...El insulto, la agresión, la amenaza, la calumnia y la mentira son crímenes no opiniones
Imagen E.O con IA Gemeni
EFRAIM MEDINA REYES
19 Noviembre, 2025
Si uno lee a Platón o los libros que se le atribuyen a Confucio, para citar a dos gigantes que han influido de forma definitiva en el pensamiento y las culturas oriental y occidental, es fácil deducir que para ellos igual que para la novedosa IA (el oráculo de moda) el ejercicio político debe tener como objetivo el bien común, la solución de conflictos, la incesante búsqueda de mejorar las condiciones de vida de todos los ciudadanos a través de programas que den igualdad de oportunidades incluyendo la oportunidad de convertirse en alternativas políticas y así mismo usar de forma transparente los recursos del Estado y garantizar los derechos y libertades fundamentales para que la convivencia social sea posible.
Por desgracia en la práctica la política, y no solo en nuestro país, se convirtió para la mayoría en una forma de adquirir poder con el único fin de enriquecerse y, como es apenas obvio, la única forma que tienen de enriquecerse quienes ocupan cargos de poder político es la corrupción y el crimen.
Dejemos por un momento de pensar en ideologías de uno u otro tipo, olvidemos por un momento quienes son de izquierda, derecha o centro y analicemos brevemente aspectos fundamentales de nuestra dura historia política y social. Pensemos en quienes han tenido el poder desde la creación misma de nuestro país y en el hecho que casi todos ellos pertenecían a una misma élite social y que el poder político de esa élite ha ido de la mano con su poder económico. ¿Qué país construyó esa gente? Si hablamos de la responsabilidad de un grupo político que lleva solo tres años gobernando qué responsabilidad le cabe a todos aquellos que gobernaron por siglos… Porque la violencia, el crimen, la corrupción y todos los males que durante generaciones y generaciones han empobrecido a la mayoría de colombianos condenándolos a la ignominia, la miseria, la indignidad y la desolación no iniciaron hace tres años, esos males nos han acompañado desde nuestro origen como nación. ¿Quiénes son entonces los responsables de esos males?
Si creemos en la democracia tenemos que aceptar que nuestra opinión es tan valida como la de cualquier otro, pero el insulto, la agresión, la amenaza, la calumnia y la mentira son crímenes no opiniones. No dudo que quienes creen que la política es un inagotable pozo de mierda ven toda esa violencia verbal como una táctica, la misma táctica que usaron Hitler y sus secuaces para legitimar el nazismo (al respecto les recomiendo leer los diarios de Victor Klemperer).
No conozco personalmente a Petro, voté por él y he valorado y creo en su proyecto político, su programa de gobierno y tantas cosas que considero positivas de su trabajo como Presidente. Sin embargo, no comparto ni me gusta su retórica, no justifico que caiga en el juego del odio y la bajeza humana que sus enemigos políticos, encabezados por Uribe, usan como táctica en su contra. Pienso que para cualquier persona ponerse al nivel de Uribe es una derrota y que muchas veces en estos tres años Petro se ha perdido en luchas innecesarias y gestos fuera de lugar. Personalmente siento que en ese gran compromiso que ha tenido con su pueblo y que nada podrá borrar debería concentrar su energía y no perder tiempo precioso respondiendo a cada ataque que recibe por injusto que sea (sin que esto signifique que no deba defenderse con los instrumentos previstos en nuestro marco legal). En ese sentido creo que Iván Cepeda encarna la opción justa para revitalizar y dar un salto de calidad al proceso de cambio partiendo de todo lo positivo que ha hecho este gobierno. El tono de Cepeda y su empeño por continuar la senda política honesta y digna emprendida por Petro me convencen. Cepeda, como es natural, tiene otra fibra y hemos visto que puede enfrentarse a sus adversarios sin exaltarse y manteniendo el rigor intelectual y la firmeza de espíritu que lo caracterizan.
Por supuesto, cada cual elegirá a quien considere más idóneo, mi pregunta es: ¿Se sentirían representados por alguna de las fichas de Uribe sabiendo que, igual que pasó con Duque, quien tendrá el poder será él? ¿Les parece que Abelardo de la Espriella que amenaza con destripar a quien se le oponga y no pierde ocasión para mostrarse en toda su soberana estupidez y vulgaridad, llena sus expectativas? Antes de decidirme por Cepeda valoré bien cada uno de los posibles candidatos y el panorama que tuve fue desolador. Todos esos políticos de la llamada oposición ya han detentado largamente el poder y demostrado hasta la saciedad no tener más interés que favorecerse impunemente a sí mismos y a quienes los financiaron. Todos ellos elevaron más y más los niveles de corrupción, violencia, crímenes y miseria de este país matando nuestros sueños y esperanzas y los sueños y esperanzas de nuestros hijos y, más abyecto aún, lo hicieron con nuestra indiferente complicidad al no votar o nuestra falta de conciencia y criterio al ejercer ese derecho (sin olvidar que vender tal derecho no solo es infame y criminal sino que equivale a vender el alma al diablo). En realidad es evidente que todos esos miembros de la política tradicional y sus lacayos carecen de cualquier tipo de ética o pudor y no tienen ni han tenido jamás ningún proyecto de justicia social. Son más una horda ávida y mezquina que defiende sus privilegios a cualquier precio y que hasta la llegada de Petro había eliminado a sangre y fuego cualquier alternativa política distinta a ellos. Lo sorprendente es que aún existan hombres como Cepeda dispuestos a retarlos arriesgando hasta su propia vida, dispuestos a afrontar la contienda electoral sin recurrir a la violencia verbal y dedicándose a hablar de justicia y transparencia. Lo que más aprecio de Cepeda es su voluntad de usar la política para su verdadera función que no es hablar de democracia sino hacerla posible y hacer posible que nuestros sueños y esperanzas vuelvan a crecer sobre la desazón como crece la hierba sobre las tumbas sin nombre.
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