La Triple Alianza, el Eje Beijing-Moscú-Teherán es una buena noticia en el plano de las decisiones políticas internacionales
En
el año 2016, a pocos meses de lo que fue la firma del Plan Integral de Acción
Conjunta (1) en julio del año 2015, entre el llamado G5+1 y la
República Islámica de Irán, la nación persa junto a la federación rusa y la
República Popular China decidieron concretar pasos destinados a consolidar una
alianza con enfoque multilateral.
Clara
muestra del objetivo de darle dura lucha a una realidad, que desde la caída del
campo socialista dio pasó a un poder unipolar, liderado por Estados Unidos y
sus incondicionales occidentales. En un artículo publicado en ese
entonces (2) señalé que esa mancomunidad de países, con
componentes económicos, políticos y militares, despertó la alarma de Washington
y los países bajo su influencia. Poco ha cambiado de lo señalado en aquel
entonces y más bien se ha refrendado el objetivo de contrarrestar la hegemonía
occidental, que ha utilizado todos los recursos de su poder económico, militar
y mediático para desestabilizar a la alianza antihegemónica. El eje
Beijing-Moscú-Teherán, gigantesco en términos demográficos, con una población
en conjunto que representa 1.500 millones de habitantes. Enorme, desde el punto
de vista geográfico, con 29 millones de kilómetros cuadrados y una economía,
que en conjunto, representa el 22 por ciento del PIB mundial. Además, con dos
de sus integrantes: China y Rusia, parte componente del exclusivo club nuclear
y miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con el
respectivo derecho a veto.
El
nuevo Eje está dotado, igualmente, de un poderío militar, capaz de contrapesar,
en las áreas de disputa, en el campo naval, terrestre y aéreo, a la
Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN – así reconocido por altos
mandos de la Alianza noratlántica y los propios análisis de los Think
Tanks, vinculados tanto a la OTAN como al Pentágono. Una arista que hoy más que
nunca está en el campo del análisis y de las decisiones toda vez que la guerra
en Ucrania ha servido para agudizar el cerco contra Rusia y al mismo tiempo
afianzar un bloque occidental que trata de debilitar todo intento de la
federación rusa de ejercer el poder regional que posee y materias primas
estratégicas que le dan un poder indiscutible, como es el caso del petróleo y
el gas, junto a sus infraestructuras de distribución que surcan territorio de
Asia central, occidental, el Cáucaso Sur y Europa, incluyendo territorios
marítimos.
En
ese septiembre del año 2016, con el mencionado trabajo de análisis geopolítico
y que traigo hoy para vuestra lectura actualizada, es la confirmación que la
política exterior de Estados Unidos tiene una consecuencia incontrarrestable: ejercer
un dominio del mundo, aunque eso signifique desestabilizar a los países,
generar revoluciones de colores, presionar a determinados gobiernos y sus
sociedades través de políticas de bloqueo, sanciones y embargos, junto al robo
descarado de activos. Una política exterior estadounidense que incluso pasa por
encima de la soberanía de sus propios aliados, como ha quedado ejemplificado
con la decisión de sancionar a rusia aunque ello implique una crisis energética
para las sociedades europeas que compran hoy el gas, cuatro veces más caro que
vendido por Rusia, beneficiando a las transnacionales norteamericanas, que a la
par de exigir a sus socios que castiguen a Moscú ofrece sus recursos
energéticos y obliga a una carrera armamentista que beneficia a su complejo
militar industrial, enriqueciéndose. Negocio redondo
China,
Rusia e Irán han comenzado a concretar, al amparo de la decisión de sus
gobiernos y con vastas zonas del planeta sujetos a conflictos bélicos o
contenciosos de máxima tensión política, una cooperación estratégica. Ello, en
el marco de coordinar decisiones y acciones respecto a la agresión que sufren
los pueblos de Asia Occidental en forma principal: Siria, Irak y que tiene en
la política de máxima presión contra Irán un recurso de acción que no es
aceptado por Teherán, que ha comenzado a aplicar acciones de represalia contra
bases militares terroristas como ha sido contra el aquellas situadas en el
norte de Irak y generar ejemplos de coordinaciones mili9tares con China y Rusia
ya sea con ejercicios navales, tanto en el Golfo Pérsico en materia de
protección del Estrecho de Ormuz, como del Océano Índico, junto a ejercicios
terrestres y aéreos mostrando el poderío defensivo ante sus enemigos.
