DOSSIER:
1. Hiroshima a 80 años del ataque nuclear: paren bombardeos contra Palestina
▲ A punto de conmemorarse ocho décadas de que Estados Unidos arrojó la primera bomba atómica, en la ciudad de Hiroshima pobladores colocaron una manta en el Parque de la Paz, frente al único edificio que permaneció en pie luego del ataque a Japón el 6 de agosto de 1945, durante la Segunda Guerra Mundial. Foto Ap, lajornada.com
2. Los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki: ¿por qué no se puede olvidar esa tragedia?
Kseniia Filimonova
rt.- 4 ago 2025
Aunque se desconocen las cifras exactas, se estima que más de 170.000 personas murieron cuando las dos ciudades japonesas fueron alcanzadas por bombas atómicas estadounidenses y, mucho después de los acontecimientos, los supervivientes seguían padeciendo una mayor susceptibilidad a la leucemia, las cataratas y los tumores malignos, entre otras enfermedades.
Hace 80 años, en agosto de 1945, Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, marcando un punto de inflexión no solo en la Segunda Guerra Mundial, sino en la historia de la humanidad, ya que fue la primera y la única vez que se utilizaron armas nucleares en un conflicto bélico.
En el contexto actual de creciente tendencia a la militarización, incluida la nuclear, por parte de varios países occidentales, la experiencia histórica del uso de armas nucleares contra Japón para lograr la victoria a cualquier precio y sus consecuencias devastadoras adquieren especial relevancia.
Hacia el final de la guerra
En verano de 1945, la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin. Los militaristas japoneses continuaban librando hostilidades, basándose principalmente en el código samurái del 'bushido' más que en la realidad. Así, su Armada prácticamente había dejado de existir y la Fuerza Aérea estaba al borde del colapso. Todas las fuerzas terrestres estaban en China, Indonesia y el sudeste asiático, y no había fuerzas ni oportunidades para trasladarlas para proteger Japón.
Fiel a su palabra de aliado, el Ejército soviético llegó a la frontera con la región china de Manchuria, ocupada por Japón, y estaba listo para atacar a la principal fuerza japonesa, el Ejército de Kwantung. Con este equilibrio de poder, solo unos meses habrían separado a Tokio de la capitulación total. Sin embargo, esto no fue suficiente para Washington, que decidió acabar definitivamente con el país nipón.
Wikipedia / Public DomainPreparativos para bombardeos atómicos
Al convertirse en presidente de EE.UU. en abril de 1945, Harry Truman tuvo conocimiento del Proyecto Manhattan, un esfuerzo científico secreto para crear una bomba atómica. Tras una prueba exitosa del arma en julio, el mandatario exigió la rendición incondicional del Gobierno japonés advirtiendo sobre una "destrucción inmediata y total".
El 509.º Grupo de Operaciones estadounidense llegó a la isla de Tinián, en el océano Pacífico, entre mayo y junio, para realizar el operativo contra el país asiático. Inicialmente, EE.UU. tuvo la idea de lanzar nueve bombas atómicas sobre arrozales o en el mar para lograr un efecto psicológico que apoyara las operaciones de desembarco planeadas en el archipiélago japonés para finales de septiembre.
Sin embargo, finalmente, se tomó la decisión de utilizar la nueva arma contra ciudades densamente pobladas. Así, el 25 de julio de 1945, Truman aprobó la orden de bombardear uno de los siguientes objetivos: Hiroshima, Kioto, Kokura, Niigata o Nagasaki, en parte, como una "demostración de poder" ante la Unión Soviética, que había expandido su influencia en Europa del Este y Asia Oriental. Washington lo justificó argumentando que una invasión directa de Japón habría matado a muchas más personas: al menos 500.000 estadounidenses y el mismo número de militares japoneses.
Wikipedia / Public DomainHiroshima
No fue casualidad que Hiroshima fuera elegida como objetivo del primer ataque nuclear. La ciudad cumplía todos los criterios para lograr el máximo número de víctimas y destrucción: una ubicación llana rodeada de colinas, edificios bajos y construcciones de madera inflamables. Así, a las 08:15 de la mañana del 6 de agosto de 1945, la ciudad fue devastada por la bomba de uranio altamente enriquecido, apodada 'Little Boy' ('niño'), que fue lanzada desde el bombardero B-29 Enola Gay y explotó a unos 550 metros sobre la urbe.
"El hongo en sí era una vista espectacular: una masa burbujeante de humo gris púrpura. Se podía ver que tenía un núcleo rojo y todo ardía en su interior. A medida que nos alejábamos, podíamos ver la base del hongo y, debajo, lo que parecía una capa de escombros y humo de varios cientos de metros. [...] Vi incendios que surgían en diferentes lugares, como llamas que se elevaban sobre un lecho de brasas", recordaba Robert Caron, el artillero de cola que participó en el operativo.
Con una potencia equivalente a unos 12,5 kilotones de TNT, la bomba redujo a cenizas 8 kilómetros cuadrados del centro de la ciudad, que resultó aniquilada. Un pulso térmico de tres segundos de la explosión quemó la piel expuesta de personas a una distancia de hasta 3,5 kilómetros de la zona cero –el punto directamente debajo de la explosión– y provocó incendios en toda la urbe (70.000 de sus 76.000 edificios resultaron dañados o destruidos, y 48.000 de ellos, completamente arrasados).
Miles de personas que se encontraban cerca del epicentro de la explosión fueron vaporizados por la intensidad del calor. Miles de habitantes de Hiroshima sobrevivieron a la explosión inicial, pero resultaron gravemente heridos y fallecieron posteriormente a causa de las quemaduras y la radiación. Se estima que el 60 % de las muertes se debieron a quemaduras, el 30 % a la explosión y el 10 % a la radiación.
Wikipedia / Public DomainNagasaki
Aunque, según lo acordado con los Aliados, la Unión Soviética inició el 8 agosto una ofensiva en Manchuria, poco después de las 11:00 de la mañana del 9 de agosto, un artefacto de plutonio de 21 kilotones, apodado 'Fat Man' ('hombre gordo'), explotó sobre la ciudad de Nagasaki. Los estadounidenses alegaron, entre las razones de este segundo bombardeo atómico, que querían acelerar la entrada de la URSS en combate.
"De repente, la luz de mil soles iluminó la cabina. Incluso con mis gafas oscuras de soldador, hice una mueca y cerré los ojos un par de segundos. Calculé que estábamos a unos 11 kilómetros de la zona cero y nos alejábamos del objetivo, pero la luz me cegó por un instante. Nunca había experimentado una luz azulada tan intensa, quizá tres o cuatro veces más brillante que el sol que brillaba sobre nosotros", describía los efectos de la explosión el copiloto del bombardero, Fred J. Olivi.
