En el vacío espacial hay ‘algo’ vagando que rompe las leyes de la física y que los astrofísicos intentan comprender cómo es posible que exista.
Allá afuera en el vacío espacial, hay ‘algo’ que técnicamente no cuadra con las leyes de la física y que, de hecho, ni siquiera debería de existir. Los astrónomos los llaman ‘fuentes ultraluminosas de rayos X’ (ULX) y son tan exageradamente brillantes que emiten unas 10 millones de veces la energía irradiada por nuestro Sol. Según las leyes de la física con la que entendemos al Universo, un objeto con tal plétora luminosa no debería de existir y de hecho se llegó a pensar que se trataba de espejismos cósmicos, pero un último análisis demuestra que los ULX son reales y que llevan a la física a sus límites.
Crédito: NASA
Las fuentes ultraluminosas de rayos X producen unas 10 millones de veces la energía luminosa emitida por la estrella anfitriona del Sistema Solar. Son tan radiantes que los teóricos creen que sobrepasan un límite físico llamado límite de Eddington, que establece que la luminosidad de un objeto está en función de su masa y, por lo tanto, está limitada a ciertos valores. Pero los ULX son tan excepcionales que rompen el límite y lo sobrepasan entre 100 y 500 veces, lo que genera desconcierto entre los astrofísicos.
La última investigación al respecto ha podido emitir la primera medición de un ULX tomada con el Conjunto de Telescopios Espectroscópicos Nucleares de la NASA (NuSTAR). Los resultados confirman que las fuentes de rayos X son tan luminosas como parecen y que no son una ilusión óptica, como algunas hipótesis suponían. Además, comprobaron que son capaces de superan el límite de Eddington, aunque esto abre más preguntas, ya que según las leyes de la física, si un objeto sobrepasa dicho límite, la energía liberada lo haría estallar en mil pedazos, cosa que no sucede con las fuentes ultraluminosas de rayos X.
Crédito: NASA
Con base en los resultados de la investigación publicada en The Astrophysical Journal, los astrofísicos llegaron a la hipótesis de cómo los ULX generan su brillo dramático. Acorde con la NASA, la luminosidad ‘imposible’ podría provenir de los fuertes campos magnéticos presentes en este tipo de objetos. Sin embargo, la única forma de comprobar tal hipótesis es a través de la observación y replicar tal intensidad de campos magnéticos en el laboratorio, es simplemente imposible para la tecnología actual humana.
No, no son agujeros negros
En un inicio se creyó que los ULX eran una especie de agujeros negros, ya que estos últimos irradian luz cuando sus inmensos campos gravitacionales atraen toda materia a su alrededor, a tal aceleración que terminan por calentarse. Pero en 2014 los datos del NuSTAR revelaron que no se trataba de agujeros negros, sino de estrellas de neutrones.
Crédito: NASA
Las estrellas de neutrones son objetos incomprendidos que se forman gracias a los estertores de muerte de estrellas supermasivas. Cuando la estrella se queda sin combustible para contrarrestar la gravedad, finalmente colapsa comprimiendo su gran cantidad de masa en un área tan pequeña como una ciudad terrestre.
Es precisamente tal densidad la que crea una atracción gravitatoria en la superficie de la estrella de neutrones, que el gas o el material arrastrado hasta ella experimental una aceleración de millones de kilómetros por hora. Cuando el material colisiona con la superficie del objeto, se produce una liberación energética tremenda, mucho más potente que mil bombas de hidrógeno. Es de esperarse que este tipo de explosiones liberen una plétora de rayos X de alta energía, que luego los telescopios espaciales detectan.
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Referencias:
Bachetti, M. Orbital Decay in M82 X-2. The Astrophysical Journal, DOI
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Fuente: