http://www.informador.com.mx/internacional/2010/victimas-serian-mas-de-dos-mil-en-kirguistan.htm La crisis política de Kirguistan y el choque de intereses Rusia- EU |
El reciente derrocamiento del presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, es consecuencia de una nueva crisis política que vive la ex república soviética del centro de Asia. Después de la caída del Socialismo, varias repúblicas ex socialistas que fueron parte de la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS), como Ucrania, Tayikistán y Georgia, junto con Kirguistán, aceleraron su proceso de regreso al capitalismo. Emergieron, producto de la degeneración revisionista que usurpó el poder en el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y en la URSS que dirigieran Lenin y Stalin, que la llevaron a su desintegración y disolución. De manera abierta, entonces, las rancias clases sociales que han existido en el viejo capitalismo, la burguesía y la pequeña burguesía, principalmente asomaron cabeza y tal cuales retrogradas y chovinistas se lanzaron a desaparecer y a destruir el socialismo en esas naciones conquistado con el triunfo de la revolución de octubre de 1917 en Rusia. Estos tres países de la región, como otros más un poco antes del 2004-2005, vivieron lo que se conoció como las “Revolución Naranja”, “Revolución Rosa” y la “Revolución de los Tulipanes”, esta última de Kirguistán, que ya tenían como viejo antecedente la vivida en Checoslovaquia en 1989 llamada “Revolución de Terciopelo” y que consisten en supuestas acciones pacificas que derrocan gobiernos “socialistas” -que en esos y estos tiempos no tenían ya nada de socialista-, y que han denominado “revoluciones” en la jerga pacifista de la pequeñaburguesía. El gobernante derrocado, Kurmanbek Bakiyev, provenía de esa “Revolución sin violencia”- cuya movilización había dejado por lo menos tres muertos- y lo erigía en el gobierno en el 2005. Estas movilizaciones buscaban la democratización del régimen y mejoras en las condiciones de vida de la población, las que habían prometido realizar los gobernantes y que no cumplían, ni los anteriores “emanados del socialismo” ni estos “nuevos” democratizadores burgueses, sin embargo estos últimos no desaprovecharon la oportunidad de enriquecerse y para lograrlo gobernaron con yugo a su pueblo, mostrando de manera palpable que sus intereses de clase no han cambiado ayer y hoy. Pero si siguen condenando al socialismo como un régimen injusto y liquidado. Estos “cambios democráticos” de los países ex socialistas, no han mejorado en nada las condiciones de vida de las masas trabajadoras de dichos países. Y en el caso de Kirguistán ilustra la situación no sólo de ese país, sino de la región centro asiática. En los más de cuatro años de gobierno de kurmanbek, las crisis económica y política se habían profundizado. Las medidas neoliberales de los diversos gobiernos junto con este último, acentuaron la precariedad de la existencia del pueblo de Kirguistán; el creciente desempleo, el aumento gravoso de los alimentos, la creciente migración a Rusia de miles kirguistas, el saqueo de las arcas nacionales y otras medidas de estos demócratas neoliberales acrecentaron el descontento popular que estalló, dejando un centenar de muertos y más de un millar de heridos en los choques con la policía. El gobierno, derivado de un fraude electoral como es natural en los países capitalistas, se tornaba más represivo y corrupto, hacia acuerdos económicos con EU y Rusia para chantajear la permanencia de sus respectivas bases militares. Hay que resaltar que ambos países imperialistas mantienen sendas bases militares en el pequeño país de Kirguistán; por el lado de EU como base de apoyo para sus operaciones militares contra Afganistán y su control sobre demás países de Asia. Rusia, se abroga el “derecho histórico” sobre la empobrecida nación kirguis, buscando ejercer el control que perdió en los tiempos del revisionismo social imperialista. La ex URSS, comandada por el revisionismo, ejerció un control económico y militar sobre las naciones que la formaban, fuera de toda práctica socialista que la caracterizó en los tiempos de Lenin y Stalin, de la unión libre y voluntaria de las naciones en beneficio del proletariado. A la crisis económica y política de Kirguistán, derivada también de la crisis mundial, se le suman los intereses de los imperialistas que buscan aprovechar la oportunidad para reafirmar su permanencia y su control sobre esta la nación ocupada militarmente. En ese sentido el “gobierno provisional” conformado por una coalición