En medio de una creciente polarización de la riqueza, América Latina y el Caribe enfrentan un desafío sin precedentes
OXFAM /
La desigualdad sigue siendo el principal problema de Latinoamérica de cara a alcanzar sociedades más vivibles para todas y todos. Algo que, debido a los marcos ideológicos actualmente en auge, tiende a no ser evidente para el ciudadano promedio. Este fenómeno vincula tales niveles de iniquidad con la debilidad de la democracia. Porque en la medida de que esta última no tenga traducción en el día a día de la gente continuará debilitándose. La democracia tiene que ser algo más profundo y presente que votar cada cierto tiempo; especialmente en esta coyuntura histórica de desafección política, malestar acumulado y emergencia de discursos de odio. Lo cual solo es posible lograrlo con redistribución, estados adecuados e igualdad.
El reciente estudio de OXFAM intitulado «EconoNuestra. Es tiempo de una economía para todas y todos» (julio, 2024) muestra de manera pormenorizada las tendencias socioeconómicas que están caracterizando a la región.
En medio de una creciente polarización de la riqueza, América Latina y el Caribe enfrentan un desafío sin precedentes. Un pequeño grupo de ultrarricos ha adquirido una influencia significativa en la política, erosionando las democracias y afectando los derechos de las mayorías. Este fenómeno favorece a las personas más ricas de la región y las grandes corporaciones, mientras que perjudica a las mujeres, jóvenes y comunidades indígenas y afrodescendientes.
Además de la desigualdad económica, la región se enfrenta a retos significativos como la crisis climática y los cambios demográficos.
Oxfam hace un llamado a un cambio estructural para reducir las desigualdades económicas y sociales, avanzar en justicia climática y mejorar la autonomía financiera de las mujeres. Para ello se proponen cinco reformas tributarias audaces que podrían recaudar una suma considerable para combatir la desigualdad y financiar políticas públicas esenciales. Este planteo representa una salida a las políticas de austeridad que han limitado el crecimiento económico y el bienestar social en la región. Con la presidencia de Brasil en el G20, la región tiene la oportunidad de implementar un pacto fiscal regional para erradicar la pobreza extrema y fortalecer la lucha contra la crisis climática.
Según el informe, América Latina y el Caribe siguen siendo la región del mundo con mayor polarización entre la riqueza concentrada y la pobreza. Sólo un dato, el 1 % de la población concentra 43.5 de cada 100 dólares, en cambio, el 50 % más pobre concentró apenas 0.8 de cada 100 dólares.
Desigualdad social, según Quino.
Esta tendencia, se ve apoyada por la existencia de un sistema tributario injusto, que permite al 1 % más rico de la región, pagar proporcionalmente menos impuestos que el 50 % más pobre. Es decir, «estamos ante sistemas que no reducen la brecha de desigualdad, sino que por el contrario las incrementa» concluye el informe.
Este reporte recuerda condiciones estructurales de la región que siguen marcando esta tendencia (Oxfam, 2024):
Desarrollo económico basado en materias primas: dependientes y vulnerable a ciclos internacionales, lo cual ha provocado la erosión de la calidad de vida de las comunidades, mientras que los beneficios han sido concentrados por élites económicas.
Reconcentración del poder en una reducida élite.
La reforma del Estado impulsada desde la década de 1980, ha «legitimado» la acumulación y riqueza de sectores minoritarios.
La tarea pendiente para enfrentar este contexto pasa por el compromiso de impulsar profundas transformaciones para responder, por un lado, a los impactos de la crisis que ya están presentes y por otro, transitar hacia otro modelo orientado a (Oxfam, 2024):
- Políticas públicas orientadas a la reducción de las desigualdades interseccionales.
- Promoción de la justicia climática.
- Políticas que promuevan la corresponsabilidad del trabajo de cuidados.
Ante las múltiples crisis que afectan a América Latina y el Caribe, el informe de Oxfam sitúa la política fiscal en el centro del debate sobre las desigualdades. No puede haber justicia fiscal sin un sistema fiscal justo, transparente y equitativo.
Al resaltar el aumento de la concentración del ingreso en América Latina, el documento destaca que enfrentar las crisis actuales requiere herramientas diferentes a aquellas que perpetuaron privilegios para algunos en detrimento de muchos.
Brasil, conocido por su adhesión a modelos de austeridad que priorizan el pago de la deuda pública, emerge como uno de los campeones de la desigualdad en la región.
El informe llega en un momento oportuno, con Brasil liderando el G20 y proponiendo una tributación global sobre el patrimonio, además de la Plataforma Tributaria de América Latina y el Caribe (PTLAC), un foro pionero para coordinar políticas tributarias regionales. Este es el momento apropiado para discutir un nuevo pacto social que se refleje en políticas fiscales más justas. Como dicen, cuando las masas populares llegan a cargos estatales, encuentran las arcas vacías.
El informe de Oxfam explica por qué sucede esto, relievando que los mecanismos tributarios han contribuido a profundizar las desigualdades.
América Latina, el Caribe y especialmente Brasil tienen una oportunidad única de utilizar las recomendaciones de este informe como punto de partida para promover políticas públicas que logren sociedades más equitativas, pues sin justicia fiscal no hay igualdad.
Descarga del informe
Para acceder al estudio de OXFAM en archivo PDF, ingresar al siguiente enlace:
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