Los juicios de Salem responden a una serie de hechos socioeconómicos derivados de la Guerra del Rey Guillermo, desarrollada en América del Norte y que puso como rivales a Inglaterra y Francia, por el control de las tierras que hoy pertenecen a Estados Unidos
Por: Ecoo sfera
Los juicios contra las ‘brujas’ de Salem ocurrieron hace más de 300 años, sin embargo, siguen siendo un tema de amplio debate que involucra a amantes del misterio, historiadores y persecutores de la justicia. Los métodos de investigación desde que ocurriera el pánico de masas por la brujería, han cambiado enormemente y de hecho, todavía hay mucho por descubrir sobre estos casos, tan es así que no fue hasta 2022 que la ‘última bruja’ condenada quedara exonerada oficialmente.
Una historia de extremismo religioso
A principios de 1692 y mediados de 1693, Massachusetts se vio envuelto en una serie de juicios que culminaron con 200 personas acusadas de practicar brujería de las cuales, 20 fueron ejecutadas bajo el cargo de ser brujas. El extremismo religioso, la xenofobia y las tensiones sociales figuraron como un detonante, e incluso más de tres siglos después continúan las especulaciones.
La época medieval estuvo teñida de distintas ideologías que permearon a lo largo de tantos siglos que la religión cristiana prohibió el estudio de las ciencias, a no ser que fuera en el idioma de los estudiosos, el latín. Esto dejaba de fuera a cualquier persona promedio sin una posición privilegiada y por lo tanto, fueron tiempos muy oscuros en los que la ciencia no permitió explorar fenómenos naturales, atribuyéndoselos en cambio a lo paranormal.
En esta época también era muy común aprender que el diablo podía otorgar el poder de dañar a otros a cambio de lealtad. Quienes supuestamente entregaban su lealtad al mal, se les denominaba brujas o brujos, aunque es bien sabido que las acusaciones de brujería están intrínsecamente ligadas a las mujeres.
El comienzo de los juicios de Salem
Los juicios de Salem responden a una serie de hechos socioeconómicos derivados de la Guerra del Rey Guillermo, desarrollada en América del Norte y que puso como rivales a Inglaterra y Francia, por el control de las tierras que hoy pertenecen a Estados Unidos. El conflicto devastó regiones del norte de lo que hoy es Nueva York, Nueva Escocia y Quebec. Como consecuencia muchos pobladores fueron desplazados al condado de Essex y específicamente al condado de Salem en el actual Massachussets.
Aquí comenzó una guerra silenciosa entre pobladores que se disputaban el derecho a los recursos naturales de Salem. Y por si esto no fuera suficiente, se generó una grana controversia política debido a que Samuel Parris, quien se convirtió en el primer ministro ordenado de Salem Village en 1689, gobernó con mano dura e inculcó ideas puritanas sobre que todos los malos acontecimientos del condado eran obra del diablo.
Bajo ese contexto, en enero de 1692 la hija del primer ministro Parris, que tan sólo tenía 9 años, así como la sobrina de Guillermo de 11 años, comenzaron a tener ‘ataques’ de índole desconocida. Al no encontrar explicación para los gritos, los sonidos peculiares emitidos por las niñas y las contorciones, se culpó a tres mujeres de brujería quienes supuestamente habían ocasionado los ataques: Tituba, Sarah Good y Sarah Osborne.
Las tres venían de una posición desventajosa, mientras Tituba era una esclava, Good y Osborne era mujeres empobrecidas sin hogar. Estas dos últimas se declararon a sí mismas como inocentes, pero Tituba tuvo otro destino; ella confesó: “El diablo vino a mí y me ordenó que lo sirviera”, dijo. Desde luego que no se conocen las circunstancias bajo las que Tituba confesó y tomando en cuenta que se trataba de una esclava de la familia Parris, todo se torna sospechoso, aunque fue el detonante para que la cacería comenzara.
A partir de aquí, la paranoia invadió a Salem y cualquier mujer que tuviera un comportamiento sospechoso, era señalada como practicante de la brujería y enjuiciada. Fue entonces cuando Martha Corey, una miembro leal a la iglesia cristiana fue acusada de brujería y con esto la paranoia creció todavía más, debido al hecho de que si Corey, una cristiana era bruja, entonces cualquier otra persona podría serlo.
Tribunal Especial de Oyer y Terminer
Con los incesantes casos de supuesta brujería, que cada vez se hicieron más comunes, el 27 de mayo de 1692, el gobernador William Phips ordenó la creación de un tribunal especializado para el enjuiciamiento de los casos. Fue así como nació el Tribunal Especial de Oyer y Terminer que operó en los condados de Essex, Suffolk y Middlesex.
La primera bruja acusada por el tribunal fue Bridget Bishop, una mujer edad avanzada que se declaró inocente, aunque su defensa no convenció a los jueces quienes ordenaron su ejecución. Bishop fue la primera mujer llevada a la horca el 10 de junio de ese mismo año en lo que más tarde se llamó Gallows Hill.
Las acusaciones llegaron a tal grado que el ministro Cotton Mather, hijo de Increase Mather quien entonces era presidente de Harvard, mostró su preocupación por llegar a un número elevado de personas condenadas a la horca, entre las que podría haber numerosos inocentes. Fue entonces que mandó una carta a Phips, implorando que el tribunal no tomara en cuenta pruebas espectrales, visiones ni sueños, como pruebas contra las supuestas brujas.
Phip poco hizo caso y el tribunal condenó a la horca a cinco personas en julio de 1692, cinco más en agosto y ocho en septiembre. El 3 de octubre, Increase Mather padre de Cotton, se unió a la causa de su hijo y denunció el uso de pruebas espectrales para culpar a mujeres en casos de brujería. Increase dijo: “Más vale que diez presuntos brujos escapen a que un inocente sea condenado”.
Finalmente Phip disolvió el Tribunal Especial de Oyer y Terminer el 29 de octubre como respuesta a los Mather y también al hecho de que su propia esposa había sido acusada de brujería.
La última ‘bruja’ exonerada
En los años posteriores a la disolución del tribunal y de que los juicios de Salem concluyeran, salieron a la luz declaraciones por parte de los jueces y los acusadores, quienes aceptaron haber cometido un error. En respuesta, el 14 de enero de 1697, el Tribunal General de Massachussets ordenó un día de ayuno y examen de conciencia por la tragedia ocurrida en Salem. En 1702 el tribunal del estado prohibió los juicios y en 1711 se aprobó un proyecto de ley que restauraba los derechos y el buen nombre de muchos de los acusados.
Pero tuvieron que pasar más de dos siglos para que Massachussets se disculpara formalmente en 1957 por haber llevado a la horca a mujeres inocentes. Por razones desconocidas, un nombre de entre las acusadas quedó fuera de las exoneraciones y en 2022 Elizabeth Johnson Jr., la última ‘bruja’ condenada en Salem finalmente fue exonerada de sus cargos de brujería.
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