En
ese marco Rusia, China e Irán han generado una diplomacia activa y en terreno.
Una política, que no se ha levantado de la noche a la mañana y que ha
considerado las amenazas terroristas contra Irán, Rusia y China. Amenazas
catalizadas por la acción de grupos terroristas takfirí, que tienen entre sus
miembros a militantes de movimientos y mercenarios que provienen también de
territorios rusos y chinos, constituyéndose en un peligro, no sólo contra esos
países, sino para el conjunto de la región. Un escenario de coacción, que no
puede ser desdeñado. En el caso chino, por ejemplo, el acercamiento de las
Fuerzas Armadas con el gobierno sirio –al amparo de los propios acuerdos que
Rusia e Irán tienen con la República árabe Siria constituye un cambio de
naturaleza estratégica en la manera en que China se conducía en materia de
conflictos internacionales. Tal como lo señaló Salman Rafi en un
interesantísimo análisis – para el medio Asia Times – respecto a la vista de
altos mandos militares chinos a Siria en plena agresión contra este país
levantino (3)
Esta
importantísima alianza antihegemónica tiene elementos concretos y
multimillonarios en materia de acuerdos energéticos, tecnológicos, militares.
Por ejemplo, entre China y Rusia se firmó un contrato de venta de gas ruso a
China por 400 mil millones de dólares, que representa una lectura más allá d
ela cifra multimillonaria, sino que en clave geoestratégica. Para la firma de
tal convenio se invitó a Irán, que bajo la presidencia del ex mandatario Hasan
Rohani y el actual presidente Ebrahim Raisi han llevado a cabo conversaciones y
establecido acuerdos con empresas del gigante asiático, para así trabajar
juntos. Esto, no sólo en la venta de gas y petróleo, sino también en el
financiamiento de proyectos de explotación, construcción de puertos,
ferrocarriles e incluso sistema de prospección de hidrocarburos.
En
el plano militar Irán ha dado pasos gigantescos, más allá de declaraciones de
altos mandos de sus Fuerzas Armadas en la idea de apoyar una cooperación
militar polivalente entre China, India y Rusia, para hacer frente a la
expansión de la OTAN hacia el este y a la instalación de un escudo de misiles
en Europa. Esto, bajo la creencia que la nación persa, junto a los gobiernos de
China y Rusia pueden mantener un diálogo a tres bandas, que avancen hacia un
plano de seguridad regional. Si consideramos la estrategia de misiles dispuesta
por la OTAN previo a los hechos de Ucrania y su inexorable avance hacia la
frontera occidental de Rusia, se ha convertido en un hecho que afecta
directamente a irán y China. En reuniones bilaterales y trilaterales de las
delegaciones de China, Rusia e Irán quedaron signados varios puntos cruciales:
Primero, la cooperación trilateral debe ser uno de los puntos básicos del nuevo
orden multipolar. Segundo, Beijing, Moscú y Teherán consideran como prioritario
tener un plan de acción estratégico en el campo militar con relación a Europa y
Estados Unidos. Tercero El entorno geopolítico de Oriente Medio y Asia Central
está cambiando y ello en modo alguno es favorable a los poderes hegemónicos. El
nuevo eje, denominada por algunos ya, como la Triple Entente Euroasiática está
consolidando un largo proceso de integración política, estratégica, diplomática
y militar.
Recordemos,
igualmente, que Irán y Rusia firmaron, el año 2001, un acuerdo
estratégico de cooperación que se prolongó hasta el año 2021 y que fue
reflotado a partir de la visita del presidente iraní Ebrahim Raisi a Moscú, a
principios del año 2022, donde se entrevistó con el presidente ruso Vladimir
Putin y concordaron en la defensa mutua frente a las amenazas terroristas,
avanzar en el cumplimiento del Plan integral de Acción Conjunta – conocido como
Acuerdo Nuclear – y el rubricar un Acuerdo estratégico por los próximos
20 años. Reunión en la cual el mandatario iraní invitó a su homólogo ruso a
“crear sinergias” entre ambos países para enfrentar las sanciones de Occidente
y, en particular la política de máxima presión de Estados Unidos. Días después,
tras retornar a Irán, el presidente de la nación persa, en entrevista
televisiva señaló la conformidad de su país respecto al trabajo político y
diplomático de acercamiento y el concretar esta vía, que es una de las maneras
para neutralizar las sanciones: “Nosotros abogamos por mantener interacciones
con todo el mundo […] pero, los países que quieran enfrentarnos, nosotros los
enfrentaremos recíprocamente” (4).