Aunque la bomba era aún más potente que 'Little Boy', la destrucción causada fue menor que en Hiroshima debido a la naturaleza del terreno. El objetivo inicial había sido la ciudad de Kokura, pero el B-29 Bockscar que transportaba la bomba fue desviado a Nagasaki debido a la densa nubosidad. Con todo, más de 3 kilómetros cuadrados de la ciudad fueron pulverizados y más 70.000 personas fallecieron. Se estima que el 77 % de las muertes fueron por quemaduras, el 16 % por la explosión y el 7 % por radiación.
Debido a la potente explosión de ambas bombas, las siluetas de personas y objetos que se encontraban en la calle en aquel momento quedaron 'impresas' para siempre en el suelo de las ciudades.
Wikipedia / Public Domain"Como si la tierra misma emitiera fuego y humo"
"Todos tenían la piel ennegrecida por las quemaduras", así describió un testigo a los supervivientes de los ataques atómicos, conocidos en Japón como 'hibakusha' ('persona bombardeada'). "No tenían pelo, porque lo tenían quemado, y a simple vista no se podía saber si los mirabas de frente o de atrás. Muchos murieron en el camino —aún puedo imaginarlos— como fantasmas andantes. No parecían gente de este mundo", agregó.
Las memorias de los supervivientes también recrean una imagen de dos ciudades que quedaron totalmente destruidas en un abrir y cerrar de ojos. "A lo largo de hectáreas y hectáreas, la ciudad parecía un desierto, salvo por montones dispersos de ladrillos y tejas. Tuve que replantearme la palabra destrucción o elegir otra para describir lo que vi. Devastación quizá sea una palabra más adecuada, pero la verdad es que no conozco ninguna palabra para describir la vista", contó Michihiko Hachiya, un médico de Hiroshima.
La escritora Yoko Ota también vio cómo "el castillo de Hiroshima había sido completamente arrasado". "Mi corazón se estremeció como una gran ola. El dolor de pisar los cadáveres de la historia me oprimía el corazón", lamentó.
"Todos los edificios que veía estaban en llamas. Parecía como si la tierra misma emitiera fuego y humo, llamas que se retorcían y brotaban del subsuelo. El cielo estaba oscuro, el suelo era escarlata, y entre ellos flotaban nubes de humo amarillento. Tres colores —negro, amarillo y escarlata— se cernían amenazantes sobre la gente, que corría como hormigas buscando escapar. Parecía el fin del mundo", describió a Nagasaki Tatsuichiro Akizuki, que trabajaba en un hospital ubicado a solo 1,5 kilómetros del epicentro de la explosión y, posteriormente, se convirtió en presidente de la Fundación Nagasaki para la Promoción de la Paz.
Wikipedia / Public DomainRendición de Japón a gran precio
Las dos bombas atómicas surtieron los efectos deseados por EE.UU. El 10 de agosto, el Gobierno japonés manifestó su disposición a aceptar la derrota, sujeta a ciertas condiciones. El 14 de agosto, finalmente aceptó la exigencia de rendición incondicional y, al día siguiente, se declaró la victoria sobre Japón, aunque no fue hasta el 2 de septiembre que se firmó la rendición definitiva del país asiático, poniendo así fin formalmente a la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, esa victoria fue acelerada a costa de la vida de miles de habitantes de Hiroshima y Nagasaki. Aunque se desconocen las cifras exactas, se estima que más de 170.000 personas murieron en las dos ciudades. En Hiroshima –que tenía una población de 343.000 habitantes– unas 70.000 personas murieron en el momento del ataque, mientras para fines de 1945, el número de fallecidos había superado los 100.000. Además, unas 40.000 personas murieron al instante en Nagasaki, y al menos 30.000 más sucumbieron a sus heridas y al envenenamiento por radiación para fines de aquel año.
Wikipedia / Public DomainConsecuencias a largo plazo
Además del elevado número de víctimas, quienes sobrevivieron a la explosión inicial y a las tormentas de fuego sufrieron rápidamente intoxicación por radiación, con síntomas que abarcaban desde quemaduras graves hasta pérdida de cabello, náuseas y hemorragias. Esto se agravó por el hecho de que el 90 % del personal sanitario de ambas ciudades falleció o quedó incapacitado, y los suministros médicos disponibles se agotaron rápidamente. Mucho después de los bombardeos, los supervivientes seguían padeciendo una mayor susceptibilidad a la leucemia, las cataratas y los tumores malignos, y a muchos también se les diagnosticó trastorno de estrés postraumático en etapas posteriores de su vida.
Hiroshima y Nagasaki se reconstruyeron con relativa rapidez. Ya que las explosiones atómicas se produjeron en el aire, esto hizo a que no se produjera una contaminación crítica, incluida una contaminación profunda del suelo, como ocurrió en el caso de Chernóbyl. Las partículas radiactivas que quedaron en el aire se dispersaron con relativa rapidez. Sin embargo, los bombardeos tuvieron un impacto ecológico significativo, afectando la biodiversidad y potencialmente causando mutaciones genéticas tanto en plantas como en animales. La energía de la explosión quemó seres vivos y la naturaleza en un área de aproximadamente 2 kilómetros cuadrados, mientras el efecto de las partículas nucleares emitidas a la atmósfera se puede ver aún hoy en las aguas de la región.
Al mismo tiempo, los ataques marcaron el comienzo de la era nuclear, provocando una carrera armamentística entre EE.UU. y la URSS y suscitando inquietudes sobre el uso de las armas atómicas y la posibilidad de una aniquilación global. Por su parte, los 'hibakusha' han luchado durante décadas para que se reconozca el impacto de las armas nucleares.
La experiencia histórica del uso de bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki ha demostrado sus devastadores efectos inmediatos y a largo plazo y, hasta ahora, el mundo sigue debatiendo ese acontecimiento: ¿había otra manera de terminar la Segunda Guerra Mundial? ¿Y сómo prevenir el uso de armas atómicas en el futuro?
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Fuente:
3. 'Horror indescriptible': los ataques a Hiroshima y Nagasaki
Tokio (AFP) – Japón conmemora esta semana 80 años desde que Estados Unidos lanzó bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki en la Segunda Guerra Mundial.
Emitido el:08/04/2025

