La consciencia, cuando se libera de las barreras de las creencias, puede abrirnos un mundo de posibilidades infinitas
Rebeca Montoya
¿Alguna vez has tenido una sensación tan clara sobre algo que te hace dudar si es real? ¿Te has sentido loco por percibir cosas que no parecen tener una explicación lógica? Muchas veces, nuestra mente cognitiva nos lleva a cuestionar lo que sentimos o sabemos intuitivamente, especialmente cuando no tenemos herramientas que nos ayuden a ser conscientes.
No significa que estés equivocado o que algo ande mal contigo. Por el contrario, es posible que estés accediendo a niveles más profundos de consciencia, pero debido a las creencias limitantes y a la forma en que fuimos educados terminamos desconfiando de nuestras propias percepciones.
En este artículo exploraremos cómo nuestra consciencia, cuando se libera de las barreras de las creencias, puede abrirnos a un mundo de posibilidades infinitas. También te compartiré herramientas prácticas que te ayudarán a distinguir entre lo que es tuyo y lo que no para que puedas abrazar tu percepción con claridad y confianza.
La mente cognitiva: el juicio como inhibidor de nuestras percepciones
La mente cognitiva actúa como un filtro que intenta analizar y categorizar todo lo que percibimos. Desde pequeños, aprendemos a confiar más en nuestra capacidad de razonamiento que en nuestra intuición. Esto no es algo malo en sí mismo; la mente cognitiva es una herramienta poderosa para tomar decisiones y resolver problemas. Sin embargo, cuando se vuelve la única guía de nuestras experiencias, puede limitar la capacidad de percibir el mundo de manera más expansiva.
Piensa en las veces que has tenido una corazonada sobre algo, pero la descartaste porque «no tenía sentido». O en los momentos en los que sentiste una energía diferente en una situación o lugar, pero tu mente te dijo que no era lógico. El conflicto entre lo que percibes y lo que tu mente intenta racionalizar puede generar dudas profundas sobre tu consciencia.
La raíz de este conflicto está en las creencias aprendidas a lo largo de nuestra vida. Las creencias son como códigos preestablecidos que usamos para interpretar la realidad, pero también son rígidas y limitantes. Nos dicen qué es posible y qué no, y cualquier percepción que salga de esos márgenes es automáticamente descartada o etiquetada como errónea por nuestra mente.
Sin embargo, la consciencia opera de manera diferente. No sigue un patrón fijo ni tiene puntos de referencia. Es fluida, siempre en movimiento, y nos permite estar abiertos a nuevas posibilidades. La mente cognitiva, al estar anclada en lo conocido, a menudo intenta invalidar estas percepciones porque no encajan en su estructura lógica.
Entonces, ¿cómo podemos empezar a cambiar esta dinámica? La clave está en desarrollar herramientas que nos permitan equilibrar nuestra mente cognitiva con nuestra percepción. No se trata de eliminar la lógica, sino de integrarla con la conciencia para que trabajen juntas en lugar de estar en conflicto.
Recupera la confianza en lo que percibes
Cuando algo que percibes se siente demasiado intenso o incluso te lleva a cuestionar tu cordura, recuerda que no estás loco ni equivocado. Lo que sucede es que tu percepción se está haciendo más profunda, y va más allá de la lógica y de las creencias que has acumulado.
La clave es darse cuenta de que tu mente cognitiva no es la única guía. Cuando comienzas a confiar en tu consciencia y a desarrollar herramientas que te permitan discernir entre lo que es tuyo y lo que no, las dudas disminuyen y se abre un espacio de más ligereza.
Así que, la próxima vez que una percepción te sorprenda o te haga dudar, pregúntate: ¿Es esto mío? ¿Es congruente con lo que soy? Al hacerlo, no solo honras tu capacidad de percibir, sino que también das un paso hacia la integración de una consciencia más expansiva y libre de limitaciones.
20/01/2025
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