en azúcar, está alimentando estas células y facilitándoles su reproducción.
¿Qué hacer?
La mejor solución implica, sin dudas, disminuir drásticamente el consumo de azúcar.
¿Cómo?
Evitando el consumo de azúcar blanca, azúcar negra (morena o tostada), agave, y los endulzantes artificiales que no sean estibia. Se puede reeplazar el azúcar con miel pura, melaza o azúcar de coco.
https://familias.com/5289/sabias-que-al-azucar-le-llaman-la-muerte-blanca-su-conexion-con-el-cancer-aumenta
La 'muerte blanca' está en todas partes: las amargas consecuencias del exceso de azúcar
Consumimos mucho más azúcar del que creemos, y nos volvemos adictos. La organización Mundial de la Salud nos recomienda reducir la ingesta de azúcar.
Imagen IlustrativaPexels.com / Unsplash
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo de azúcar a menos de un 10% de la ingesta calórica diaria, tomando como referencia una dieta saludable que suponga unas 2.000 calorías diarias. A primera vista parece una recomendación razonable y no demasiado difícil de seguir, pero si uno presta atención a lo que come, empieza a sonar la alarma: parece que el azúcar está en todas partes, y más de lo que parece.
No sólo se trata de el azúcar blanco con que endulzamos el café, o de productos evidentemente dulces como galletas, bollería, cereales, caramelos, mermeladas o snacks... hay productos como las galletitas saladas, el jamón york o el kétchup que contienen también azúcar aunque no lo parezca. Los zumos de frutas envasados suelen estar muy azucarados también. Todo esto provoca situaciones tan preocupantes como cotidianas: si un niño desayuna leche con cacao, un pequeño zumo de frutas envasado y galletas o cereales probablemente ya esté superando la cantidad diaria recomendada por la OMS, que se marca concretamente en unos 25 gramos.
Otro problema es que el azúcar genera adicción. Algunas instancias sanitarias ya lo están empezando a comparar con otras drogas por el grado de dependencia que genera, porque es capaz de levantar nuestro estado de ánimo (ya que estimula la segregación de serotonina, la llamada hormona de la felicidad) y porque su consumo excesivo supone una importante amenaza para el organismo.
La cara amarga del azúcar
Éstos son los cuatro problemas más comúnmente asociados a una ingesta excesiva de azúcar:
Diabetes: el exceso de azúcar suele provocar obesidad, lo cual aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, que se caracteriza por una incapacidad de generar suficiente insulina. Por ello, los niveles de azúcar en la sangre no se regulan correctamente, lo cual va deteriorando progresivamente los vasos sanguíneos y los órganos a largo plazo.
Enfermedades cardiovasculares: la obesidad eleva la presión arterial, y tiene un efecto muy adverso en los niveles de colesterol, creando un cuadro médico peligroso, con mucha tendencia desarrollar enfermedades del corazón.
Hígado graso o esteatosis hepática: el exceso de azúcar puede acumularse como grasa en el hígado, lo cual puede derivar en diabetes e incluso cáncer de hígado.
Caries: Todo un clásico. Cuando consumimos demasiados alimentos con azucar, una reacción bacteriana en nuestra boca produce ácidos que disuelven los minerales del esmalte del diente. Cuanto más tiempo esté el azúcar en contacto con el diente, mayor es el peligro. Si se deja sin tratar, esto puede ocasionar dolor, infección y finalmente la pérdida de la pieza dental.
https://actualidad.rt.com/actualidad/230956-amargas-consecuencias-exceso-azucar