La primera bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad occidental de Hiroshima por el bombardero estadounidense Enola Gay, apodado "Little Boy" © - / AFP/Archivo
El primero, el 6 de agosto de 1945, mató a unas 140.000 personas en Hiroshima y tres días después otras 74.000 perecieron en Nagasaki.
A continuación se presentan algunos datos sobre los devastadores ataques:
Las bombas
La primera bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad occidental de Hiroshima por el bombardero estadounidense Enola Gay, apodado "Little Boy".
Bombardeo atómico de Hiroshima en 1945 © PERSONAL / AFPDetonó a unos 600 metros del suelo, con una fuerza equivalente a 15.000 toneladas de TNT.
Decenas de miles murieron instantáneamente, mientras que otros sucumbieron a heridas o enfermedades en las semanas, meses y años siguientes.
Tres días después, Estados Unidos lanzó una segunda bomba, bautizada como "Fat Man", sobre la ciudad sureña de Nagasaki.
Estos ataques siguen siendo la única ocasión en que se han utilizado bombas atómicas en tiempos de guerra.
Los ataques
En Hiroshima, lo primero que notó la gente fue una "intensa bola de fuego", según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
Las temperaturas cerca de la explosión alcanzaron unos 7.000 grados Celsius (12.632 grados Fahrenheit), que incineró todo en un radio de unos tres kilómetros (cinco millas).
Bombardeo atómico de Nagasaki en 1945 © PERSONAL / AFP"Recuerdo los cuerpos carbonizados de niños pequeños que yacían en el hipocentro como si fueran rocas negras", dijo Koichi Wada, un testigo que tenía 18 años en el momento del ataque de Nagasaki, sobre el bombardeo.
Los expertos del CICR afirman que hubo casos de ceguera temporal o permanente debido al intenso destello de luz, y daños posteriores relacionados, como cataratas.
Un torbellino de calor generado también provocó miles de incendios que devastaron gran parte de la ciudad, mayoritariamente de madera. Una tormenta de fuego que consumió todo el oxígeno disponible causó más muertes por asfixia.
Se ha estimado que las víctimas relacionadas con quemaduras e incendios representaron más de la mitad de las muertes inmediatas en Hiroshima.
La explosión generó una enorme onda expansiva que lanzó a varias personas por los aires. Otras murieron aplastadas dentro de los edificios derrumbados o resultaron heridas o fallecidas por los escombros que salieron despedidos.
- Efectos de la radiación -
Muchos de los que sobrevivieron a las explosiones y tormentas de fuego iniciales informaron sobre enfermedades por radiación.
Los síntomas agudos incluían vómitos, dolores de cabeza, náuseas, diarrea, hemorragias y pérdida de cabello; la enfermedad por radiación era mortal para muchas personas en cuestión de semanas o meses.
Los sobrevivientes, conocidos como "hibakusha", también experimentaron efectos a largo plazo, incluidos mayores riesgos de cáncer de tiroides y leucemia, y tanto Hiroshima como Nagasaki han registrado tasas elevadas de cáncer.
De las 50.000 víctimas de la radiación de ambas ciudades estudiadas por la Fundación Japonés-Estadounidense para la Investigación de los Efectos de la Radiación, unas 100 murieron de leucemia y 850 sufrieron cánceres inducidos por la radiación.
Sin embargo, el grupo no encontró evidencia de un "aumento significativo" de defectos congénitos graves entre los hijos de los sobrevivientes.
Las secuelas
Los dos bombardeos asestaron el golpe definitivo al Japón imperial, que se rindió el 15 de agosto de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.
Los historiadores han debatido si los bombardeos en última instancia salvaron vidas al poner fin al conflicto y evitar una invasión terrestre.
Pero esos cálculos significaron poco para los sobrevivientes, muchos de los cuales lucharon durante décadas contra traumas físicos y psicológicos, así como contra el estigma que a veces conlleva ser un hibakusha.
A pesar de su sufrimiento, muchos sobrevivientes fueron rechazados, en particular para casarse, debido al prejuicio sobre la exposición a la radiación.
Los sobrevivientes y sus partidarios se han convertido en algunas de las voces más fuertes y poderosas que se oponen a las armas nucleares, e incluso se han reunido con líderes mundiales para defender su postura.
El año pasado, el grupo antinuclear japonés Nihon Hidankyo, un movimiento de base de hibakusha, ganó el Premio Nobel de la Paz.
En 2019, el Papa Francisco se reunió con varios hibakusha en Hiroshima y Nagasaki, denunciando el "horror indescriptible" y pidiendo la abolición de las armas nucleares.
En 2016, Barack Obama se convirtió en el primer presidente estadounidense en funciones en visitar Hiroshima. No ofreció disculpas por el ataque, pero abrazó a los supervivientes y pidió un mundo libre de armas nucleares.
Rusia es uno de los cerca de 100 países que se espera que asistan a la conmemoración de este año en Nagasaki, la primera vez que Moscú ha sido invitada a las conmemoraciones en la ciudad desde el comienzo de la guerra con Ucrania.
© 2025 AFP
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Fuente:
4. Hiroshima y Nagasaki: cómo fue el "infierno" en el que murieron decenas de millas por las bombas atómicas

