los fetos humanos reaccionan al gusto y al olfato cuando las madres están en la semana 32 o 36 de su embarazo
Desde antes de nacer, los bebés prefieren las zanahorias a la col
Imágenes de ultrasonido 4D de alta resolución reflejan sus reacciones faciales ante lo que comen sus madres
Eduardo Martínez de la Fe
Los bebés que les faltan pocas semanas por nacer ya manifiestan gusto o rechazo de sabores a través de lo que comen sus madres: prefieren las zanahorias a la col rizada. También reaccionan ante las caras que no pueden ver porque están en el útero.
Una investigación desarrollada en la Universidad de Durham en el Reino Unido ha descubierto que los fetos humanos reaccionan al gusto y al olfato cuando las madres están en la semana 32 o 36 de su embarazo, es decir, cuando solo les faltan pocas semanas para nacer.
Imágenes de ultrasonido 4D de alta resolución tomadas a 100 embarazadas revelaron que, cuando comen algo, sus hijos no nacidos pueden olerlo y de alguna forma saborearlo.
Cuando experimentalmente comieron col rizada, los bebés que todavía no han visto la luz reaccionaron haciendo una mueca, pero sonrieron cuando sus madres comieron zanahorias.
Más concretamente, explican los investigadores, los fetos expuestos a la zanahoria mostraron más respuestas de "cara de risa", mientras que los expuestos a la col rizada mostraron más respuestas de "cara de llanto".
Los investigadores creen que lo que comen las madres gestantes podría influir en las preferencias gustativas de los bebés después del nacimiento y potencialmente tener implicaciones para establecer hábitos alimenticios saludables.
ZANAHORIA MEJOR QUE COL
Las madres de este experimento recibieron una sola cápsula que contenía aproximadamente 400 mg de zanahoria o 400 mg de polvo de col rizada, unos 20 minutos antes de cada exploración. Se les pidió que no consumieran alimentos ni bebidas saborizadas una hora antes de las exploraciones.
Las madres tampoco comieron ni bebieron nada que contuviera zanahoria o col rizada el día de las exploraciones, para controlar los factores que podrían afectar las reacciones fetales.
Las reacciones faciales observadas en ambos grupos de sabor, en comparación con los fetos en un grupo de control que no estuvieron expuestos a ninguno de los sabores, mostraron que la exposición a solo una pequeña cantidad de sabor a zanahoria o col rizada es suficiente para estimular una reacción, lo que pone de manifiesto la extraordinaria sensibilidad de los no natos poco antes del alumbramiento.
Los investigadores consideran que sus resultados ponen de manifiesto la evidencia más temprana de las habilidades fetales para sentir y discriminar diferentes sabores y olores de los alimentos ingeridos por sus madres.
Suponen que las reacciones faciales de los fetos ante lo que comen sus madres sugieren que una variedad de estímulos químicos pasa a través de la dieta materna al entorno fetal y provoca la sonrisa o el disgusto.
Cara neutra de un no nato ante lo que está comiendo su madre. /ESTUDIO FETAP.
ANTECEDENTES: TAMBIÉN LAS CARAS
En 2017, una investigación de la universidad de Lancaster, en el Reino Unido, y publicada en la revista Current Biology, puso de manifiesto también algo sorprendente: que los fetos no nacidos reaccionan ante las caras que no pueden ver porque están en el útero.
Este experimento anterior, que también se valió de ultrasonido 4D de alta resolución, fue algo más retorcido: los investigadores proyectaron puntos de luz sobre el estómago de 39 mujeres con 34 semanas de embarazo.
A veces, la disposición de los puntos de luz se parecía a una cara, con dos puntos en la parte superior y uno en la parte inferior, y a veces era al revés. Patrones similares se han usado con recién nacidos para detectar su sensibilidad.
Lo primero que apreciaron los investigadores es que los bebés por nacer en realidad podían ver los patrones de luz a través de la pared abdominal de la madre, según las reacciones a las grabaciones, aunque no reaccionaban de la misma manera a todos los estímulos visuales.
MIRANDO CARAS
Lo sorprendente es que, cuando el patrón de luz parecía una cara, las cabezas de los bebés giraban más a menudo en la dirección de los puntos de luz. En el caso contrario, sin embargo, se alejaban de ella. No les interesaba mucho.
Los investigadores destacan que los bebés no nacidos se comportaron de manera bastante similar a los recién nacidos sometidos a un experimento similar: en los primeros minutos de vida prefieren mirar caras o cosas que remotamente se parecen a un rostro.
Aquella investigación concluía que los bebés por nacer pueden tener experiencias visuales, así como manifestar preferencias visuales, tal como hacen los recién nacidos.
La nueva investigación de la Universidad de Durham añade ahora los bebés no natos pueden también distinguir diferentes sabores y olores de los alimentos ingeridos por sus madres, reflejando en sus caras los estímulos químicos que llegan con la comida de su madre al líquido amniótico y, por lo tanto, a ellos.
Tanta sensibilidad no deja de ser sorprendente en momentos tan tempranos del desarrollo humano.
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REFERENCIA
Flavor Sensing in Utero and Emerging Discriminative Behaviors in the Human Fetus. Beyza Ustun et al. Psychological Science, September 21, 2022. DOI:https://doi.org/10.1177/09567976221105460
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