Es un misterio cómo lograron cruzar el frío puente terrestre de Bering durante el Eoceno, extendiéndose desde Europa hacia América del Norte
Pablo Javier Piacente
Fósiles de enormes hormigas del tamaño de un colibrí hallados en América del Norte ponen patas para arriba las teorías científicas sobre el tamaño de los insectos y cómo ocurrió la dispersión de animales y plantas en el hemisferio norte hace unos 50 millones de años, durante las llamadas antiguas migraciones del Ártico, e incluso plantean dudas sobre si hubo breves intervalos de calentamiento global.
Científicos de la Universidad Simon Fraser, en Canadá, han descubierto el primer espécimen canadiense de la extinta hormiga Titanomyrma, cuya especie más grande alcanzaba una masa corporal de más de 5 centímetros, disponiendo además de alas que se extendían hasta los 16 centímetros. Otros fósiles del enorme insecto carnívoro habían sido hallados previamente en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra.
Según explicó en una nota de prensa el paleontólogo Bruce Archibald, autor principal del nuevo estudio, “el nuevo fósil y los otros restos hallados en ambos continentes pertenecen a épocas similares. Esto plantea la pregunta de cómo estos antiguos insectos viajaron entre continentes para aparecer en ambos lados del Atlántico casi al mismo tiempo”, destacó. La investigación ha sido publicada recientemente en la revista The Canadian Entomologist.
UNA ÉPOCA DE CAMBIOS
Durante el Eoceno, hace aproximadamente 50 millones de años, se produjeron las denominadas migraciones del Ártico, en las cuales una serie de especies animales y vegetales se redistribuyeron por todo el hemisferio norte, en búsqueda de las mejores condiciones climáticas. En ese momento, las actuales Europa y América del Norte estaban conectadas a través del puente terrestre de Bering, que unía Rusia con Alaska. Los procesos de deriva continental impedían una mayor expansión del Océano Atlántico Norte, imprescindible para separar a ambos continentes por completo.
Se sabe que las hormigas más voluminosas en la actualidad se encuentran en las zonas tropicales, dado que las altas temperaturas favorecen su desarrollo. Algo similar habría sucedido con la antigua variedad de hormigas gigantes Titanomyrma: habrían migrado a través del Ártico desde Europa a América del Norte, buscando temperaturas más elevadas, pero algunos datos y elementos parecen no coincidir en torno a esta idea.
En principio, el frío puente terrestre de Bering no tenía las condiciones de confort climático que requerían las hormigas gigantes para cruzar, más allá de que entonces el Ártico era mucho más cálido que hoy. En consecuencia, los científicos creen que tendrían que haber reducido su tamaño a través de largos procesos evolutivos, porque una menor masa corporal habría incrementado su capacidad de supervivencia en ambientes poco favorables.
UN MISTERIO AÚN NO RESUELTO
Sin embargo, tanto el nuevo fósil descubierto en Columbia Británica, Canadá, como otros ejemplares hallados en Estados Unidos, Alemania e Inglaterra mantienen las mismas proporciones corporales y pertenecen al mismo período histórico. De esta manera, una de las hipótesis indicaría que durante las migraciones del Ártico se habrían producido breves períodos de calentamiento global, denominados "hipertermales", que algunas especies habrían aprovechado para trasladarse desde un punto a otro del hemisferio norte.
Al mismo tiempo, el hallazgo plantea dudas en torno a si el conocimiento establecido sobre el tamaño de los insectos y su capacidad para soportar las temperaturas más extremas es el correcto o si, por el contrario, debería revisarse. Además, el nuevo ejemplar descubierto se encuentra distorsionado por la presión geológica durante la fosilización, por lo que no se puede establecer su verdadero tamaño natural.Noticias relacionadas
De esta forma, si en realidad la hormiga fue en vida más pequeña de lo aparente, podría indicar que se habría iniciado una reducción de tamaño propia de un proceso evolutivo de adaptación. Por el contrario, si como sugieren las condiciones en las que fue hallada tenía una magnitud semejante a la de otros fósiles identificados, los investigadores deberán revisar sus teorías. Sin embargo, se requieren nuevos estudios y el hallazgo de más fósiles para resolver finalmente el misterio.
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REFERENCIA
Eocene giant ants, Arctic intercontinental dispersal, and hyperthermals revisited: discovery of fossil Titanomyrma (Hymenoptera: Formicidae: Formiciinae) in the cool uplands of British Columbia, Canada. S. Bruce Archibald, Rolf W. Mathewes and Arvid Aase. The Canadian Entomologist (2023). DOI:https://doi.org/10.4039/tce.2022.49
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