Carlos Serrano, BBC News Mundo
6 de agosto de 2025
Aviso: esta historia contiene imágenes y descripciones detalladas sobre los efectos de las bombas atómicas.
"Han pasado 80 años, pero nada ha cambiado".
Así es como Masako Wada, sobreviviente de la bomba de Nagasaki, se refiere a los ataques nucleares que Estados Unidos lanzó sobre Japón el 6 y 9 de agosto de 1945.
"No se ha aprendido nada de nuestra experiencia y hoy tenemos un riesgo mayor que en el pasado", le dice a BBC Mundo Wada, secretaria general adjunta de Nihon Hidankyo, la organización de sobrevivientes de las bombas atómicas que ganó el Premio Nobel de Paz en 2024.
Toshio Tanaka tenía 6 años cuando cayó la bomba de Hiroshima y comparte ese temor.
Dados que conflictos como el de Rusia y Ucrania o en Medio Oriente, que mantienen latente la amenaza nuclear, la hacen sentir "profundamente preocupada".
"Este camino nos puede llevar a una tercera guerra mundial y provocar el fin de la Tierra", dice Tanaka en entrevista con BBC Mundo, días antes del 80 aniversario de los ataques.
Las razones que llevaron a EE.UU. a lanzar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki aún generan controversia.

