Gürol Süel, profesor de la Universidad de California en San Diego, EE.UU., indicó que esta investigación les hizo cambiar la percepción que tenían sobre las esporas, a las que
consideraban "objetos inertes".
Süel Lab / Kaito Kikuchi / Leticia Galera
Un grupo de investigadores de instituciones científicas de Estados Unidos y España descubrió que las esporas bacterianas tienen la capacidad de analizar su entorno, a pesar de encontrarse fisiológicamente muertas, informó este jueves la Universidad de California, en San Diego, EE.UU.
De acuerdo con los responsables del estudio, publicado en la revista Science, las esporas, que son células parcialmente deshidratadas, pueden permanecer durante años en un estado letárgico para sobrevivir a condiciones poco favorables (calor extremo, presión e incluso al espacio exterior). Sin embargo, continúan procesando información de las señales ambientales a través de un potencial electroquímico preexistente, lo que les permite determinar si la situación es adecuada para reactivar su metabolismo y fisiología.
Los investigadores querían comprobar si las esporas de la bacteria 'Bacillius subtitilis' eran capaces de identificar señales de corta duración, es decir, que no eran lo bastante fuertes como para traerlas nuevamente a la vida. En los experimentos, se observó que las esporas abandonaron su estado inactivo después de acumular una cierta cantidad de señales, o sea, actuaron como un condensador que almacena energía para ser utilizada posteriormente.
"Descubrimos que las esporas pueden liberar su energía potencial electroquímica almacenada para realizar un cálculo sobre su entorno sin necesidad de actividad metabólica", señaló el profesor Gürol Süel, quien agregó que esta investigación les hizo cambiar la percepción que tenían sobre las esporas, a las que consideraban "objetos inertes".
Para entender lo que estaba sucediendo, los científicos construyeron un modelo matemático, que les permitió descubrir que las esporas emplean un mecanismo de activación, denominado integración y disparo. Este mecanismo consiste en que cada señal desencadena la liberación de iones de potasio, los cuales después de un tiempo se hacen lo suficientemente fuertes como para reanudar la actividad biológica de las esporas.
El proceso se conoce como estrategia de procesamiento de señales acumulativas y evita que las esporas se activen rápidamente en caso de que las condiciones no sean favorables. "Estos hallazgos revelan un mecanismo de toma de decisiones que opera en células fisiológicamente inactivas", recalcaron los autores del estudio.
Por otro lado, Süel reiteró que "la forma en que las esporas procesan la información es similar a cómo operan las neuronas en nuestro cerebro", ya que "tanto en bacterias como en neuronas, se suman entradas pequeñas y breves con el tiempo para determinar si se alcanza un umbral". Asimismo, comentó que al alcanzar el "umbral, las esporas inician su regreso a la vida, mientras que las neuronas disparan un potencial de acción para comunicarse con otras neuronas".
No obstante, a diferencia de las neuronas, que son células que requieren una gran cantidad de energía de nuestro cuerpo, las esporas no necesitaron energía metabólica para procesar las señales ambientales, únicamente utilizaron el potasio acumulado.
Al final de todo no resultaron ser "objetos inertes"
Por último, Gürol Süel sostuvo que los resultados sugieren que hay "formas alternativas de hacer frente a la amenaza potencial que representan las esporas patógenas y tiene implicaciones sobre qué esperar de la vida extraterrestre", puesto que en caso de encontrarla "en Marte o Venus, es probable que esté en un estado inactivo". "Ahora sabemos que una forma de vida que parece estar completamente inerte aún puede ser capaz de pensar en sus próximos pasos", concluyó.
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