Con
China, la República islámica de Irán ha consolidado un trabajo de estrecho
acercamiento. Efectivamente, la nación persa, a inicios de este año 2022, a
través de su canciller Hosein Amir Abdolahian, se entrevistó en Beijing con su
homólogo chino Wa Xing, reafirmando los acuerdos de Asociación estratégica
integral firmados en abril del año 2021 y que significarán la inversión de 400
mil millones de dólares de China en amplias áreas de la economía iraní:
energética, infraestructura vial, ferroviaria, telecomunicaciones. Irán, por su
parte, se compromete a suministrar por 25 años petróleo y gas a precios
preferenciales al gigante asiático. Una cooperación que se extiende al plan
global de desarrollo signado por la llamada nueva Ruta de la Seda, de cuyos
esfuerzos, proyectos, obras y resultados está fuera Washington (5).
En
un trabajo publicado con anterioridad (6) refrendé esta idea
estratégica de la alianza antihegemónica entre Irán, Rusia y China y por ello
sacó a la luz, nuevamente, el interesantísimo artículo de Mahdi Darius
Nazemroaya, publicado en globalresearch (7) donde los
objetivos declarados de China y Rusia consisten en garantizar la continuidad de
un “mundo multipolar”. En su libro The Grand Chessboard, American Primacy
and Its Geostrategic Imperatives publicado en 1997, Brzezinski advertía en
contra de “la creación o el surgimiento de una coalición euroasiática” que
“pudiera finalmente tratar de desafiar la supremacía americana”. Brzezinski
designaba esta potencial coalición euroasiática bajo la apelación de “alianza
antihegemónica” y estimaba que estaría conformada “por una coalición
chino-ruso-iraní” y que su columna central sería China. Se trata de la OCS y de
varios gobiernos eurasiáticos vinculados a ella.
Resulta
indudable que la alianza entre China, Rusia e Irán “concreta las peores
pesadillas para Estados Unidos auguradas en su oportunidad por el ex asesor de
seguridad Zbigniew Brzezinsky quien advirtió al grupo de poder político y
militar estadounidense sobre la conformación de un eje de cooperación
euroasiático que desafiaría la primacía estadounidense y sus aliados en el
mundo”. Según los temores vertidos por Brzezinsky, esta alianza euroasiática
podría surgir como “una coalición China-Rusia-Irán con Beijing como punto
central. Para los estrategas chinos –y donde coinciden rusos e iraníes–
enfrentar a la coalición occidental, que incluye a Estados Unidos, Europa y
Japón, el contra balance geopolítico más efectivo podría ser tratar de formar
una alianza propia, vinculando China con Irán en la región del Golfo Pérsico –
Asia occidental y con Rusia en el área de la antigua Unión Soviética”. Profético
el ex asesor estadounidense, pues cada día resulta más evidente que esas
pesadillas se han vuelto una realidad.
El
gobierno ruso tiene en su agenda de relaciones estratégicas, el consolidar la
alianza con Irán y China. Medios rusos han resaltado como “muy productivas” las
consultas trilaterales que estos gobiernos han tenido en el marco de las
reuniones de las misiones permanentes de Teherán, Moscú y Beijing en Viena, la
capital austriaca. El representante ruso ante los organismos internacionales en
Viena, Mijaíl Ulianov ha saludado el surgimiento “de un nuevo triángulo en la
diplomacia multilateral.: Rusia, irán y China que son países a favor del
multilateralismo en contra d ellos intereses de mantener vivo el mundo
unilateral a toda costa y lo valioso es que este formato puede ampliarse
fácilmente, ya que son cada día más numerosos los países que apuestan por el
multilateralismo” (8)
La
cooperación entre actores tan importantes como China, Rusia e Irán, en áreas
tan diversas como a la economía, política, energía y el campo militar pasa así
de pesadilla a una realidad, una amenaza directa a la hegemonía occidental, que
tambalea y que podría ser un catalizador para que otros Estados, ojalá cada día
más numerosos y disconformes con el actual estatus quo definan caminar por un
sendero propio. El 16 de septiembre de este 2022, un hito de importancia marcó
la fortaleza de esta triada a la cual hemos hecho mención. En el marco de la 22
cumbre de la Organización para la Cooperación de Shanghái en Samarcanda – Uzbekistán
– se puso de relieve, en el discurso de apertura, por parte del presidente de
Uzbekistán, Shavkat Mirziyóyev, la voluntad de este mecanismo por
convertirse en un breve período de tiempo en un actor clave en los
acontecimientos regionales y globales. Es así, que en su alocución, Mirziyóyev
anunció la plena membresía de la República Islámica de Irán en el bloque, un
proceso que se completará en 2023 (9)
La
Triple Alianza, el Eje Beijing-Moscú-Teherán es una buena noticia en el plano
de las decisiones políticas internacionales. Una noticia positiva y alentadora,
que va en camino de terminar con la unipolaridad y presentar al mundo un
panorama de opciones distintas a lo monocromático que ha sido desde fines de
los años 80 del siglo XX hasta ahora. Es hora de dar un vuelco y un buen
comienzo es generar pesadillas a los poderes hegemónicos y si ello es triple,
mucho mejor, aunque los medios occidentales traten de minimizarlo.
