Encontraron que los pulpos tienen muchos microARN o miARN. Encontraron un total de 164 genes de miARN agrupados en 138 familias de miARN en el pulpo común y 162 genes de miARN agrupados en las mismas 138 familias en el Octopus bimaculoides
Por: Ecoo sfera
La vida marina está rodeada de misterios, entre sus ecosistemas viven seres que bien podrían haberse desarrollado en otras regiones, pero si existe un animal del cual incluso se ha especulado que podría haberse formado en otro planeta, ese es el pulpo. La cantidad de características asombrosas que poseen se demuestra ahora que los científicos han descubierto que el cerebro de los pulpos es increíblemente parecido al de los humanos.
Podríamos cometer el grave error de mirar a los pulpos con indiferencia y pasar de largo ante ellos debido a lo poca semejanza que presentan con nosotros en apariencia, pero esto nos dejaría fuera de la asombrosa inteligencia de los octópodos. Investigaciones pasadas han demostrado que sus cerebros funcionan de manera similar a nuestro propio cerebro, pues los pulpos además de poseer una inteligencia elevada, son capaces de soñar.
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Estos animales son capaces de saborear con cada un de sus tentáculos que a su vez, tienen la capacidad de tomar decisiones por sí mismos, de ahí que se diga que poseen ocho cerebros. Pero parece que el hecho de poseer ocho cerebros, tres corazones y ser los reyes del camuflaje, no les basta.
Una nueva investigación argumenta haber encontrado el punto que nos conecta con los pulpos y explica cómo es que el cerebro de los pulpos es tan parecido al de los humanos.
El puente entre pulpos y humano
Hay algo realmente extraño en los cuerpos de los octópodos. Si bien se ha demostrado en otras ocasiones que los animales poseen inteligencias similares a las de los humanos, los pulpos parecen sobrepasarlas, un hecho sorprendente tratándose de seres invertebrados.
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Pero las sorpresas no se limitan a su apariencia y sus habilidades más evidentes, sino que su propia estructura genética es un enigma en sí mismo. Los pulpos pueden editar rápidamente sus secuencias de ARN sobre la marcha para adaptarse a su entorno. No es así como suele funcionar la adaptación; la secuencia más común es que los cambios comiencen en el ADN y luego se vean reflejados en el ARN, pero a los pulpos les gusta desafiar todo lo que comprendemos sobre genómica.
Para descubrir sus secretos, un equipo de científicos dirigido por el biólogo de sistemas Nikolaus Rajewsky del Centro Max-Delbrück de Medicina Molecular, analizaron 18 muestras de pulpos para luego secuenciar ARN principalmente de Octopus vulgaris, aunque también se incluyeron muestras de Octopus bimaculoides y Euprymna scolopes.
Encontraron que los pulpos tienen muchos microARN o miARN. Encontraron un total de 164 genes de miARN agrupados en 138 familias de miARN en el pulpo común y 162 genes de miARN agrupados en las mismas 138 familias en el Octopus bimaculoides. Y lo más sorprendente es que del total de familias, 42 eran nuevas y pertenecían principalmente al cerebro y el tejido neural.
“Esta es la tercera expansión más grande de familias de microARN en el mundo animal y la más grande fuera de los vertebrados”, dice el biólogo Grygoriy Zolotarov. “Para darte una idea de la escala, las ostras, que también son moluscos, han adquirido solo cinco nuevas familias de microARN desde los últimos ancestros que compartieron con los pulpos, ¡mientras que los pulpos han adquirido 90!”, agrega el biólogo.
La notable explosión del repertorio de genes de miARN en los pulpos puede indicar que sus funciones neuronales especializadas están profundamente vinculadas y son lo que propició la aparición de cerebros complejos en animales. Es decir, podrían ser el puente entre los pulpos y el humanos mismo.
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Referencias:
Zolotarov, G. Rajewsky, N. et al. MicroRNAs are deeply linked to the emergence of the complex octopus brain. Science Advances, 8 (47). DOI
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