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El regreso a una vida sencilla
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.
Termina un año cargado de sucesos, que hablan por sí solos de una sociedad moderna, influenciada en forma extrema e invasiva, por la tecnología de las comunicaciones y la información, en la cual las redes sociales y su incidencia sobre la actividad humana, ya son contundentes y definen el nuevo manejo de los mercados, la realidad noticiosa y las campañas de penetración masiva, política, cultural y económica. Por ejemplo, hace sólo unas semanas, mediante la divulgación por medio de las citadas redes, se destapó el escándalo de la filtración de los archivos del Pentágono, lo cual está dando a conocer al mundo las verdades documentales que se esconden, respecto de la forma como el Gobierno y la diplomacia de los Estados Unidos, percibe a los demás países del mundo, hecho que ha estremecido a unos y desengañado a otros tantos, sobre las auténticas motivaciones de la "democracia USA", frente a las demás naciones de este y del otro hemisferio.
Toda esta nueva forma de vida, se está haciendo sentir sobre las personas no sólo en términos grupales, sino a nivel del individuo en particular, mediante la acentuación de muchas de las aberraciones individualistas de nuestra época. Se crea una fuerte dependencia a ciertos objetos o productos de la tecnología, como el celular, ello se nota en los buses, donde los pasajeros hablan recurrentemente con sus parientes, compañeros de trabajo, con este inician o aceleran sus preocupaciones laborales, inclusive antes de llegar a sus oficinas. La gente habla por celular en las calles, consulta incesantemente Internet en estos aparatos, casi a toda hora y en cualquier lugar, y pareciera que en la medida en que más lo usan, más se intensificaran sus cargas emocionales, ansiedades y preocupaciones.
Al tiempo que las personas siguen inmersas en la competencia desaforada que plantea la economía de mercado y se hacen más dependientes de los progresos tecnológicos, celular, automóvil, azúcares altamente refinados, grasas saturadas, vestimentas de marca y productos light, entre muchos. También su sedentarismo crece, se incrementa la angustia y con ella las tensiones y las patologías cardiovasculares, diabéticas, digestivas, sicológicas, etc. En fin, la verdad es que el ambiente consumista de hoy nos impide vivir para nosotros mismos, por el contrario, vivimos para una parafernalia que ha sido creada a nuestro alrededor y este es el cuadro del cierre del 2010 y el ingreso al 2011. Lo anterior constituye un verdadero reto, reinventar muchas cosas y proporcionarnos ambientes sencillos, en los cuales podamos beneficiarnos de las tecnologías existentes, sin que estas se conviertan en trampas absorbentes, como una especie de verdugo esclavizador; ellas deben ser facilitadoras de una vida más grata y liberadora, que constituye su verdadera función.
El modo de vida impuesto está dibujado en la página Internet -una vida sencilla-, cuando en alusión a "una vida… complicada" expresa: "Me encanta vivir estresado, agobiado, sedentario, con prisa, endeudado y sin tiempo para disfrutar de mi mujer, mis amigos y mis aficiones. ¡Esto es vida!". Es importante entonces para 2011 proponer a todos los lectores, dar vuelta a esta situación, con la búsqueda de una vida sencilla, en la que estén adelante, las relaciones personales, el respeto por la naturaleza y todas sus formas de vida, el consumo responsable y, la salud física y emocional de las personas. Un buen año 2011 para todos.
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