La brecha por llenar
Por Luis Manuel Arce Isaac
PL
Panamá, 7 mar (PL) Un libro trascendente comenzó a pasarse de mano en mano en Panamá todavía secando tinta, "La brecha por llenar y otros ensayos", del catedrático, politólogo, diplomático, escritor y periodista Nils Castro.
Poco voluminoso, de apenas 130 páginas en formato regular, el libro suma a su acumulación de valores otro vital: no está escrito bajo la premura del periodista, la obsesión del escritor, el extremo cuidado del diplomático, la falta de sindérisis del político, o el estilo ampuloso del catedrático.
Es, por el contrario, un libro vivo, arrollador que da el pecho a los agobiantes desafíos del momento, y cuya idea conductora son las angustias sectoriales que carcomen los pilares de la sociedad -económica, energética, ambiental, alimentaria- y se integran en una crisis sistémica para cuya solución no han aparecido aún fórmulas creíbles.
El texto lo componen cuatro ensayos que vieron la luz en diferentes momentos y sin una idea preconcebida de que en alguna ocasión los hilos invisibles que unieron las ideas expuestas en cada uno de ellos, llegaran a convertirse en la trama de un solo tejido.
"Crisis del sistema y de la cultura políticos: Crear, reprimir o desvanecer oportunidades". "La brecha por llenar". "¿Quién es y qué pretende la nueva derecha". Y como anexo el artículo: "Mientras, se rehace proyecto al andar", son los cuatro ensayos escritos entre finales de 2009 y mediados de 2010, que dan cuerpo al libro.
Como dijo su amigo, el intelectual Pedro Rivas, en la ceremonia de bautizo en la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero R., en "La brecha por llenar" hay una reflexión de carácter científico apoyada por el conocimiento del autor de las leyes de la naturaleza y la sociedad.
Su experiencia y contactos con políticos y líderes sociales convierten a Nils Castro en protagonista de su propia obra, y al mismo tiempo le permite incursionar en todos los terrenos del conocimiento en un antes, un ahora y un porvenir sin ínfulas de hechicero, para saber con la mayor certeza hacia dónde se va.
En su explicación del libro, el autor fue quizás lapidario: Los indicadores objetivos empeoraron desde aquellas décadas de gloria de los años 60 y 70 del siglo pasado cuando muchos pensábamos que la transformación del mundo estaba a la vuelta de la esquina.
La vida material y espiritual de los pueblos es ahora peor que en la época que llevó al Che a las montañas de Bolivia. Pero aquella capacidad de soñar de entonces se ha perdido, se lamentó.
Hay un gran daño a los cimientos de la cultura política, una erosión en la capacidad de asimilación, una suerte de parálisis en el ejercicio de pensar, y una proliferación de universidades en las que el pensamiento apenas si cuenta y muestran esa crisis del espíritu como si el hombre estuviese en una ergástula atrapado entre formas irreconciliables de ver el mundo sumido en un hedonismo reprochable.
Anteriormente Rivas había expresado al referirse a la actualidad panameña, que el pragmatismo por sí solo no basta, lo cual se observa en los estrechos límites de pensar no en el país que queremos sino en el país que tenemos, lo cual definió como un pensamiento con fines de lucro que es una regresión a la barbarie.
Otro intelectual amigo, Rodrigo Noriega, habló de un colapso político en Panamá, la ausencia de un debate de altura en una época postcaudillista en la que los megaproyectos esconden las inequidades en la sociedad.
Hay un destello de esperanza. Nils Castro advierte inquietud en la sociedad en su sentido más general. Esperamos que debajo de esa superficie haya en evolución un volcán que la provoca, porque ya toca pensar cómo vamos a salir de esta crisis y demostrar que un mundo mejor es posible.
mgt/lma