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Algunos analistas consideran que fue una manera de poner un fin definitivo a la guerra y salvar vidas.
Otros, en cambio, sostienen que fue una decisión inmoral e innecesaria que mató a millas de inocentes.
Las consecuencias de las bombas, en todo caso, aún resuenan hoy, cuando en el mundo hay cerca de 12.300 ojivas nucleares, según La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés).
Este es el recuento de los únicos ataques con bombas nucleares de la historia y las secuelas que perduran hasta hoy.
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HIROSHIMA
6 de agosto de 1945 | 8:15 am

En 1945 EE.UU. Llevaba cuatro años en guerra con Japón, tras los ataques a la base de Pearl Harbor, el 7 de diciembre de 1941.
Ese día, las fuerzas japonesas atacaron por sorpresa la base naval estadounidense en el archipiélago de Hawái, lo que provocó que EE.UU. le declarará la guerra a Japón y se involucrará en la Segunda Guerra Mundial.
Con la escalada del conflicto, EE.UU. decidió usar las bombas atómicas contra Japón.
El 26 de julio de 1945 el presidente de EE.UU., Harry Truman, lanzó un ultimátum contra los japoneses.
Les exigía una "rendición incondicional". De lo contrario, se esperaba "una destrucción rápida y absoluta".
El mensaje de Truman no mencionaba el uso de bombas nucleares.
Sin embargo, estos artefactos eran parte del arsenal que EE.UU. Tenía listo como parte de su estrategia para zanjar el conflicto.

