Las inundaciones en zonas áridas y desérticas de Medio Oriente y África del Norte se están volviendo cada vez más peligrosas
El estudio resalta la mayor vulnerabilidad de las cuencas costeras en áreas áridas, debido al incremento de los extremos hidroclimáticos. / Crédito: Sam Goodgame en Unsplash.
Pablo Javier Piacente
11 SEPT 2024
La mayor amenaza de los desiertos no es la sequía, sino las inundaciones a gran escala, según concluye un nuevo estudio. Los científicos revelaron que las áreas áridas enfrentan una alarmante vulnerabilidad debido a la creciente frecuencia de eventos climáticos extremos, relacionados con el cambio climático. Esto se debe a que las áreas desérticas cercanas a las costas no están habituadas a grandes lluvias ni poseen la infraestructura necesaria para soportar eventos tan intensos.
Una investigación internacional liderada por especialistas de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, sugiere que aunque la sequía se ha considerado durante mucho tiempo la principal preocupación ambiental en los desiertos, la creciente frecuencia e intensidad de los eventos de lluvias extremas están demostrando ser igualmente destructivos o, incluso, aún más perjudiciales. Los resultados del nuevo estudio se han publicado en la revista Nature Communications.
De acuerdo a los investigadores, el cóctel explosivo se sustenta en el aumento de la desertificación, que ha provocado sequías intensificadas, combinado con el incremento en cantidad y fuerza de las tormentas de lluvia en estas regiones, debido a una mayor temperatura en el agua del mar por el calentamiento global antropogénico. Por si esto fuera poco, se trata de regiones no habituadas a grandes inundaciones, que no disponen de la infraestructura necesaria para mitigarlas.
Eventos extremos en África
Además, los científicos han concluido que el aumento de la erosión del suelo en las zonas costeras debido a la desertificación está empeorando los impactos de las inundaciones. De acuerdo a una nota de prensa, lo han notado especialmente en las ciudades portuarias de Medio Oriente y África del Norte, luego de realizar un estudio de caso y centrar sus observaciones en las devastadoras inundaciones de 2023 en la ciudad de Derna, en Libia.
Este evento extremo derivó en que más de 11.300 personas perdieran la vida, y dejó en evidencia cómo el aumento de la erosión del suelo contribuye significativamente a las catastróficas consecuencias de estas inusuales inundaciones en el desierto. El fenómeno no fue un hecho aislado: durante la última década, el Sahara del Norte en África, un área más grande que el sector continental de Estados Unidos, se ha enfrentado a una peligrosa combinación de condiciones cada vez más áridas, que se ven interrumpidas por intensas tormentas costeras.
Una combinación de factores
Los científicos comprobaron que el origen de estos violentos cambios es el incremento de la desertificación, que intensifica las sequías, junto al aumento de las tormentas de lluvia provocado por el alza en las temperaturas del agua de mar en el Mediterráneo oriental, cuya causa es el calentamiento global de raíz antropogénica.
Según los especialistas, la tormenta Daniel que golpeó la costa este de Libia en 2023 provocó inundaciones repentinas sin precedentes: se estima que fue la inundación más mortal de Africa en más de un siglo. De acuerdo a un artículo publicado en Earth.com, el flujo de agua estaba muy cargado de sedimentos y suelo erosionado, lo que aumentó la naturaleza destructiva de las inundaciones y contribuyó al colapso de las represas.
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Referencia
Assessing flash flood erosion following storm Daniel in Libya. Jonathan C. L. Normand and Essam Heggy. Nature Communications (2024). DOI:https://doi.org/10.1038/s41467-024-49699-8
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