Un nuevo libro sobre la rebelión de los esclavos liderada por Espartaco
Se ha publicado la obra del historiador Barry Strauss, La guerra de Espartaco (*), y su oportunidad está fuera de duda. La historia de Espartaco no ha acabado todavía, ni mucho menos...
Pepe Gutiérrez-Álvarez
Se ha publicado la obra del historiador Barry Strauss, La guerra de Espartaco (*), y su oportunidad está fuera de duda La historia de Espartaco no ha acabado todavía, ni mucho menos. Por más que la esclavitud acabó siendo abolida durante el siglo XIX, y ese fue quizás el mayor logro, subsiste bajo diversas formas. Es más, el capitalismo la retomaría sí de esa manera se pudiera garantizar una mayor competitividad, lo que vale decir, más beneficios por menos inversión. No es otro el espíritu que subyace en las declaraciones de los jerarcas de la CEOE cuando nos dicen que los obreros tienen que trabajar más para ganar menos…
La historia de la “Guerra de Espartaco” es la de la más extraordinaria la rebelión de esclavos más famosa del mundo antiguo, y su eco, no hizo más que crecer desde el siglo XVIII, cuando las Luces se negaron a aceptar lo que el catolicismo oficial aceptó hasta el final.
Se trata de la historia de una leyenda que durante 2.000 años ha sido una inspiración para novelistas, directores de cine y, por supuesto, para revolucionarios de todos los matices. Se trató de una proeza extraordinaria: solamente con setenta y cuatro hombres, un gladiador tracio llamado Espartaco provocó una rebelión masiva que arrastró a esclavos y proletarios de Roma, y amenazó al mismo poder imperial. Armado con un ideal todavía difuso pero no pro ello menos rotundo –la libertad-, y con sus compañeros gladiadores, Espartaco formó un ejército de 60.000 soldados y controló la campiña del sur de Italia. Derrotó nada menos que a nueve ejércitos romanos y, con sus tácticas revolucionarias, mantuvo a raya a Roma durante dos años, antes de ser derrotado. Tras su batalla final, 6.000 de sus seguidores fueron hechos prisioneros y crucificados a lo largo de la principal carretera al sur de Roma. Resultado de años de investigación, La Guerra de Espartaco se basa no sólo en documentos escritos, sino también en hallazgos arqueológicos, reconstrucciones históricas y los largos viajes de este libro detallado y preciso que recorrer los campos italianos por los que Espartaco dominó una vez para contarnos su historia.
Su gesta lo que le convirtió en un mito emancipador a pesar de la denigración a la que le condenaron historiadores e intelectuales romanos, mientras que el pueblo llano romano lo empleaba para asustar a los niños traviesos. Cicerón emplea su nombre como un insulto contra Marco Antonio, y la cristiandad se olvida de él; ya sabemos que San Pablo aprobó la esclavitud a pesar de que el cristianismo que –inicialmente- la religión de los esclavos.
No será hasta el siglo XVIII que su nombre cobrará una connotación emancipadora. Este personaje legendario al que Marx vio como un precursor que «planteó» un objetivo cuando no se daban las condiciones para resolverlo». «Espartaco es (...) el personaje más espléndido de toda la historia antigua. Gran general (!no como Garibaldi¡), carácter noble, auténtico representante del antiguo proletariado» (cf. Jeffrey Vogel, La tragedia de la historia, en la revista Viento Sur, nº 33, Madrid). Su nombre aparece justamente vinculado con actos como la olimpiada alternativa a la de Hitler, a la “Espartakiada” celebrada en Barcelona en 1936, y de cuyos atletas surgieron los primeros voluntarios de las Brigadas Internacionales que tanto contribuyeron a repeler la barbarie franquista.
El entonces escritor comunista Arthur Koestler llevó su lucha a la historia de la literatura en The Gladiators. Él mismo recuerda en sus notables “memorias”: “El PC alemán había nacido de un grupo revolucionario llamado Spartakus-Bund, fundado en 1917 por Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo, de modo que el nombre de Espartaco era una palabra familiar entre los comunistas, pero lo mismo que la mayor parte de ellos, yo sólo poseía nociones muy vagas sobre tal personaje”. La novela apareció en la misma editorial –Edhasa- como Espartaco, aunque la traducción correcta habría sido Los gladiadores. Cierto es que entre un tiempo y otro hubo otra novela, y una película, Spartacus, que más allá de sus discutibles valores cinematográficos, fijó el nombre del luchador tracio en la memoria de varias generaciones. Sólo un detalle. Está claro que los jóvenes obreros y estudiantes que durante las jornadas del mao del 68 salieron a la calle gritando aquello de “!Todos somos judíos alemanes¡” en respuesta a un repulsivo comentario del sórdido burócrata del PCF, Georges Marchais, tenían en mente el grito final de la película, cuando todos los esclavos renuncian a la delación, y gritan: “!Yo soy Espartaco¡”.
Todos admirábamos a Espartaco.
El libro de Strauss narra la extraordinaria y verdadera historia de la rebelión, detrás de una leyenda que durante 2000 años ha sido una fuente de inspiración para novelistas, directores de cine y revolucionarios en todo el mundo. Al mando de tan sólo setenta y cuatro hombres en un principio, un veterano gladiador llamado Espartaco instigó una rebelión contra Roma y, al frente de un ejército de 60.000 soldados, controló la campiña del sur de Italia y puso en jaque al poder establecido. Líder carismático, Espartaco utilizó la religión para conseguir apoyo, y como ex soldado del ejército romano que era, demostró ser un luchador excelente. Derrotó a nueve ejércitos romanos y mantuvo a raya a Roma durante dos años, antes de ser derrotado. Tras su batalla final, 6.000 de sus seguidores fueron hechos prisioneros y crucificados a lo largo de la principal carretera al sur de Roma en uno de los castigos ejemplares más crueles que se recuerdan…
Aunque es un libro de historia, es también una hermosa narración, una lectura importante porque demuestra que es posible hacer temblar a los amos de mundo solamente con la verdad y la libertad, y claro está, con la voluntad inquebrantable de lucha.
(*) Barry Strauss, La guerra de Espartaco (Edhasa, Barcelona, 2010, 26,50 €, 320 páginas ISBN: 978-84-350-2688-8)
Pepe Gutiérrez-Álvarez en Kaos en la Red
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