Compensar el sueño perdido durante la semana laboral durmiendo más los días de descanso puede reducir un 20% el riesgo de cardiopatía, según desvela un nuevo estudio
Un hombre durmiendo en un sofá.EM
Sonia MorenoMadrid
Madrid
Viernes, 30 agosto 2024
Tras las vacaciones, vuelta a la rutina de madrugar. El sueño es lo primero que sacrificamos en aras de mantener un estilo de vida que parece ignorar la importancia de un buen descanso. Aunque el déficit crónico de sueño se ha demostrado como un factor de riesgo de diferentes enfermedades, un nuevo estudio considera que el efecto nocivo de no dormir lo suficiente se puede compensar.
La investigación indica que si no se duerme lo mínimo recomendado durante la semana, recuperar esas horas perdidas el fin de semana ayudaría a reducir el riesgo cardiovascular.
El estudio se ha realizado con datos de 90.903 sujetos participantes en el proyecto Biobanco del Reino Unido. El coautor del trabajo Zechen Liu, del Hospital Fuwai y del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín, en China, concluye que "nuestros resultados demuestran que, para la proporción significativa de la población de la sociedad moderna que sufre privación de sueño, los que tienen el sueño más "compensatorio" los fines de semana presentan tasas de cardiopatías significativamente menores que los que tienen menos".
Los detalles del trabajo se presentarán en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología -ESC 2024- que comienza mañana viernes en Londres.
La ESC ha adelantado algunos datos de esta investigación, realizada mediante el registro con dispositivos de control del sueño dividieron a la muestra de individuos en cuartiles, atendiendo a lo compensado que tenían el sueño de media semanal.
Al menos 7 horas
Los autores definieron como privación de sueño cuando se dormía (de manera regular, no de forma ocasional) menos de 7 horas por noche, lo que se encontró en un total de 19.816 (21,8%) de los participantes.
Así se vio tras una media de seguimiento de casi 14 años de mediana, en la que se utilizaron los registros de hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares, que los participantes del grupo con mayor sueño compensatorio (los que dormían más durante el fin de semana para recuperar la privación de sueño en la semana laboral) tenían un 19% menos de probabilidades de desarrollar cardiopatías que los del cuartil menos compensado.
En el subgrupo de pacientes con privación diaria de sueño, los que compensaban más el sueño presentaban un riesgo un 20% menor de desarrollar cardiopatías que los que lo hacían menos. El análisis no mostró diferencias entre hombres y mujeres.
Sueño compensatorio
Otro de los investigadores, Yanjun Song, también del Hospital Fuwai y del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín, en China, concluye en una nota de la ESC que "un sueño compensatorio suficiente está relacionado con un menor riesgo de cardiopatías". "La asociación es aún más pronunciada entre los individuos que duermen de forma inadecuada con regularidad entre semana".
Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), comenta que está ampliamente demostrado mediante estudios científicos que un sueño adecuado "es fundamental no ya para la salud cardiovascular, sino para la de todo el organismo". Centrados en el ámbito cardiaco, este especialista concreta que se ha establecido que dormir menos de una media de siete horas diarias se asocia al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y, aunque puntualiza que tampoco es bueno dormir en exceso, probablemente sea más nocivo privarse de horas.
Según explica el cardiólogo, el sueño preserva un complejo equilibrio de mecanismos fisiológicos que protegen al corazón y dormir de forma insuficiente "se asocia al riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero sobre todo de enfermedades coronarias, como infarto o angina de pecho, y de fibrilación auricular, arritmia cada vez más frecuente".
Cantidad y calidad
Junto a la duración del sueño, el portavoz de la SEC ha destacado la importancia de la calidad. "El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), que conlleva pausas ventilatorias muy con una duración importante, genera una menor oxigenación durante la noche, retención de anhídrido carbónico y eso produce cansancio al día siguiente, pero a largo plazo también se asocia a un aumento de la hipertensión arterial, más arritmias y más enfermedad cardiovascular, incluso a insuficiencia cardiaca".
Para Manuel Anguita es interesante que este estudio se haya centrado en la posibilidad de "compensar" la falta de sueño, "un aspecto menos investigado". Además, destaca que se haya realizado con una amplia muestra de individuos.
El especialista remarca que, junto a la alimentación, el tabaco y el ejercicio, los cardiólogos son cada vez más conscientes de la importancia de incidir en una higiene del sueño adecuada. "Sobre todo en las unidades de rehabilitación cardíaca y prevención secundaria, y en general, en las consultas de cardiología; en especial, preguntamos más sobre la apnea del sueño. Estudios como el que se presenta en el congreso ESC 2024 ayudan a tener más información sobre estos aspectos, ahora sabemos que si se recupera sueño, se reduce el riesgo cardiovascular. Otra cosa es que el estilo de vida actual nos lo permita".
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