Un estudio revela un sorprendente vínculo entre el ADN prehistórico y las personas que viven más de 100 años
Nuevos análisis genómicos revelan que ciertos genes heredados de antiguos cazadores europeos podrían mejorar el metabolismo y fortalecer el sistema inmunitario, favoreciendo una vida más larga y saludable.
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Eugenio M. Fernández Aguilar
Físico, escritor y divulgador científico
muyinteresante.okdiario.com Creado: 23.12.2025
En una pequeña aldea italiana, no es raro encontrar a alguien que ha pasado los 100 años. Hay quienes lo atribuyen al aceite de oliva, otros a la vida al aire libre, y algunos más al carácter tranquilo del lugar. Sin embargo, la explicación podría estar escrita mucho más profundamente: en el ADN. Concretamente, en un tipo de herencia genética que se remonta miles de años atrás, a un grupo de cazadores que vagaban por Europa cuando aún reinaba el frío del último gran período glacial.
Un estudio reciente ha encontrado algo tan inesperado como fascinante: las personas que llegan a los 100 años o más en Italia tienden a compartir un rasgo genético ancestral común, una mayor proporción de ADN de los llamados cazadores-recolectores occidentales (Western Hunter-Gatherers o WHG). Estos grupos prehistóricos ocuparon Europa después del deshielo del Último Máximo Glacial. Lo que hace tan relevante este hallazgo es que podría explicar parte del secreto de una vida extraordinariamente larga, más allá de los hábitos modernos o la medicina.
Una investigación centrada en los centenarios italianos
Italia es uno de los países con mayor número de personas centenarias del mundo. Con esa base, el equipo investigador liderado por Stefania Sarno y Cristina Giuliani analizó el genoma de 333 centenarios italianos y lo comparó con el de 690 adultos sanos de unos 50 años, seleccionados para representar de forma precisa a la población del país.
Para profundizar en las raíces genéticas, los científicos recurrieron a un conjunto de 103 genomas antiguosrepresentativos de los cuatro grandes linajes que han formado la diversidad genética europea: los cazadores-recolectores occidentales, los agricultores neolíticos de Anatolia, los pastores de la Edad del Bronce procedentes de las estepas pónticas (Yamnaya), y los grupos del Cáucaso e Irán neolítico.
El objetivo era evaluar si existía alguna relación entre estos linajes ancestrales y la probabilidad de vivir más allá de los 100 años. El resultado fue claro: solo el linaje de los cazadores-recolectores occidentales mostró una relación positiva con la longevidad.
Distribución genética que revela una mayor afinidad entre los centenarios italianos y los antiguos cazadores-recolectores de Europa occidental. Fuente: GeroScienceMás ADN de cazadores prehistóricos, más años de vida
Al examinar la información genética de los participantes, el equipo observó que los centenarios tenían, de media, una mayor proporción de ADN procedente del linaje WHG en comparación con el resto de la población. Este resultado se mantuvo incluso después de ajustar por diferencias regionales dentro de Italia, lo que sugiere que el efecto es real y no una coincidencia geográfica.
Según los análisis estadísticos realizados, un aumento de una desviación estándar en la proporción de ADN WHG se asocia con un 38 % más de probabilidades de ser centenario. La asociación fue aún más fuerte entre las mujeres, donde este tipo de ADN parecía duplicar las posibilidades de alcanzar los 100 años .
La cita exacta del estudio, traducida, es clara: “El presente estudio muestra por primera vez que el linaje Villabruna/WHG contribuye a la longevidad en la población italiana”.
Un linaje con raíces en el fin de la Edad de Hielo
Los cazadores-recolectores occidentales son un grupo ancestral identificado en estudios genéticos como descendientes de poblaciones que ocuparon Europa hace unos 14.000 años. Su nombre proviene del llamado individuo de Villabruna, hallado en el norte de Italia y considerado representativo de este linaje.
Este grupo emergió al final del último gran periodo glacial, en un momento de grandes cambios climáticos. Los científicos creen que la presión evolutiva en aquellas condiciones extremas pudo favorecer ciertos rasgos genéticos que hoy ayudan a resistir mejor el envejecimiento y sus enfermedades asociadas.
Los autores del estudio proponen que “los variantes implicadas en este rasgo [la longevidad] podrían haber sido introducidas en el acervo genético italiano en un periodo muy antiguo”. En otras palabras, esa herencia genética, transmitida durante milenios, sigue manifestándose hoy.
Fuente: ChatGPTCómo afecta este ADN a nuestro cuerpo
El estudio va más allá del vínculo estadístico. Los investigadores plantean una hipótesis evolutiva para explicar por qué el ADN WHG podría beneficiar la longevidad. Sugieren que los genes de este linaje mejoran el metabolismo —permitiendo procesar los alimentos de forma más eficiente— y fortalecen el sistema inmunológico, ayudando a resistir el deterioro asociado a la edad.
Además, los análisis muestran que los centenarios italianos tienen más variantes favorables (SNPs) en regiones genéticas asociadas con la longevidad y vinculadas al ADN WHG, en comparación con los adultos más jóvenes. Estas diferencias no se observaron en los otros linajes ancestrales (Yamnaya, Anatolia, Irán) .
Este hallazgo se basa en una técnica conocida como ChromoPainter, que permite "pintar" los cromosomas de los individuos modernos para rastrear de qué grupo ancestral proviene cada tramo de su ADN.
Qué no significa este estudio
Aunque los resultados son sólidos, los propios autores advierten que no se trata de una fórmula mágica para la longevidad. Tener más ADN WHG no garantiza llegar a los 100, y tener menos tampoco lo impide. La genética es solo una pieza del rompecabezas.
Tampoco se identificaron variantes específicas responsables del efecto. Lo que se observa es una tendencia general: una mayor carga heredada de este linaje parece favorecer un perfil genético más resistente al envejecimiento.
Y aunque el estudio se centra en la población italiana, los investigadores subrayan que este enfoque puede aplicarse a otras regiones. Será necesario comprobar si este efecto se repite en otros países con alta longevidad.
Herencia antigua, salud moderna
Uno de los aportes más interesantes del estudio es el enfoque histórico. No analiza solo qué genes tienen las personas longevas, sino de dónde vienen esos genes y cómo pudieron favorecer la supervivencia en contextos muy distintos al actual.
Esta perspectiva evolutiva ayuda a comprender por qué ciertos genes, útiles hace milenios, siguen teniendo impacto en nuestra salud actual. También ofrece un nuevo marco para entender la longevidad no como un rasgo aislado, sino como una expresión moderna de una historia genética muy antigua.
Finalmente, los autores destacan que este enfoque puede servir para mejorar futuros estudios genéticos y estrategias de medicina personalizada. La longevidad, lejos de ser solo una cuestión de hábitos o suerte, podría tener raíces profundas en la historia de nuestra especie.
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Referencias
Stefania Sarno, Vincenzo Iannuzzi, Marco Sazzini, Chiara Pirazzini, Maria Giulia Bacalini, Davide Gentilini, Giuseppe Passarino, Daniela Mari, Daniela Monti, Benedetta Nacmias, Sandro Sorbi, Davide Pettener, Donata Luiselli, Claudio Franceschi, Paolo Garagnani, Cristina Giuliani. Western Hunter-Gatherer genetic ancestry contributes to human longevity in the Italian population. GeroScience (2025). DOI: 10.1007/s11357-025-02043-4.
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