Trump había hecho malabares con dos conceptos en los que tiene experiencia como empresario y ex animador de TV. El manejo de la mentira combinada con la creación del reflejo condicionado
La “noticia” de Carlson copó todos los espacios de las redes sociales, de las agencias internacionales de prensa, los periódicos y revistas
Luis Manuel Arce Issac
almaplus.tv/18 Diciembre
La exestrella de Fox News Tucker Carlson, uno de los mercenarios del periodismo mejor pagado en Estados Unidos y reconocido defensor de los intereses ultraconservadores dentro y fuera de ese país, se prestó al juego del presidente Donald Trump de crear una atmósfera de expectativa y especulación con un preanuncio de que en su informe a la nación la noche del 17 de diciembre, el mandatario anunciaría al mundo un ataque militar a Venezuela.
Aunque no quiere decir que el no anunciarlo sea aún considerado como una renuncia a hacerlo en el momento que a él le convenga.
Lo cierto es que ni Trump, ni la vocera de la Casa Blanca, ni el Pentágono, ni el Departamento de Estado lo desmintieron. Todos dejaron que el bulo rodara.
Una noticia de alto impacto
La “noticia” de Carlson copó todos los espacios de las redes sociales, de las agencias internacionales de prensa, los periódicos y revistas, los noticieros estelares de la radio y la televisión, y hasta en los inodoros de las terminales de ómnibus, trenes y aviones, se instaló en cualquier espacio la información de ese personaje farandulesco que debe haber sacado una buena plata a sus clientes del entorno gubernamental y empresarial, y quizás también de algunos generales de cinco estrellas subalternos de Peter Brian Hegseth, el capitán en retiro de la Guardia Nacional y payaso de la televisión como el presidente ucraniano, que ahora es el jefe del Departamento de Guerra, un bajón muy grande de categoría de ese despacho.
No hay por qué dudar, como se especula en los medios comunicacionales de Estados Unidos, que la idea saliera de los poco privilegiados cerebros Hegseth y Marco Rubio, quienes nunca aportan nada acertado, aunque tampoco hay que dudar que lo fuera del propio Trump en persona, debido a la atrofia de sus neuronas.
Un balón de ensayo
Lo importante del montaje es que, fuera como fuese, se trató de un balón de ensayo víspera de un debate importante en el congreso sobre los miserables e ilegales ataques de corsarios a lanchas privadas en el océano perpetrados por el Comando Sur, y a la piratería para robarse el petróleo venezolano. Fue evidente la búsqueda de reacciones a una posible invasión o ataque masivo a Venezuela bajo la inescrupulosa mentira de Trump de que los venezolanos les han robado su petróleo y sus tierras raras.
Pero no vayan a pensar que es el crudo que Estados Unidos guarda en las enormes cavernas subterráneas de sal ubicadas principalmente en la Costa del Golfo, en Texas y Luisiana, como parte de su reserva estratégica, sino el que yace en las entrañas de la Faja del Orinoco y que representa las mayores reservas de hidrocarburos del mundo.
Ese crudo, según el cerebro de Trump, le ha sido robado miserablemente a Estados Unidos por los venezolanos y es defendido por un gobierno mafioso, narcotraficante, que mata a jóvenes estadounidenses con un fentanilo que se produce y consume en Estados Unidos, el cual es dirigido por un presidente inconstitucional, aunque elegido por la gran mayoría del pueblo bolivariano, que se llama Nicolás Maduro y por cuya cabeza Trump paga 50 millones de dólares, como se hacía antes en el salvaje oeste.
Papel de Celestina
¿Qué papel jugó en este caso el mercenario Tucker Carlson? Un nuevo tipo de Celestina que se presta al juego político por encargo para atraer adeptos y provocar miedo, influir en decisiones o verificar sospechas, hacer comprobaciones, explorar conductas y dar al contratista tips válidos que pudieran tomar en consideración para apoyar a Trump.
Carlson lanzó su globo cuando en las dos cámaras del congreso los legisladores definirían dos asuntos cruciales: 1) la legalidad o ilegalidad del corsarismo en el Caribe practicado por Trump, que ya lleva casi un centenar de asesinatos extrajudiciales. 2) Atacar impunemente a Venezuela sin declararle la guerra y, por tanto, sin pedir autorización al congreso. En ambas votaciones ganó Trump, pero por un margen tan estrecho (6 votos más a favor entre representantes y solo 2 entre senadores), lo que en la práctica significa una polarización nacional altamente explosiva casi a la entrada de 2026, un año de elecciones intermedias cruciales.
La reacción
Fue una comprobación desde el gobierno de Washington hacia el interior del país, es decir, hacia la realidad de la política doméstica estadounidense, que cuenta mucho. Pero también desde la Casa Blanca y el Departamento de Estado hacia el exterior. China y Rusia reaccionaron con claridad en contra de una acción militar para destruir a Caracas como a Bagdad en tiempos de los George Bush y robarse el petróleo, y secundado por todos los gobiernos decentes en el mundo.