El primer blanco elegido fue Hiroshima. La ciudad no había sido bombardeada antes, y varios expertos apuntan que probablemente la ciudad era un buen lugar para notar los efectos de la bomba. Además, era la sede de una base militar.
El Enola Gay, un bombardero B-29 pilotado por el coronel Paul Tibbets, sobrevolaba Hiroshima a unos 9,5 km de altura cuando liberó la bomba Little Boy, que explotó en el aire, a unos 600 metros del suelo.
"A las 8:14 era un día soleado, a las 8:15 era un infierno", describió en un documental del canal Discovery Kathleen Sullivan, directora de Hibakusha Stories, una organización que recopila testimonios de sobrevivientes de las bombas.
"Iba camino a la escuela y alguien gritó "¡un bombardero enemigo!", recuerda Toshio Tanaka en entrevista con la BBC. “Miré al cielo y vi un resplandor tremendo, era como un millón de luces, todo se puso blanco”.
El mecanismo interno de Little Boy funcionaba como una pistola: disparaba una pieza de uranio 235 contra otra del mismo material.
Al chocar, los núcleos de los átomos que las componían se fraccionaron en un proceso llamado fisión.
Esa fisión de los núcleos genera una reacción en cadena en la que se libera energía y desata la explosión.
Little Boy llevaba una carga de 64 kilos de uranio 235, de los que se calcula que solo se fisionó cerca del 1,4%.
Aún así, la explosión tuvo la fuerza equivalente a 15.000 toneladas de TNT.
Como referencia, tan solo un kilo de TNT puede ser suficiente para destruir un automóvil.

La explosión generó una ola de calor de más de 4.000 °C en un radio de aproximadamente 4,5 km.
"Vi una gran multitud de gente agonizando. Hombres, mujeres y niños estaban casi desnudos con la ropa quemada. Caminaban en silencio, con los brazos extendidos, la piel quemada les colgaba de las puntas de los dedos", recuerda Tanaka.
"Parecían fantasmas o zombies."
Se cree que entre 50.000 y 100.000 personas murieron el día de la explosión.

Dos tercios de los edificios de la ciudad, unos 60.000, quedaron reducidos a escombros.



Japón no se rindió.
Tres días después, EE.UU. lanzó una segunda bomba nuclear.

NAGASAKI
9 de agosto de 1945 | 11:02 am

Nagasaki no estaba en la lista de objetivos prioritarios.
Su topografía accidentada y la cercanía de un campo de prisioneros de guerras aliados, la convertían en un blanco secundario.
Entre los objetivos principales estaba Kokura, una ciudad con zonas industriales y urbanas en terrenos relativamente planos.
El día del ataque, sin embargo, Kokura estaba cubierta de bruma, según el reporte de los pilotos.
La tripulación tenía órdenes de elegir visualmente el objetivo que maximizara el alcance explosivo de la bomba.
Fue así que se desviaron a Nagasaki.
El bombardero Bockscar, un B-29 pilotado por el alcalde Charles Sweeney, dejó caer la bomba Fat Man, que explotó a 500 metros sobre el suelo.

La bomba Fat Man estaba hecha de plutonio 239.
Era un material más fácil de conseguir y más eficiente, pero requeriría un mecanismo más complejo para utilizarlo.
El plutonio 239 no era puro. Esto podría causar una reacción en cadena prematura, con lo cual se perdería gran parte del potencial de la bomba.
Se utilizó un mecanismo de implosión, para activar la bomba antes de que ocurriera esa fisión espontánea.
Fat Man tenía una carga de 6 kilos de plutonio, pero se calcula que solo logró fisionarse 1 kilo.
Fue suficiente para liberar una energía equivalente a 21.000 toneladas de TNT.

"El lugar se convirtió en un mar de fuego. Era el infierno. Cuerpos quemados, voces pidiendo ayuda desde edificios derrumbados, personas a quienes se les caían las entrañas…", recordaba en 2020 Sumiteru Taniguchi, sobreviviente de Nagasaki, en un evento conmemorativo durante el 70 aniversario del ataque.
La explosión fue más fuerte que la de Hiroshima, pero el terreno montañoso de Nagasaki, ubicado entre dos valles, limitó el área de destrucción.

