El presidente Gustavo Petro mejora su favorabilidad en sintonía con una percepción ciudadana más optimista de la economía y del rumbo económico.
POR: FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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La semana pasada Invamer publicó su tradicional encuesta de opinión pública, correspondiente a febrero, con resultados muy favorables para el presidente de la República, Gustavo Petro. La medición refleja un aumento del optimismo de los colombianos frente al rumbo del país y de la aprobación de su gestión al frente del Gobierno Nacional.
Las estadísticas muestran que, al menos en el arranque de este 2024, los habitantes de las cinco principales capitales han mejorado su estado de ánimo ante la situación del país. El porcentaje de los ciudadanos que consideran que las “cosas en Colombia” están empeorando cayó 13 puntos -del 76% al 63%- mientras que quienes piensan que están mejorando subió 8 puntos: del 15% al 23%. Es un repunte que no deja de causar sorpresa ya que los frentes de la seguridad y la economía experimentan deterioros fácticos.
Ese optimismo elevado de los encuestados se ratifica en la mayoría de las preguntas relacionadas a temas económicos. De hecho, la situación económica y de empleo dejó de ser la principal preocupación al caer 8 puntos al 23% y ser superada por el orden público y la seguridad. Si bien la percepción sobre la mayoría de las políticas públicas y de gobierno redujo su pesimismo, son las relativas a la economía las que registran un cambio positivo más marcado.
El descenso de la inflación y la resiliencia en materia de mercado laboral se han traducido en sustanciales mejorías en la valoración de la carestía y del empleo en la más reciente Invamer. La proporción de encuestados que cree que el costo de vida está empeorando pasó de 89% a 75% mientras que la misma tendencia en términos de desempleo reportó un desplome de 72% a 56%. Las preocupaciones de los expertos en torno a la lentitud con la que la inflación baja y los efectos de la desaceleración en la creación de puestos de trabajo contrastan con la visión más optimista de los ciudadanos.
La percepción más general sobre la economía en la encuesta recoge estas caídas en la lectura negativa: el pesimismo en el rumbo del manejo económico bajó de 80% a 74%. La satisfacción sobre el estándar de vida, “con las cosas que puede comprar y hacer”, mejoró seis puntos y alcanzó 53%. La imagen del presidente Petro y la aprobación de su gestión repuntan sobre este ambiente económico más favorable al subir nueve puntos al 35% y una caída de ocho puntos en su desaprobación.
Aún es pronto para responder la pregunta sobre si las cifras significan un permanente quiebre de tendencia en la favorabilidad presidencial. Ha sido precisamente el deterioro en la atracción popular del primer mandatario la que ha debilitado la capacidad de la Casa de Nariño de despertar entusiasmo ciudadano alrededor de la agenda de reformas. Otra sería la dinámica de estos proyectos de ley en su tránsito en el Legislativo de presentarse un fortalecimiento de la aprobación y popularidad del presidente Petro.
La realidad de la economía colombiana -por ejemplo, en materia de inflación, empleo y reactivación- tiene unas perspectivas más negativas que el marcado optimismo que refleja la encuesta. Se necesita más tiempo y mediciones para poder determinar cómo reaccionará la opinión pública en el transcurso de un primer semestre difícil pero un segundo que luce más dinámico.
Debe el Gobierno recordar que son las políticas y agendas relacionadas con la economía las que hoy sostienen este repunte en la favorabilidad presidencial. Cuidar estos temas implica asimismo apostarle a un plan de reactivación, enviar señales de confianza y de seguridad y ajustar unas reformas que hoy generarían alto costo económico.
FRANCISCO MIRANDA HAMBUGER
Director de Portafolio
framir@portafolio.co
Twitter: @pachomiranda
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