En 2025 las máquinas habrán sobrepasado a los humanos en las tareas más habituales
Miguel Ormaetxea Arroyo
El software está invadiendo una gran parte de nuestras rutinas de trabajo, desde la investigación de mercados hasta el asesoramiento financiero, pasando por las ventas. También robotiza el periodismo, la arquitectura o la agricultura, y provoca la aparición de nuevas profesiones y formas de ocio.
Elon Musk, CEO de Tesla y de un montón de empresas de vanguardia, acaba de revelar, en una presentación publica, un prototipo de robot humanoide llamado Optimus. Los videos del engendro no parecen gran cosa: un artilugio típico de la ciencia ficción, pero con paso vacilante, inseguro, muy poco ágil.
De hecho, ya hay robots en el mercado que hacen cabriolas de todo tipo y responden a órdenes con agilidad. Pero el concepto de Optimus es muy diferente: está hecho para la producción en masa de millones de unidades, a un precio, “probablemente por debajo de los 20.000 dólares”. En unos dos años puede estar disponible.
Ya sabemos que Musk se suele equivocar en las fechas, pero es uno de los más grandes visionarios de los negocios del futuro, que ya están, de alguna forma, presentes. Con la importante diferencia de que ha demostrado ser capaz de llevarlos a cabo, en medio de enormes dificultades de todo tipo y con enemigos acérrimos entre expertos y gurús de la prospectiva.
INVASIÓN DE SOFTWARE
Cuando hablamos de robots solemos visualizar humanoides articulados con ojos brillantes y cosas así, pero en la inmensa mayoría de los casos no tienen nada que ver con esa imagen.
El software está invadiendo una gran parte de nuestras rutinas de trabajo, desde la investigación de mercados hasta el asesoramiento financiero, pasando por las ventas, como nos viene advirtiendo el profesor Enrique Dans en su brillante blog.
Pero tal vez lo más significativo es que hasta los programadores está siendo sustituidos por código. El World Economic Forum se atreve a pronosticar que, en el año 2025, a la vuelta de la esquina, las máquinas habrán sobrepasado a los humanos en las tareas más habituales.
Si hasta los programadores sobran, ¿Qué nos espera al común de los trabajadores? Las consecuencias de todo esto son incalculables. Lo que es perfectamente calculable es que el trabajo humano va a experimentar una mutación radical, incluso a corto plazo.
Elon Musk, CEO de Tesla y de un montón de empresas de vanguardia. /CC BY-NC 3.0
TENEMOS UN PROBLEMA
Soy un periodista con cerca de 45 años de profesión. Empecé como becario en un diario de provincias y, entre otras cosas, me asignaron cubrir los accidentes de última hora. Como no había casi tiempo para escribir la nota, con frecuencia dictaba directamente a los linotipistas que componían en plomo.
La imagen del dúctil plomo me fascinaba. Desde entonces, he sufrido, y también gozado, de unas cuantas revoluciones en las técnicas periodísticas. Los ordenadores y los programas de edición me dieron agilidad y rapidez en mi trabajo. La llegada de Internet lo cambió todo, hasta el modelo de negocio de la prensa.
El trabajo de los periodistas se ha devaluado enormemente y la calidad de la información que circula, la mayor parte por la redes sociales, es alarmantemente ínfima. Es posible que todo esto sea una enfermedad infantil de la naciente sociedad digital, pero, hoy por hoy, tenemos un problema.
El prestigiosa diario británico “The Guardian”, que pertenece a una fundación sin ánimo de lucro, llevó a cabo no hace mucho un experimento: usó un programa de redacción avanzado, asistido por IA, y le pidió un reportaje sobre los peligros que podrían aparecer cuando las máquinas cubriesen de manera significativa la actualidad. En unos pocos minutos, el programa ofreció no una, sino tres crónicas distintas.
¿Los profesionales estamos sobrando? No. Tenemos que cambiar el paradigma de nuestro trabajo /MAHDIS MOUSAVI EN UNSPLASH.
CAMBIO DE PARADIGMA
¿Las ilustraciones para un reportaje o una columna de opinión? No hay problema. Cada vez son más las publicaciones que utilizan ilustraciones generadas por algoritmos como DALL.E, Midjourney, Stable Diffusion y similares, para acompañar a artículos. Solo tienes que escribir una frase con lo que deseas y el algoritmo te genera cuatro propuestas, para que elijas y uses la que prefieras.
¿Los profesionales estamos sobrando? No. Tenemos que cambiar el paradigma de nuestro trabajo. La capacidad para CREAR, la creatividad, que tradicionalmente se ceñía al dominio del arte, ahora se extiende enormemente, con nuevas herramientas de impredecible poder.
Los que trabajamos en la información debemos ser capaces de concentrarnos en la investigación, en rastrear datos y relacionarlos entre sí, para crear CONOCIMIENTO y no mera información desestructurada de significados.
CREATIVIDAD, CREATIVIDAD
Otro ejemplo: la arquitectura. Muchas tareas de esta importante profesión tienen que ver con cálculos y matemáticas, algo que el software hace muy bien. Con rellenar pesados formularios e informes, que no tienen sentido si contamos con la IA. Que lo hagan las máquinas.
El profesional debe concentrarse en la creatividad, en el orden, la belleza, la armonía, la utilidad, la funcionalidad, el sentido final del urbanismo y el espacio para vivir y trabajar, muchas veces en comunidad. Hay un enorme desarrollo posible para esta profesión en la sociedad digital.
Incluso para la agricultura, que durante milenios ha estado condenada a tareas duras y repetitivas. Por ejemplo, el proyecto europeo CANOPIES, que explora unas nuevas formas de colaboración entre máquinas y humanos para tareas tan delicadas y especializadas como las operaciones de recolección y poda de viñedos de uva de mesa. Una oportunidad para una agricultura más sostenible y para hacerla más atractiva para las generaciones más jóvenes.
ROBÓTICA DOMÉSTICA
No es ciencia ficción esperar que, en unas dos décadas, podremos volver a casa y encontrarnos un apartamento limpio y la cena preparada. Un robot lo hará todo.
La robótica doméstica es un mercado aún pequeño, pero se prevé que alcance una facturación de 4.500 millones de dólares en el muy próximo 2026. Si hablamos de robots industriales, el mercado será de 53.000 millones de dólares en el mencionado año, según Mordor Intelligence. Hay un epígrafe nuevo llamado Cobots, que estudia la colaboración de robots y humanos.
En Japón, el gobierno ya está proporcionando robots a las personas mayores, en vez de recluirlos en residencias-prisión.
Todo esto requiere un replanteamiento a fondo del concepto mismo de trabajo, un cambio cultural de gran alcance. Van a surgir nuevas profesiones. Y nuevas formas de ocio. Pero de eso hablaremos otro día.
___________
Fuente: