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NOMBRES DEL SUFRIMIENTO
LIBARDO GOMEZ SANCHEZ
La costa Atlántica está plagada de pequeñas poblaciones con nombres sugestivos: Caño de Oro, Arroyohondo, Soplaviento, Sabanalarga, Campo de la Cruz, Sabanagrande, Villanueva; la mayoría involucran una profunda contradicción, reflejan el precioso valor que la naturaleza y sus gentes representan, pero al mismo tiempo recuerda la enorme pobreza material que embarga a la mayoría de sus pobladores, producto de las relaciones sociales de producción. La apropiación de la riqueza la hacen unos pocos que son dueños de la tierra y del ganado que pasta en esas llanuras, porque la industria brilla por su ausencia en esa región y recientemente han comenzado a aparecer grandes plantaciones de Palma que esclaviza a quienes alguna vez vivieron la bonanza del algodón, el sorgo, el ajonjolí y la soya.
La alegría natural de sus habitantes se ve cortada como por un rayo cada vez que la naturaleza nos cobra los abusos ha que la sometemos y derrama, como lo ha hecho ahora, una temporada interminable de aguaceros fruto de los desequilibrios del calentamiento global, el que producen los excesos de gas carbono de las industrias contaminantes del mundo desarrollado y las megaciudades congestionadas de automóviles que queman combustible. Pero también por la desidia de quienes administran los recursos públicos y no disponen de proyectos que prevengan las avenidas de los afluentes hídricos y el control de las obras de infraestructura y de gran minería que alteran significativamente la armonía de los recursos naturales.
Las minas a cielo abierto de carbón en la Guajira y el Cesar han tendido un manto oscuro sobre los cielos de la costa Atlántica ocasionando serios problemas a la salud de sus habitantes y amenaza con liquidar regiones turísticas en el inmediato pasado; como respuesta a ese sacrificio de sus gentes, el gobierno de Santos les quitará las regalías a que por justicia tienen derecho, porque en su sumisión al interés del capital extranjero mantiene un régimen de compensaciones inicuo, que les permite explotar nuestros recursos naturales a la barata con exenciones de impuestos y regalías de pacotilla.
Y a quienes mediante el empleo de acciones populares se atrevían a reclamar el arreglo o la solución a afectaciones a la comunidad, actuación que les reconocía un pequeño emolumento por los gastos en dinero y tiempo empleados, ahora en la era del gobierno de Unidad Nacional, mejor aún de la cicatería antinacional, se les mezquina lo que con largueza se le entrega a quienes propician todo tipo de atropellos contra las comunidades y su hábitat.
Son tiempos aciagos para los moradores de la costa atlántica, lo que la naturaleza les permite en medio de su furia, se los arrebata quienes agencian desde la dirección del Estado una política de entrega de la Soberanía y de genuflexión a intereses foráneos como dejó en evidencia las filtraciones por internet, de los mensajes y comunicaciones entre las autoridades Colombianas y Norteamericanas del gobierno de Uribe, en el que Santos ocupó lugares de primera línea en calidad de Ministro.
En los nombres de los municipios de la costa no predomina en estos días el oro, el arroyo o el Campo, sino el Caño, lo hondo y la Cruz, pero podría ser de otra manera si nos decidimos a comenzar en Octubre del año entrante, a remover a quienes atentan contra nuestro futuro.
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