Notas:
- El JCPOA
(Plan Integral de Acción Conjunto por sus siglas en inglés) es conocido
también como Acuerdo Nuclear. Firmado por el llamado G5+1 -Rusia, China,
Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania por una parte y la
república islámica de Irán como contraparte. Un plan diseñado para
garantizar que el programa nuclear de Irán sea exclusivamente pacífico y
prevé el levantamiento integral de las sanciones relacionadas con la
energía nuclear de la ONU, la Unión Europea y Estados Unidos. El 20 de
julio de 2015, el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la Resolución 2231
(2015) sobre el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), acordado por
Irán y el E3/EU+3. Esta resolución respalda el JCPOA
- http://www.hispantv.com/noticias/opinion/286942/alianza-rusia-iran-china-occidente-eeuu
- Salman
Rafi. ¿Qué intereses persigue China en la guerra siria? – https://sputniknews.lat/20160829/china-siria-guerra-interes-1063120733.html “una
maniobra diplomática en respuesta a las provocaciones militares y
políticas de Estados Unidos en el mar de la China Meridional. La presencia
china significa la posibilidad también que los aliados regionales de
Estados unidos en Oriente Medio se sientan bajo presión utilizando esa
presencia como un factor. Así también el factor chino, en materia de
incorporarse a una Alianza Tripartita, sirve para ejercer presión
diplomática y política en varios frentes y evitar así que las potencias
occidentales y sus socios de Oriente Medio logren derrocar al gobierno de
al Assad y con ello tenga una base de operaciones cerca de Irán, al sur de
Rusia y al occidente de China. Hay que tener presente el factor
geoestratégico que representa para China la zona de Oriente Medio y Asia
Central, pues recibe de allí cerca del 50 por ciento del petróleo y el gas
que necesita para su economía. El presidente de China Xi Jinping ha
señalado que la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia
–CICA por sus siglas en inglés– a la que han asistido los presidentes de
Rusia e Irán “debe convertirse en un diálogo sobre la seguridad y la
plataforma de cooperación mutua y debe establecer un mecanismo de consulta
de defensa a fin de crear un centro de respuesta de seguridad en caso de
agrandes emergencias”.
- https://radio.uchile.cl/2022/01/28/rusia-china-e-iran-alianza-anti-hegemonica/
- Nueva Ruta
de la Seda. La One Belt, One Road Initiative o BRI (Belt
and Road Initiative), conocida en castellano como Nueva Ruta de la
Seda, es un gran proyecto internacional lanzado por la República Popular
China en el año 2013. Consiste, esencialmente, en el establecimiento de
dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima,
que mejorarían las conexiones chinas tanto en el continente asiático como
hacia occidente, pasando por Asia Central, el Cáucaso, Asia Occidental y
finalmente África y Europa. https://elordenmundial.com/que-es-la-nueva-ruta-de-la-seda-china/
- https://www.segundopaso.es/news/2189/Alianza-Anti-Hegem%C3%B3nica
- https://www.globalresearch.ca/debuto-en-moscu-una-coalicion-china-rusa-irani-contra-la-otan/5446763.
- https://www.hispantv.com/noticias/politica/556311/iran-china-triangulo-diplomacia-multilateral
- https://www.hispantv.com/noticias/asia-y-oceania/551570/organizacion-shanghai-iran-ingreso
Fuente: Hispantv
https://rebelion.org/iran-rusia-china-una-triada-para-un-mundo-multipolar/