En Nagasaki la bomba destruyó un área de 7,7 km2 . Cerca del 40% de la ciudad quedó en ruinas.
"Había cientos de personas sufriendo en agonía, sin poder recibir ninguna atención médica", recordaba Terumi Tanaka, sobreviviente de Nagasaki y codirectora de Nihon Hidankyo, durante la ceremonia del Nobel en 2024.
"Tengo la firme convicción de que, incluso en la guerra, no debía permitirse que se produjeran semejantes asesinatos y mutilaciones".



No existen cifras definitivas de cuántas personas murieron a causa de los bombardeos, ya sea por la explosión inmediata o en los meses siguientes debido a las heridas y los efectos de la radiación.
Los cálculos más conservadores estiman que para diciembre de 1945 unas 110.000 personas habían muerto en ambas ciudades.
Otros estudios afirman que la cifra total de víctimas, a finales de ese año, pudo ser más de 210.000.

TOKIO
2 de septiembre de 1945
Tras las bombas de Hiroshima y Nagasaki, Japón presentó su rendición.
"Hemos decidido allanar el camino para una gran paz para todas las generaciones venideras, soportando lo insoportable y sufriendo lo insufrible", dijo el emperador japonés Hirohito, dirigiéndose a sus ciudadanos.
La rendición oficial se firmó el 2 de septiembre, a bordo del USS Missouri en la Bahía de Tokio.
Se podía fin así a la Segunda Guerra Mundial.
La brutalidad de la bomba
En una fracción de segundo tras la explosión de una bomba atómica, se liberan rayos gamma, neutrones y rayos X que salen disparados a una distancia de 3 km.
En la bomba de Hiroshima, por ejemplo, resultaron letales para el 92% de las personas que estaban en una radio de 600 metros del punto cero.
Los sobrevivientes de las explosiones, conocidos como hibakusha, sufrieron las devastadoras consecuencias del intenso calor y de la radiación.
De manera inmediata, sufrieron quemaduras que les arrancaron la piel.

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La exposición al material radiactivo les provocó náuseas, vómitos, sangrado y la caída del pelo.
Con el tiempo, algunas personas desarrollaron cataratas y tumores malignos.
En los 5 años posteriores a los ataques, entre los habitantes de Hiroshima y Nagasaki aumentaron distribuidamente los casos de leucemia.

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Diez años después de los bombardeos, muchos sobrevivientes desarrollaron cáncer de tiroides, de seno y de pulmón a una tasa superior a la normal.
Además, la salud mental de los hibakusha también se vio afectada por haber presenciado un acto tan atroz, haber perdido a seres queridos y por el miedo a desarrollar enfermedades por causa de la radiación.

Muchos sufrieron discriminación por su aspecto físico y por la creencia de que acarreaban enfermedades.
Otros vivieron con un sentimiento de culpa por no haber salvado a otros.
La vida después de la bomba

"Traté unos 6.000 pacientes, quizás 10.000. Después de eso no quise continuar mi carrera como médico. Todas las personas que vi murieron, una tras otra. No hubo nadie a quien pudiera salvar".
Shuntaro Hida, Hiroshima

"Creo que la mayoría de sobrevivientes aún sufrimos física y mentalmente".
Yasuaki Yamashita, Nagasaki

"Dos personas muy heridas se me acercaron y solo decían 'agua, agua'. Yo les di de beber y luego murieron frente a mí. Comencé a culparme porque sentía que los había matado. Me sentí así durante más de 10 años".
Keiko Ogura, Hiroshima

