A los maestros se les exige más calidad, pero el salario no les alcanza para capacitarse mejor Foto: Felipe Caicedo / EL TIEMPO Menos tiempo para preparar clases novedosas tienen los profesores que deben trabajar doble jornada para completar ingresos suficientes. Esa doble presión a la que están sometidos fue una de las conclusiones del análisis realizado a final del 2008 Marcela Bautista, investigadora de sociología de la educación de la Universidad Nacional. La especialista hizo el estudio con base en la aplicación del estatuto docente del 2002. Esa norma, denominada también "de profesionalización docente", les exige mayor formación y les da cabida a otros profesionales para ser maestros. "Lo que buscamos es que entren los mejores, gente preparada", señala Isabel Segovia, viceministra de educación preescolar, básica y media. Y pese a que el objetivo es loable, la medida ha sido criticada por los profesores como una "despedagogización de la enseñanza". Un caso es el de Marina Hernández, quien en la mañana analiza muestras de laboratorio, en la tarde es profesora de biología, los fines de semana organiza eventos y en diciembre vende pavos. Sus múltiples ocupaciones son una "estrategia para mejorar el ingreso" y un reflejo de la condición de los maestros, que se debaten entre la exigencia de altos estándares de cualificación profesional y el desestímulo salarial. De acuerdo con Senén Niño, presidente de la Federación Colombiana de Educadores (Fecode), desde que rige esta regla "se permite el ingreso de cualquiera" a la docencia y eso "está golpeando fuertemente la calidad". Pero, según Segovia, "no ha sido masiva la entrada de otros profesionales" al cuerpo docente, y en todo caso, los que llegan han superado entrevistas, revisión de antecedentes, y "deben hacer un curso de pedagogía para ser nombrados". Faltan estímulos a maestros Pero el asunto va más allá de su llegada. "No hay estrategias de retención" de esos profesionales en el sistema, dice la socióloga Bautista, para llamar la atención sobre el nivel salarial de los docentes, que está entre 930 mil y poco más de 4 millones. Algunos normalistas y licenciados "deben ir al rebusque para organizar con dignidad su familia", dedicando tiempo a actividades fuera de su labor docente, lamenta el presidente de Fecode. Como le pasa a Hernández y a Norbey Quiceno, quien dictaba clase de 5 a.m. a 11 p.m., en tres jornadas escolares, para poder "cumplir sus compromisos económicos". El nuevo estatuto plantea claros mecanismos de ascenso, como un reconocimiento a la capacitación. El salario aumenta según los resultados de evaluaciones de desempeño o por títulos de postgrado, pero conseguirlos no es tan fácil. Dificultades para estudiar "¿Quién tiene dinero para un posgrado cuando gana en promedio 2 millones de pesos al mes para sostener una familia?", pregunta Bautista. Es lo que le pasa a Quiceno, quien por falta de dinero no ha podido hacer una maestría, que cuesta alrededor de 20 millones de pesos. Para esos casos, las secretarías de educación municipales ofrecen ayudas económicas. En Bogotá, por ejemplo, en los últimos tres años 492 profesores han recibido financiación de hasta el 70 por ciento para estudios de posgrado, y de acuerdo con Óscar Sánchez, director de Formación de Docentes, la meta para este año son 120. Y aunque admite que son pocos frente a los 31.000 docentes de la ciudad, destaca la alta inversión que se hace, que para el 2009 es de 1.300 millones de pesos. Sin embargo, si Quiceno fuera uno de los beneficiados, tendría en todo caso que dejar de trabajar una jornada y como consecuencia se reducirían notablemente los ingresos familiares. Y hay otras situaciones, como la de la profesora Hernández, quien realizó una maestría en microbiología en la Universidad de los Andes pero no se ve reflejada en su salario porque, aunque está relacionada con la materia que enseña, sólo son válidos los estudios en educación. Así, parece confirmarse una teoría de Bautista, para quien mientras no haya una política clara de capacitación "el intento por mejorar puede resultar estéril pues se configurará un cuerpo de docentes menos calificado y poco motivado por su profesión". Ministerio hace ajuste a los salarios del nuevo escalafón A mediados del mes pasado el Ministerio de Educación expidió un decreto modificando las asignaciones salariales para los maestros pertenecientes al nuevo escalafón. Según la Ministra, Cecilia María Vélez, el objetivo es "mejorar los salarios para hacerlos atractivos incluso para los maestros del escalafón anterior". El incremento promedio fue del 8 por ciento, aunque "se hizo énfasis en los salarios de entrada", es decir los de niveles más bajos, para "homologarlos a los de otros profesionales de ciencias sociales", señaló la Viceministra de educación preescolar, básica y media, Isabel Segovia. Esa es, precisamente, la queja de Senén Niño, presidente de Fecode, quien advierte que hay una diferencia significativa entre lo que gana cualquier otro profesional y un docente. "Estamos mal remunerados", dice. Marina Hernández, por ejemplo, lleva ocho años ejerciendo la docencia y todavía devenga menos del 1'333.000 pesos que, según Gabriel Burgos, viceministro de educación superior, recibe un universitario recién graduado. Cómo asciende un maestro En el nuevo escalafón hay tres grados y en cada uno, cuatro niveles. Para aumentar de nivel hay que superar durante dos años consecutivos las pruebas de desempeño que se hacen en los colegios, y que tienen un carácter "de mejoramiento, no punitivo", según Segovia. Una vez aprobadas, se obtiene la posibilidad de participar en la evaluación de competencias, que realiza el Ministerio. "Para eso no requieren recursos", dice la Viceministra. Aunque, de acuerdo con Niño, de Fecode, "eso depende de si el Ministerio convoca a los concursos". Los primeros docentes que fueron nombrados en el nuevo escalafón se posesionaron entre el 2004 y el 2005 y solo hasta este año tienen chance de cambiar de nivel salarial. Y para cambiar de grado, los profesores deben obtener títulos de posgrado. Si entró como normalista volverse licenciado o profesional, y si entró como profesional, sacar una maestría o un posgrado, con lo que puede aspirar a ganarse 4 millones de pesos, que es el tope máximo en la escala. Del nuevo estatuto, que establece solo tres grados, hay un 83 por ciento concentrado en el segundo, cuya asignación mensual es apenas poco más de un millón de pesos.
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LLAMADO DESDE EMANCIPACIÓN OBRERA para el 1° DE MAYO DE 2024
Suenan sin parar los blasones de la nobleza payanesa, los cánticos traquetos de las mafias del narcotráfico desde Antioquia, pasando por el Valle del Cauca, Santander y el Caribe; los corceles de los hacendados que financiaron ayer y hoy al paramilitarismo en todos los departamentos del centro andino, el Caquetá y las llanuras orientales y la costa Caribe; todos a una se retuercen y lanzan desde sus puercos hocicos llamaradas que amenazan con quemar los sueños de emancipación de la pobrecía y de todos los oprimidos de esta Colombia humillada por siglos , vilipendiada desde siempre por los colonizadores y las oligarquías criolla s que miran con rabia el riesgo de llegar a perder el poder en manos de rebeldes que en juntanza esquiva intentan comprender que ello es posible. Secundarias resultan las contradicciones al interior de la variopinta juntanza que acompaña al Gobierno del Cambio , porque de no ser así, una noche muy oscura se avecina para los sectores populares, y su sangre po