La tramitología en la salud se vuelve una pesadilla peor para los colombianos. Una reforma sería necesaria pero aún no se sabe a qué costo
Por: Francisco Alberto Bejarano Moreno
Ministra de salud Carolina Corcho
La reforma a la salud, no será discutida este año. Los electores del presidente Petro y otros candidatos, esperábamos que esta fuera una prioridad para acabar con tanta corrupción en la salud; ahora debemos esperar, hasta que todo el que quiera, pegue el mordisco a lo que le convenga, mientras la gente en las regiones sufre las consecuencias de tanto espectáculo congresional.
¿Cuántos de estos politiqueros son socios de negocios relacionados con la salud, que montan cualquier cuartico para consultorio o cualquier estantería para entregar droga y se benefician ellos y sus familias? ¿Qué pasaría si todo cambiara como la ministra Corcho lo desea? ¿Se quedarían muchos interesados sin la mermelada ofrecida en campañas?
Es ilógico por ejemplo, que un médico le entregue órdenes para especialistas o toma de laboratorios, RX y demás a los enfermos, y estos tengan que enviar por internet a las EPS esas órdenes, después a los cinco días esas EPS le envían las autorizaciones a los usuarios, para que ellos llamen y consigan las citas médicas o lo que necesiten, impriman y lleven después a las citas: no contestan o no hay agenda, no tenemos contratos con esa EPS.
Pasa el tiempo y el enfermo se cansa de tanta vuelta y más bien opta por conseguir un tegua o yerbatero para que le de alguna solución.
Lo lógico sería que el médico o especialista envié directamente a quien corresponda para que se atienda y oriente al paciente a quien se debe llamar para que continúe con su tratamiento como se lo indiquen. La tramitología se convierte en un problema que no sirve para nada incluyendo el arrume de fotocopias.
Meterle el dedo en la boca al usuario con el cuento de que las EPS no son intermediarias, es una falacia. La verdad es que ADRES (La Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud) entrega a las EPS la administración del dinero para que se pague por conseguir quien atienda al usuario o paciente.
El oficio de las EPS es tener miles de empleados sentados en computadores que no funcionan, diciéndole al paciente que vaya aquí o allí sin ningún resultado y esperando que le paguen el sueldo para cubrirse ellos.
Después se dice que las EPS están cumpliendo cuando es mentira. ¿Sabían que por cada usuario de régimen contributivo, el gobierno entrega $1.109.221,20 y para el subsidiado $ 964.807,20? UPC (unidad de pago por capitación).
Es bueno recordar que contributivo es el nombre del aporte de quien paga servicio de salud y a cambio no lo está recibiendo.
La EPS contrata a quienes prestan el servicio de salud, entregan al paciente a muchas arbitrariedades y no les importa lo que le pase al paciente.
¿En medio de todo ese tejemaneje de dinero, cuantas comisiones prohibidas o sobrevalúos del tratamiento se podrán encontrar que han sido pagados exageradamente con los impuestos del pueblo? ¿Cuántas clínicas, hospitales y demás prestadores de servicios de salud, cobran cifras exageradas por ponerle al paciente una inyección que seguramente puede ser de agua destilada?
Los medios de comunicación hoy nos cuentan que la fiscalía descubrió otro gran robo de dinero en las épocas de la pandemia.
El negocio de la salud me recuerda lo siguiente: Cuando existía el Seguro Social a muchos nos atendieron muy bien; si había corrupción se la debemos a los entes de control y politiquería que se armó alrededor del sistema de salud, que hoy aún existe y se utiliza para elegir alcaldes, gobernadores, presidentes, congresistas, diputados, concejales y muchos funcionarios corruptos.
Recuerdo a Cafesalud que a propósito tenía como socios al banco cafetero y la federación de cafeteros a quienes les importo una giga dejar votada a la población, siendo ellos responsables de muchos beneficios sociales.
En esa época un personaje, que al parecer empezó bien se asoció con otra empresa igual que se llamó saludcoop. La historia cuenta de un gran robo que degeneró el servicio de salud que iba tan bien, porque eran dueños de hospitales, entregas de drogas y muchos lugares de atención al usuario con buena calidad.
El dinero lo manejaban ellos mismos directamente y atendían al usuario. El despelote de este señor y un fiscal, duró años, se investigó un delito por utilizar el dinero de las UPC en lo que no se debía hacer.
Esas demoras permitieron muchas otras cosas y desgastes financieros que es lo que hoy nos tiene como estamos, olvidados y manejados por intermediarios; ADRES antes FOSYGA, (cuanta burocracia maneja) lo único que hace es entregar dinero que muchas veces no llega a los directos prestadores de la salud, que tienen que andar detrás de las EPS cobrando lo que les deben y ya le tienen miedo a las EPS.
Hoy también los medios de comunicación nos cuentan que el doctor Palacino tiene que pagar los billones desviados; seguramente le darán casa por cárcel.
Existe un comentario popular que se utiliza en campañas electorales que dice “los doctores acabaron con la nación”. Ojalá los verdaderos doctores que queden en el congreso miren la realidad, vayan a las regiones y hablen con el usuario que no tiene hospitales de buen nivel cerca de su sitio de residencia y termina paseando por el país a voluntad de las EPS.
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