El proceso de extracción y refinado de litio es altamente contaminante y requiere de una enorme cantidad de agua
Todo el mundo busca el "oro blanco", cuyo uso crece un 25% cada año. El Triángulo de Litio en Sudamérica, situado en el límite de Argentina, Bolivia y Chile, se está convirtiendo en estratégico para la carrera energética.
Gianluca Schinaia
13 de enero de 2025
Fotografía: Carla Gottgens; Bloomberg
En los círculos empresariales y financieros se habla desde hace tiempo de una nueva carrera por el litio, el metal sólido más ligero de la Tierra. Este rey de los metales alcalinos, apodado "oro blanco", es probablemente el material más codiciado del mundo actual, como ocurría con el oro amarillo en la época de los conquistadores en América.
El hambre de litio, que surge en las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile, podría impulsar la transición energética en los sectores más diversos de 2025: del automóvil al ciclismo, de la aviación a la energía nuclear; por no hablar de sus usos relacionados con salud, ya que este metal también es un elemento importante de los antidepresivos. También está contenido en los objetos que usamos cotidianamente, como esmaltes, vidrio, pantallas de computadora, smartphones, y sobre todo, en vehículos eléctricos (VE).
WIRED entrevistó a Michael Schmidt, funcionario de DERA, la agencia alemana de recursos minerales del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales, sobre el creciente interés en el litio: "Hay varias razones, la transición energética requerirá baterías eléctricas y sistemas de almacenamiento. La adopción de vehículos eléctricos crecerá porque muchos gobiernos han instaurado cuotas específicas. Por ejemplo, la UE prohibió la producción de nuevos autos térmicos a partir de 2035". Schmidt explica que, debido a las propiedades químicas de las baterías de iones, el metal no puede sustituirse fácilmente sin sacrificar la densidad energética. "Por tanto, la evolución de los factores químicos y normativos dictará la demanda futura de litio".
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Concentrado y en crecimiento
En 2021, la extracción mundial de litio superó las 100,000 toneladas, un récord histórico y cuatro veces superior al extraído en 2010. El 74% se designó a baterías eléctricas; en 2010 era solo el 23%, la automoción superó a la electrónica como uso primario. Y fue precisamente este sector, junto con la política energética, el que incrementó los precios un 550% en un par de meses, entre 2021 y 2022. Sin embargo, en 2023, se registró un exceso de oferta.
Debido a este exceso de oferta, el mercado ha sufrido de serias alteraciones, todo parece indicar a que las existencias van al alza. Actualmente hay 40 empresas en producción mundial, las cinco mayores son: Albemarle de EE UU, SQM en Chile, Pilbara Minerals en Australia, MinRes de Australia y Tianqi Lithium, con sede en China. "Estas cinco empresas tienen actualmente una cuota de mercado mundial de alrededor del 60%", calcula Michael Schmidt, funcionario de DERA.
Australia es el mayor productor de concentrados de litio, mientras que Chile es el mayor productor de carbonato de litio, y China es el mayor productor de hidróxido de litio. Esto se debe a las diferentes vías de procesamiento de las concentraciones de agua y sal, y las rocas duras de hidróxido. "Con diferencia, China es el tercer mayor productos de litio, con una cuota de mercado actual entorno al 15%", continúa el funcionario. El país asiático ha creado acuerdos comerciales con Bolivia y varios Estados africanos para convertirse en un gigante mundial en la obtención y transformación del metal.
Representación gráfica de la producción mundial. Con una escala que comienza en 2020, y proyecta el escenario para 2030. DERA
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¿Qué es el "Triángulo del Litio"?
La mitad de los recursos mundiales de litio están situados en una zona geográfica denominada "Triángulo de Litio", ubicado en la meseta andina que se extiende entre los límites de Argentina, Bolivia y Chile. Gracias a acuerdos diplomáticos y a enormes inversiones económicas estimadas en 16,000 millones de dólares solo entre 2018 y 2022, China controla indirectamente cerca de la mitad de los recursos mundiales de litio. EE UU, el gran competidor mundial en producción, consigue satisfacer el 90% de su demanda gracias a las reservas de Chile y Argentina, pero está claro que su rival asiático controla el mercado mundial.
En el Triángulo de Litio, sobre todo en Bolivia y Argentina, las gigantes chinas están adquiriendo empresas mineras locales y cartografiando el territorio en una búsqueda constante de nuevos yacimientos. También están construyendo infraestructuras necesarias para extraer y refinar el metal; un juego decisivo, porque controlar la zona de producción de la triada de litio equivale a una posición estratégica similar a la de los países de Oriente Medio en la producción de petróleo. Tanto es así que el constante conflicto entre China y EEUU por acaparar estos recursos podría empujar a Argentina, Bolivia, México y Chile a crear un cártel del litio similar al que hizo la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con el crudo. Y no es para menos, el mercado está creciendo: la producción de carbonato de litio aumenta al doble año tras año y se calcula que la demanda aumentará un 25% anualmente.
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La insostenibilidad del litio
La otra cara de la moneda es que el proceso de extracción y refinado de litio es altamente contaminante y requiere de una enorme cantidad de agua. Se necesitan 1.8 millones de litros de agua por tonelada para practicar extracciones en los grandes salares de América Latina y Australia. Y el desequilibrio hídrico está provocando un aumento de la sequía y la desertización, contaminando los acuíferos. Además, esta industria produce emisiones de CO2 que oscilan entre 5 y 15 toneladas por cada tonelada de litio extraída. Según Schmidt, las baterías de iones de litio representarán más del 95% del uso y la demanda en 2030. Cabe resaltar que una batería de VE puede contener unos 8 kilos de litio, además de otros metales y minerales. Por eso ha estallado una guerra comercial entre la UE y China, por los precios de los vehículos eléctricos procedentes de Oriente. Una cuestión importante para Europa es la recuperación del litio de las baterías gastadas, así como la eficiencia de los motores. La UE ha publicado un reglamento que fija objetivos de recuperación del litio de las baterías usadas de hasta el 50% para finales de 2027 y de hasta el 80% para finales de 2031.
Aumentando el tamaño de las baterías se puede reducir considerablemente la huella de materiales, para ello es necesario instalar infraestructura de carga. Igualmente, los usuarios deben cambiar su mentalidad en temas como el uso del transporte público, los viajes compartidos para reducir la cantidad de vehículos en las calles y, por tanto, la huella de materia prima. Como afirma Schmidt: "Cuanto más tiempo se utiliza un producto, más sostenible es".
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Artículo originalmente publicado en WIRED Italia. Adaptado por Alondra Flores.
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