- Fatiga, debilidad, mareos y dificultad para respirar.
- Frecuencia cardiaca rápida y otros problemas cardíacos como las arritmias o la insuficiencia cardíaca.
- Piel pálida.
- Pancitopenia o ausencia de todas las células de la sangre.
- Infecciones frecuentes o prolongadas.
- Hematomas sin causa aparente o que aparecen con facilidad.
- Sangrados en la nariz o las encías, o que se prolonguen si se tiene un corte.

- Fármacos como las sulfamidas o los quimioterápicos.
- Radiaciones.
- Enfermedad de injerto contra huésped.
- Enfermedad del tejido conectivo.
- Embarazo.
- Exposición a toxinas como el benceno o el arsénico.
- Hemoglobinuria paroxística nocturna.
- Virus de la inmunodeficiencia humana o el de Epstein-Barr.
- Hereditaria puede producirse por:Anemia de Fanconi.
- Disqueratosis congénita.