¿Cuántas más?
Paula Sofía: otra víctima del sistema de salud
Mauricio Torres-Tovar
De nuevo, por falta de una autorización oportuna de una EPS, esta semana ha muerto otro ser humano en el país, en este caso la bebe Paula Sofía que tenía tan solo 9 meses de vida.
Paula Sofía nació con Síndrome de Down, una alteración cardiaca e hipotiroidismo. Es común que las personas con Síndrome de Down tengan cardiopatías asociadas, pero estas son totalmente manejables quirúrgica y medicamente, lo que les da una sobrevida importante y les permite realizar un proyecto de vida.
Desde el día 6 de febrero a Paula Sofía le fue ordenada con urgencia la cirugía cardiaca, es decir casi 3 meses antes de su deceso. Lo que relatan sus progenitores es que la EPS Solsalud no autorizó el procedimiento quirúrgico con diversos argumentos, razón por la cual interpusieron el día 4 de marzo una acción de tutela para que la niña fuese operada. Un juez falló a favor de la niña y ordenó a la EPS el procedimiento, pero es solo en sus últimos días de vida (24 de abril) que es internada en el hospital de segundo nivel San Blas, por un cuadro de bronquiolitis aguda, desde donde se buscó la remisión a una institución que practicará la alta cirugía requerida por la niña, sin lograr encontrarla. Finalmente, la niña llegó el día 29 de abril al hospital de tercer nivel Santa Clara, con unas condiciones clínicas complicadas por una neumonía, sumada a su cuadro cardiológico, que condujeron a su falleciendo esa misma noche del 29.
A la hora de las explicaciones. la EPS Solsalud, argumenta que sí autorizaron la cirugía, solo que ¡por falta de camas en hospitales públicos y privados!, el tratamiento requerido no fue posible.
Como se observa se dio toda una cadena de acontecimientos de carácter administrativo y asistencial, que determinaron la muerte de Paula Sofía, la cual era totalmente evitable, en tanto hoy en día se cuenta con el desarrollo técnico-científico para el manejo de estas situaciones clínicas.
¿Qué es lo que hay detrás de esta nueva muerte?
Seguimos repitiendo la historia de hace más de una década. El itinerario burocrático, antihumano y con sentido de contención de costos que hace, de un lado, que las EPS le saquen el cuerpo a este tipo de procedimientos con altos costos, porque no son costo-efectivos y, de otro, que propicia que los prestadores de servicios de salud, públicos o privados, no los atiendan si no hay quien pague por ellos. Primero el dinero que la vida de una persona.
No hay duda. En el fondo de esta problemática está la racionalidad económica impuesta por la Ley 100, la misma que por cerca de 20 años ha determinado el rumbo de la salud en nuestro país, generando dinámicas antiética, antihumanas y por fuera de toda lógica pública, como el conocido “paseo de la muerte” y otras dinámicas similares, producto de las cuales centenares de personas –por lo general de pocos recursos– han perdido la vida, o padeciendo el agravamiento de su salud producto de enfermedades mal tratadas. Una lógica al servicio del lucro, del negocio, de la acumulación de dinero, con la tiranía de las razones burocrático-administrativas, en contra del bienestar, la salud y la vida de la gente.
Ya es claro que mientras se mantenga como aspecto central del sistema de salud la lógica económica que: 1) estimula el lucro de las EPS con su labor de intermediación que hacen entre los dineros públicos del sector salud con las IPS y ESE, 2) impone el acento en la sostenibilidad financiera de las instituciones prestadoras de servicios de salud y 3) obliga a la gente a demostrar capacidad de pago para ser atendida, es evidente que esta situación de muerte como la de la bebe Paula Sofía, se seguirá repitiendo indefinidamente.
En este caso, además, surgen preguntas como, ¿cuál fue el papel de la EPS Solsalud para resolver el caso de Paula Sofía? ¿Para qué se requería esta intermediación de Solsalud, si existen dineros más que suficientes en el Fosyga que podrían contratar directamente a la IPS o ESE para que atendiera a Paula y no tener que estar sometidos a la autorización de una EPS?
Asi las cosas, esta tragedia que enluta a otra familia de nuestro país por realidades, circunstancias y problemáticas totalmente controlables, revela de nuevo, la inutilidad de las EPS, lo que nos recuerda que su presencia en el país sigue condenando a la muerte a muchos de nuestros compatriotas.
¿Cuántas muertes más se requieren para abolir este sistema de salud perverso?
Problemática y realidad que no ve el Gobierno nacional, y tipo de preguntas que no se realiza, como queda claro en el reciente proyecto de ley 210 que ha presentado para reformar el sistema de salud, en el cual, aunque acaba las EPS, mantiene la maldita intermediación, ahora por condcuto de las llamadas Gestoras de Servicios de Salud, con las cuales –de ser aprobado– se mantendrá intacto el espíritu de intermediación y lucro, al conservar la figura de Unidad de Pago por Capitación –UPC– por cada afiliado asegurado a estas Gestoras y sostener que contratan y autorizan los servicios de atención con las prestadoras de servicios de salud. No cambia en absoluto la raíz del problema.
La muerte de Paula Sofía debe constituirse en un intolerable ético y contribuir a incrementar la indignación de la sociedad contra un sistema de salud totalmente deshumanizado, sosteniendo la consigna de ¡NO MÁS EPS! hasta que realmente estas desaparezcan.
Si la sociedad no se mueve con fuerza, si no se indigna, no se emberraca, si no presiona más, si no se moviliza más, junto a propuestas alternativas (que de hecho existen y son viables), tendremos que seguir lamentando más muertes de este tipo.
http://www.desdeabajo.info/actualidad/colombia/item/21924-paula-sof%C3%ADa-otra-v%C3%ADctima-del-sistema-de-salud.html