"Solo fui capaz de hablar de esta horrible experiencia cuando cumplí 70 años. Antes estaba traumatizada, pensaba que no me entenderían".
Toshio Tanaka, Hiroshima
Hoy Hiroshima y Nagasaki son importantes ciudades industriales y comerciales.
Ambas tienen plazas y museos donde se rinde homenaje a las víctimas.
Algunos hibakusha se convirtieron en activistas en contra de la proliferación de armas nucleares y comparten sus historias como una manera de recordar los horrores de la guerra.
Su principal mensaje es la "abolición inmediata de las armas nucleares", como dijo Terumi Tanaka en su discurso del Nobel.
"Como armas extremadamente inhumanas que causan muertes masivas, no deben coexistir con la humanidad".
Además, los hibakusha tienen una posición clara en contra de la teoría de la disuasión nuclear.
Según la disuasión nuclear, la producción de armas nucleares se justifica como una manera de prevenir que un enemigo se atreva a realizar un ataque, por la magnitud de la represalia y devastación que desataría.
Masako Wada se opone firmemente a este argumento.
"Nunca aceptaré la idea de usar armas nucleares para controlar y hacerle daño a la gente", dice.
"Eso solo significa que Hiroshima y Nagasaki podrían repetirse".
Según Wada, hoy sobreviven menos de 100.000 hibakusha, que rondan los 90 años.
"Cada año mueren unos 10.000 de ellos", dice. "Así que en 10 años no quedará ninguno".
"Mi temor es que antes de que eso ocurra, tengamos nuevos hibakusha".
Este reportaje se publicó originalmente el 6 de agosto de 2020 y ha sido actualizado con nuevas entrevistas a propósito del 80 aniversario de los bombardeos.
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Créditos
Reportaje: Carlos Serrano
Edición: Carol Olona, Tamara Gil, Princess Irede Abumere, Mark Shea
Diseño y gráficos: Cecilia Tombesi, Caroline Souza
Programación: Catriona Morrison, Becky Rush y Marta Martí Marqués
Colaboración editorial: Camilla Costa
Con la colaboración de Adam Allen y Sally Morales
Proyecto liderado por Carol Olona
Fuentes:
BBC News, Atomic Heritage Foundation, Atomic Archive, International Campaign to Abolish Nuclear Weapons (ICAN), Nuke Mapa, Getty Images. Alex Wellerstein, especialista del Instituto Tecnológico Stevens; Luli van der Does, profesora del Centro para la Paz de la Universidad de Hiroshima; Hibiki Yamaguchi, investigador del Centro para la abolición de armas nucleares de la Universidad de Nagasaki; Yuka Kamite, profesora de la Escuela de ciencias sociales de la Universidad de Hiroshima; Michael Gordin, profesor de historia de la ciencia moderna en la Universidad de Princeton.
5. Rusia: "EE.UU. bombardeó Hiroshima para justificar las enormes inversiones en su programa nuclear"
RT.- 6 ago 2025
"Ni el presidente Harry Truman ni sus sucesores se disculparon alguna vez por el sufrimiento causado a los habitantes de Hiroshima y Nagasaki y a sus descendientes", señaló la Cancillería rusa.
Hiroshima tras el bombardeo estadounidenseSputnik
El bombardeo de Hiroshima del 6 de agosto de 1945 fue una cruel demostración de fuerza estadounidense y un intento de justificar las enormes inversiones financieras en el programa nuclear, declaró este miércoles el Ministerio de Exteriores de Rusia.
Desde la Cancillería señalaron que, a pesar de que menos del 2 % del uranio entró en reacción de fisión en la bomba, incluso eso fue suficiente para destruir la ciudad por completo.
"Ni el presidente Harry Truman ni sus sucesores se disculparon alguna vez por el sufrimiento causado a los habitantes de Hiroshima y Nagasaki y a sus descendientes. Sin embargo, las autoridades japonesas prefieren ocultar el origen estadounidense de esta tragedia", señala el comunicado del ministerio.
Se indica que los historiadores occidentales siguen "intentando justificar este acto bárbaro alegando la necesidad de forzar la rendición de Japón". No obstante, la Cancillería rusa precisó que, para entonces, las fuerzas armadas del país asiático ya estaban al borde del agotamiento, y el factor decisivo en la derrota final de Japón fue la entrada en la guerra de la Unión Soviética el 8 de agosto de 1945.
Los bombardeos estadounidenses de Hiroshima y Nagasaki están entre los más sangrientos de la historia de la guerra moderna. El número de víctimas gira en torno a un mínimo de 110.000 muertos y un máximo de 210.000. La primera estimación fue realizada por el Ejército de EE.UU. en la década de 1940, mientras la segunda ha sido expresada por científicos contrarios a las armas nucleares.
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Fuente:

