La Organización Mundial del Comercio (OMC) tras medir el golpe al comercio en 2023, destacó que se reducirá en más de un punto su crecimiento, hasta el 1,7%, para volver a repuntar hasta un 3,2% en 2024.
El Examen Estadístico del Comercio Mundial 2023, último informe publicado por la OMC, presenta las tendencias recientes del comercio internacional en un momento de tensiones geopolíticas y macroeconómicas y desafíos tecnológicos que afectan a la economía mundial y las cadenas de suministro.
La OMC, sostiene que en 2023 y 2024, el crecimiento del comercio estará impulsado, en gran medida, por China. La relajación de las medidas de prevención del Covid-19 en el país desatará una demanda de consumo reprimida en el país, lo que empujará al comercio internacional hacia el crecimiento, especialmente en el sector del turismo.
Los datos del informe abarcan el comercio de mercancías y servicios desglosado por origen geográfico, principales grupos de productos y sectores, junto con datos conexos sobre acontecimientos económicos clave como el crecimiento del PIB, los precios de los productos básicos y las fluctuaciones de los tipos de cambio.
Y señaló que el crecimiento del comercio, que se desaceleró en 2022, se mantuvo débil hasta principios de 2023. En 2022, el crecimiento del tráfico comercial fue más lento de lo previsto, con un incremento del 2,7%, hasta 25,3 billones de dólares, en parte inflado por los precios elevados de los productos básicos en el mercado mundial.
El crecimiento del comercio mundial se ha mantenido positivo, lo que subraya que el comercio ha sido una fuerza para la recuperación económica y la resiliencia, ya que el dato fue mayor del pronosticado en los escenarios más pesimistas que se consideraron al comienzo de la guerra en Ucrania, cuando el repunte del comercio se estimaba en un 0,5%.
Sin embargo, numerosos riesgos a la baja, desde tensiones geopolíticas hasta una posible inestabilidad financiera, están nublando las perspectivas a mediano plazo tanto para el comercio como para la producción general, reconoce la OMC.
Los capítulos analíticos destacan las tendencias del comercio en 2022, cuando el comercio mundial de mercancías en volumen aumentó un 2,7 por ciento, frente al 12,4 por ciento en términos de valor. Esta tasa más alta para el valor del comercio se debe en gran medida al aumento de los precios de los productos básicos primarios, consecuencia de las tensiones geopolíticas. El comercio de servicios comerciales superó al comercio de mercancías, con un crecimiento del 15 por ciento, liderado en particular por los servicios prestados digitalmente.
El comercio descendió 2,4% en el último trimestre del año
La evolución fue positiva entre enero y octubre de 2022, cuando el tráfico comercial se incrementó un 4,2%. Sin embargo, un descenso del 2,4% en el último trimestre hundió la estadística hasta el 2,7%. La baja entre noviembre y diciembre se debió al aumento de precios de las materias primas, la caída de las importaciones y el impacto del precio de la energía durante los meses de invierno en Europa y del precio del trigo en Oriente Medio y África.
No obstante, la OMC asegura que el comercio ha evitado la fragmentación y destaca que las economías vulnerables han logrado encontrar productos y proveedores que sustituyan los productos esenciales impactados por la guerra. Estima que el Producto Interior Bruto (PIB) mundial crecerá un 2,4% en 2023 y repuntará un 2,6% en 2024.
Sin embargo, detalla que existen riesgos que pueden cambiar sus previsiones, como por ejemplo tensiones geopolíticas, inseguridad alimentaria, inestabilidad financiera y crecientes niveles de deuda. Además, un error de cálculo en el sistema bancario podría desatar la inestabilidad financiera y tener consecuencias negativas para la economía y el comercio.
Revertir el curso de los tipos de interés bajos nunca iba a ser tarea fácil, y es probable que el camino a recorrer sea accidentado. Las recientes quiebras bancarias en los Estados Unidos y Europa – de las que casi nadie habla – ponen de relieve la posible existencia de otras vulnerabilidades derivadas de cambios en el entorno de los tipos de interés.
Las sorpresas al alza de la inflación podrían aumentar las perspectivas de mayores subidas de los tipos, pero estos traerían consigo el riesgo de un contagio financiero más extendido que reduciría la producción y el comercio. Los gobiernos y los organismos de reglamentación deben estar alerta frente a estos y otros riesgos financieros en los próximos meses
*Periodista uruguayo residente en Ginebra, exmiembro de la Asociación de Corresponsales de Prensa de Naciones Unidas (ACANU) en Ginebra. Analista Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)
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