La reciente alerta sanitaria por presencia del virus de la hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos ha vuelto a poner de relieve la importancia de las medidas de higiene y de control para evitar la transmisión de este tipo de virus.
Bienestar
6 Marzo, 2024 14:48:43 CET
La hepatitis A es una enfermedad hepática contagiosa, transmitible principalmente a través de la ruta fecal-oral, ya sea por el consumo de agua o alimentos contaminados.
Covadonga Díaz
La reciente alerta sanitaria por presencia del virus de la hepatitis A en fresas procedentes de Marruecos ha vuelto a poner de relieve la importancia de las medidas de higiene y de control para evitar la transmisión de este tipo de virus que se destruyen con el calor, pero que resisten en los alimentos que están contaminados cuando no van a ser cocinados, como sucede con la mayoría de las frutas.
La alerta ha sido emitida por el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rapid Alert System for Food and Feed, RASFF) tras la detección de microorganismos patógenos, en concreto virus de la hepatitis A, en fresas procedentes de Marruecos que iban a ser comercializadas en España.
Según esta notificación, la consideración sobre la calificación del riesgo es “seria”.
Cómo llega el virus de la hepatitis A a las fresas
Aunque pueda parecer sorprendente la aparición del virus de la hepatitis A en alimentos como frutas es un riesgo conocido, según explica Beatriz Robles, licenciada en Tecnología de los Alimentos y graduada en Nutrición y Dietética, y profesora de la Universidad Isabel I, dado que la hepatitis A es una enfermedad hepática contagiosa, transmitida principalmente a través de la ruta fecal-oral, ya sea por el consumo de agua o alimentos contaminados, por ejemplo, por agua de riego, y/o por el contacto persona a persona, a través de las heces, orina o sangre de personas infectadas.
Las partículas del virus también pueden ser transmitidas a partir de superficies contaminadas, como tablas y utensilios de cocina contaminados.
Por todo lo anterior, el mantenimiento de las medidas de higiene es fundamental. “El virus de la hepatitis A en una persona contagiada se elimina a través de las heces y si va al baño y después no se lava adecuadamente las manos puede trasmitir el virus a otras personas o contaminar aquellos alimentos u objetos que toque o manipule”, explica Antonio Guerrero, experto en enfermedades infecciosas que ha trabajado como director de los laboratorios y de Investigación y Docencia en el Hospital Universitario La Ribera y ha sido profesor en la Universidad de Alcalá de Henares, la Universidad de Valencia y la Universidad Católica de Valencia.
También el agua puede resultar contaminada y a partir de ahí diseminar el virus en frutas y verduras si son regadas con aguas contaminadas, más frecuente esta posibilidad en países en vías de desarrollo, o si se utiliza esa agua para su limpieza.
A pesar de que la alerta resulta llamativa, Robles destaca que las alertas por presencia de hepatitis A en alimentos no son muy frecuentes pero tampoco excepcionales. De hecho la última emitida por el RASFF tuvo lugar en octubre de 2023 y en este caso el país de origen era España. El producto afectado en aquella ocasiones fueron mejillones. Otra alerta emitida en mayo del año pasado también estuvo relacionada con hepatitis A en alimentos y en ese caso el país de origen fue Polonia.
Para poner en contexto la alerta, Robles explica que en lo que va de 2024 se han emitido ya unas 18.000 alertas por parte del RASFF y de ellas unas 10.000 han tenido la consideración de severas, al igual que ha sucedido con esta última.
Síntomas de la hepatitis A
La hepatitis A es una enfermedad habitualmente leve pero que potencialmente también puede resultar grave.
Algunos de los síntomas que puede causar la hepatitis aguda son:
- Cansancio.
- Fatiga.
- Pérdida de apetito.
- Náuseas.
- Vómitos.
- Fiebre.
- Ictericia.
- Orina de color oscuro.
Aunque el riesgo de hepatitis suscita siempre cierta alarma entre la población, es necesario tener en cuenta que no todos los virus de la hepatitis tienen la misma severidad y la enfermedad causada en concreto por el virus de la hepatitis A no se cronifica, a diferencia de otros tipos de hepatitis, sino que se manifiesta de forma aguda y cuando aparecen síntomas estos suelen desaparecer a las pocas semanas de haberse iniciado. “Es muy extraño que se prolonguen más allá de los seis meses”, explica Guerrero, quien indica, no obstante, que en ocasiones también se produce algún caso de hepatitis A fulminante que puede hacer necesario un trasplante o causar la muerte del paciente. “Pero no es lo habitual”.
Periodo largo de eliminación del virus
Además, la persona infectada, aún sin síntomas, puede estar eliminando el virus hasta 30 días e incluso más después de haber entrado en contacto con él, según señala este experto.
Virus sensible a la cocción
Si el alimento es cocinado lo más probable es que el virus sea destruido en el proceso de cocción dado que no resiste el calor. El mayor problema está, por lo tanto, con los alimentos que se consumen en crudo, como pueden ser frutas y verduras. Además, es necesario tener en cuenta que la congelación no destruye este tipo de virus.
Con la cocción de los alimentos a 90 grados durante 90 segundos sí se destruye el virus, según explica Beatriz Robles, basándose en información de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN).
Los principales alimentos involucrados en infecciones víricas transmitidas por alimentos son:
- Los moluscos bivalvos.
- Las verduras que se consumen crudas.
- Las frutas tipo baya.
Robles recuerda que el riesgo cero en alimentación no existe pero con las medidas de higiene y los procesos adecuados, por un lado, y los mecanismos de control, por otro, la seguridad es muy elevada y que esta última alerta lo que vuelve a poner de relieve es que los "procedimientos de control funcionan. De hecho, no es una alerta que, al menos por el momento, haya afectado a los consumidores".
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