La arena internacional estaba demasiado caliente para los pies descalzos de Trump y, lo importante, todavía lo sigue estando, quizás más aún cuando, después de este episodio, sus brutales amenazas de reconquistar el petróleo venezolano que los venezolanos les han “robado” a Estados Unidos, lo desacreditan y quitan la máscara definitivamente de los mentirosos argumentos insostenibles de lucha contra el narcotráfico.
Mentira y reflejo condicionado
Trump había hecho malabares con dos conceptos en los que tiene experiencia como empresario y exanimador de TV. El manejo de la mentira combinada con la creación del reflejo condicionado, como armas importantísimas de su teoría del miedo.
Para ilustrar esto, tomemos solamente el estudio del Washington Post publicado al término de su primer gobierno en 2020. El periódico escribió: A Trump le tomó 601 días llegar a 5.000 declaraciones falsas o engañosas y otros 226 días alcanzar la marca de 10.000. Durante las siete semanas previas a las elecciones de mitad de período, aumentó a un promedio de 30 por día desde 4.9 durante sus primeros 100 días en el cargo.
Es posible que en este primer año haya aumentado ese ritmo de falsedades, pero lo notorio es que son mentiras más embusteras y muchísimo más graves que todas aquellas juntas, y están mucho más cerca del fuego nuclear, además.
Hay una diferencia entre uno y otro concepto que él la conoce bien y que se puede consultar en cualquier sitio web porque es una constante: la mentira es un acto consciente que manipula el conocimiento con intención, mientras que el reflejo condicionado es una respuesta aprendida creada por la repetición de estímulos, afectando la capacidad de pensar o reaccionar de forma automática, no el conocimiento en sí.
Una mentira busca engañar con información falsa (afecta el conocimiento), mientras que un reflejo condicionado es una asociación automática que afecta la forma de pensar/actuar. Son imprescindibles para la teoría del miedo y su ejecución. Esa es una de las intenciones que explican el brutal despliegue militar en el Caribe y las amenazas de controlar todo el continente, no solamente el norte con su ya no tan escondida intención de doblegar a México y a Canadá.
Fidel Castro lo había advertido
Ya Fidel Castro había advertido de la posibilidad del surgimiento de una situación como esta hace 20 años en un acto por el aniversario 60 de su ingreso a la universidad, efectuado en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005.
"Yo decía que éramos cada vez más revolucionarios y es por algo, porque cada vez conocemos mejor al imperio, cada vez conocemos mejor de lo que son capaces y antes éramos escépticos incluso frente a algunas cosas, nos parecían imposibles.Habían engañado al mundo. Cuando surgieron los medios masivos, se apoderaron de las mentes y gobernaban no solo a base de mentiras, sino de reflejos condicionados. No es lo mismo una mentira que un reflejo condicionado: la mentira afecta el conocimiento; el reflejo condicionado afecta la capacidad de pensar".
Y, a renglón seguido, curiosamente pone como ejemplo de esa práctica en Estados Unidos, ni más ni menos que el petróleo. Fidel lo dijo así en ese mismo discurso:
“En 30 años más (era 2005 entonces), el petróleo, un 80% del cual está actualmente en manos de países del Tercer Mundo, ya que los otros agotaron el suyo, entre ellos Estados Unidos, que tuvo una inmensa reserva de petróleo y gas, le alcanza apenas para algunos años, por lo cual trata de garantizar la posesión del petróleo en cualquier parte del planeta y de cualquier forma, esa fuente energética, sin embargo, se agota y a la vuelta de 25 ó 30 años solo quedará una fundamental, aparte de la solar, la eólica, etcétera, para la producción masiva de electricidad, la energía nuclear.
“Está lejano todavía el día en que el hidrógeno, mediante procesos tecnológicos muy incipientes, pudiera ser fuente más idónea de combustible, sin el cual no podría vivir la humanidad, una humanidad que ha adquirido determinado nivel de desarrollo técnico. Este es un problema presente”.
He ahí el detalle de la actitud de Estados Unidos revelada por Fidel hace 20 años y ratificada en la realidad de hoy con Trump en la Casa Blanca y Venezuela como escenario.
El cipayismo
Washington siempre contó, lamentablemente, con gobernantes cipayos en nuestra América. Si no los tenía, los construía, como han hecho ahora con sus golpes parlamentarios, judiciales y electorales en Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Bolivia, República Dominicana, Honduras, Trinidad y Tobago, Granada.
Lamentablemente, casi todos se han pronunciado contra Venezuela y les dan el piojito al ladrón que, por cierto, también les robará a ellos; de eso no lo duden. De hecho, ya les robó su independencia y soberanía.
Por eso, debemos recordar a José Martí cuando nos alertó que "De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace: ganémosla a pensamiento". Digamos ahora con Fidel que América no puede perder la capacidad de pensar, y convirtamos a nuestra hermosa región en el Boyacá eterno de Simón Bolívar, cuya semilla está en Venezuela, compartiendo sus frutos con la heroica Colombia que ha hecho historia en estos días de amenaza y gloria con Gustavo Petro.
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