de partidos opositores al régimen de diferentes tendencias, socialdemócratas, reformistas y liberales, que encabeza la ex ministra de Relaciones Exteriores del anterior gabinete Rosa Otumbayeba, ha cuidado no chocar con ambos países y más bien buscan legitimarse ante ellos e inclinarse a donde la respuesta política y económica les sea más favorable. Por un lado, no han dicho nada sobre la base militar yanqui que tiene que cerrarse por la resolución del parlamento kirguis adoptada en el 2009 y más bien mantienen negociaciones con el Secretario de Estado adjunto para asuntos en Asia Central de EU, reconociendo que esta lucha popular en el país, no tiene un sentimiento antiestadounidense. Por otro lado han sido avalados por el gobierno ruso y le están solicitando ayuda económica y hasta militar “de ser necesaria” para poner orden ante los crecientes saqueos y “disturbios” que aún se presentan y este ha respondido con una “ayuda” de 110 millones de dólares. Cabe destacar que la decisión del parlamento de cerrar la base de EU, se debió a la presión y oferta económica que les prometió Rusia, de 2, 000 millones de dólares y tentadores créditos financieros si desalojaban a los yanquis de Manás, para por supuesto permanecer ellos con la suya. Sin embargo el derrocado Kurmanbek, ya había cancelado esa resolución por el módico de 180 millones de dólares. Los nuevos gobernantes autodenominados “Gobierno de Confianza Popular”, logaron imponerse ante el destituido Kurmanbek, porque supieron maniobrar y aprovechándose de la inconformidad popular derivada de la política neoliberal que ha profundizado la crisis económica. Siendo de una misma dirección ideológica neoliberal -un sector del mismo gabinete y la oposición- pero de diferentes posiciones políticas dentro del Estado capitalista Kirguistán, no viéndose beneficiados por los negocios de su socio kurmanbek y ante un escenario inminente de desbordamiento popular, encabezaron la demanda de destitución de este recrudeciéndose las contradicciones derivadas en detenciones a sus oponentes, lo que provocó -cualquier chispa hacía falta- la respuesta popular que llevó al destronamiento del presidente. Estos afirman estar sólo seis meses al frente durante los cuales elaborarán una nueva Constitución y convocarán a elecciones. Por otra parte, la tristemente célebre ONU, a través de Ban Ki-moon su Secretario General que por cierto no ha condenado las bases militares de ambos países imperialistas, sí llamó a “restablecer el orden institucional” y ha enviado a un representante buscando el involucramiento de los imperialistas europeos mediante la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa. Estos prestos al llamado han aceptado ser interlocutores con el nuevo gobierno. Esta crisis en Kirguistán, por supuesto preocupa a los imperialistas de Europa, porque atañe también a su zona de influencia que les disputan EU y Rusia y porque dicha desestabilización política puede contagiar toda la región de Asia que conformó la ex Unión Soviética y lo más peligroso, puede rosar muy duro la frágil Unión Europea, que se debate en una grave crisis económica, que ha derivado en crisis política en otros países miembros como Grecia, que ha pasado a manos a la obra para salir de ella con grandes huelgas generales, de las que el imperialismo europeo aún no sale. La pequeña nación de poco más de cinco millones de habitantes, es paso de mercancías a los países del este y oeste, del norte sur y del centro de Asia. Es utilizado por la OTAN para enviar material de guerra desde el Báltico hasta Afganistán y este levantamiento popular, que no ha sido de terciopelo, puede contagiar esa región que enfrenta la misma problemática. Kirguistán es un foco amarillo - todavía no es revolución proletaria- porque se da un movimiento de masas en contra de la crisis económica y contra el gobierno en turno, que aún no lucha contra el imperialismo estadounidense y ruso y que todavía es dirigido por sectores de la burguesía y la pequeñaburguesía que están en una u otra línea, de estos o de intereses nacionalistas. Su importancia económica y geoestratégica ha inducido la ocupación militar de los dos países imperialistas, y con los europeos como un tercero en discordia complican la lucha popular que se está desarrollando, aún con los contenidos con las que es dirigida. De todos modos, de esta situación las masas obreras y populares kirguis aprenderán y volverán a retomar, no muy tarde, el camino que les dejará sembrado la gran y gloriosa Unión Soviética. Vanguardia Proletaria. http://frentepopular. Mexico. |