¿dónde están las grandes obras de infraestructura que muy seguramente vieron en Nueva York, Londres, París? ¿Dónde está la reforma agraria? ¿Dónde están los científicos en sistemas? ¿Dónde está la industria de ingeniería de alimentos? ¿Dónde está el fortalecimiento del teatro, de la danza, de la pintura? ¿Dónde están los grandes centros científicos de medicina, de biología marina, de psicología?
Servir al pueblo no es hacerlo con tecnócratas, con la mera técnica, no, es hacerlo de forma integral porque, los humanos somos seres de la naturaleza, una unidad que piensa y siente con todo el cerebro y con todo el cuerpo
Por LUCERO MARTÍNEZ KASAB*
Departamento administrativo para la prosperidad. social. https://dps2018.prosperidadsocial.gov.co/
En estos días fue noticia que el ex senador, escritor y empresario Gustavo Bolívar fue designado por el presidente Petro como director del Departamento para la Prosperidad Social. Llovieron las críticas de la oposición sobre este nombramiento argumentando que el señor Bolívar no tenía el perfil técnico para tal cargo, que el presidente lo nombraba, simplemente, porque era afín a su política.
El mayor argumento de la oposición es que para los cargos públicos lo que se necesita son tecnócratas, entendiéndose con esto personas con un saber específico en un puesto de gobierno y pare de contar, es decir, una máquina, una inteligencia artificial sin una concepción antropológica del ser humano, sin posición política y que no tenga ética; es decir, funcionario disociado, escindido, alienado por su profesión, sólo con un interés, el dinero.
La élite política y económica del país está plagada de tecnócratas, profesionales muy preparados en sus áreas, que han dominado los cargos del Estado desde hace doscientos años –hay que volver a decirlo-, son egresados de las más costosas universidades de Colombia, han permanecido años terminando de formarse en el exterior con doctorados y pos doctorados, no obstante, ¿qué han hecho por el país?, ¿dónde están las grandes obras de infraestructura que muy seguramente vieron en Nueva York, Londres, París? ¿Dónde está la reforma agraria? ¿Dónde están los científicos en sistemas? ¿Dónde está la industria de ingeniería de alimentos? ¿Dónde está el fortalecimiento del teatro, de la danza, de la pintura? ¿Dónde están los grandes centros científicos de medicina, de biología marina, de psicología? Cada uno de estos sectores tiene un atraso de décadas, por no decir de siglos; los líderes verdaderamente honestos e interesados deben suplicar a los ministerios para que destinen partidas presupuestarias que terminan siendo limosnas. Estos tecnócratas van, se capacitan en el extranjero para robarse el dinero del Estado como vulgares pillos de esquina.
La gran mayoría de estos especialistas no han caminado sus ciudades ni el campo, salen del carro de la familia para el carro personal, de ahí al avión para el exterior y regresan para los carros oficiales de sus cargos; no conocen el país, sólo saben de él por lo que oyen en sus oficinas. Cuando son provincianos que logran superarse anhelan parecerse a los tecnócratas de la élite, hasta que lo logran olvidándose de trabajar honestamente por la gente pobre de sus pueblos. ¿Con qué autoridad moral cuestiona la oposición que el presidente Petro nombre a Gustavo Bolívar, un señor incorruptible, honesto, trabajador -como son millones de colombianos-, como director de ese Departamento si ese movimiento político tiene las cárceles llenas de sus tecnócratas presos por multiplicidad de delitos?
Desde tiempos inmemoriales siempre han existido las personas que se ufanan de ser especialistas en un quehacer independiente de una posición política, de un sentimiento o de principios éticos; privilegian los procesos, las normas, los métodos por encima de lo humano. Neurólogos, que son el culmen del narcisismo porque, conocen algo del funcionamiento cerebral, fríos, indolentes con sus pacientes. Economistas con pos grados en Estados Unidos incapaces de darle fórmulas de estabilización financiera a comunidades que viven cerca de la riqueza del mar. Administradores con doctorados en gerencia pública que no saben aterrizar las políticas públicas en los sectores más marginados del Pacífico colombiano ni del Magdalena Medio, ni de la Amazonía, ni de la Guajira; se conforma con supervisar los proyectos cercanos al centralismo. Con grandes carencias de empatía, de solidaridad, de sentido de lo inmediato como para trastocar un plan y darle prevalencia a una población extremadamente vulnerable…, ¿o acaso los niños de la Guajira empezaron a morirse en el 2022?
A la subjetividad de la oposición, en términos generales, le cuesta mucho trabajo comprender holísticamente al ser humano, al Planeta, a la vida. Tiene una concepción fraccionada de cómo son las cosas, son especialistas en disociar los procesos, encarna lo que tiene la Modernidad de negativa: un Yo expansivo, abusivo, codicioso, que se toma a sí mismo como inicio y fin de los procesos políticos y sociales despreciando el nosotros. Con una inteligencia y una sensibilidad artificiales porque son vacíos de contenido compasivo, con un uso de razón atrofiado, incapaz de prever de que, así como vamos de egoístas con los demás, las guerras nos llevarán a la desaparición. Nos aterra la inteligencia artificial, pero lo que debería horrorizarnos es que de tanto anularnos las virtudes de sentir y razonar nos estamos convirtiendo en humanos-robots llevando una vida artificial.
Las instituciones del Estado están carcomidas por la corrupción mar adentro, una entidad como el Departamento para la Prosperidad Social que tiene un presupuesto alrededor de los diez billones de pesos ha soportado una corrupción descomunal en los gobiernos anteriores, donde hubo directores graduados en Administración de empresa, Economía, Ingeniería, Derecho, etc., pero, con poca eficacia en sus realizaciones. Lo urgente y vital para el presidente es proteger el dinero con el que se trata de mitigar la gran desigualdad en las condiciones de vida de los más vulnerables de Colombia y ejecutar las obras necesarias que mejoren la existencia de la gente pobre. Un empresario exitoso como el señor Bolívar no lo fuera sino tuviera los conocimientos mínimos para planificar, organizar, destinar y ejecutar grandes sumas de dinero, con su experiencia en el Estado sabe cómo es la cosa pública y sabrá rodearse de excelentes funcionarios.
La subjetividad de la oposición debería avanzar más allá de su codicia, egoísmo e individualismo pues, la Modernidad se está hundiendo. De tanto vivir en las ciudades en medio del cemento, del hierro, del plástico, enfrente de tantas pantallas nos hemos olvidado que no es que pertenezcamos a la naturaleza, no, es que somos naturaleza. La naturaleza crea espirales de vida, crea lazos, la naturaleza no divide. Sólo los humanos tenemos el potencial para disociar las partes de la Tierra que producen la vida y cuando hacemos eso, sobre todo la cultura occidental, llevamos las cosas hacia la muerte. Si no asumimos el futuro desde lo colectivo, desde la ayuda mutua, pereceremos todos, como es el anuncio de los grandes estudiosos de las sociedades humanas. La inteligencia es artificial cuando no está al servicio de la vida. Servir al pueblo no es hacerlo con tecnócratas, con la mera técnica, no, es hacerlo de forma integral porque, los humanos somos seres de la naturaleza, una unidad que piensa y siente con todo el cerebro y con todo el cuerpo.
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